Orientación educativa: fundamentos
teóricos, modelos institucionales y nuevas perspectivas
La conceptualización del término Orientación ha estado
caracterizada por cierta confusión debida a la falta de precisión a la hora de
delimitar los principios y las funciones de la Orientación y, en consecuencia,
sus objetivos, modelos, áreas y contextos de intervención, así como los agentes
de la orientación o los métodos empleados. Según Vélaz de Medrano (1998) esta
confusión procede fundamentalmente de tres fuentes:
La utilización de distintos adjetivos (vocacional,
profesional, ocupacional, educativa, escolar, personal, etc.) para especificar
el significado de la Orientación.
• La utilización indistinta de términos conceptualmente
diferentes (counseling y guidance) para referirse genéricamente a la
intervención de los orientadores y las orientadoras.
• La disparidad de funciones asignadas en cada momento a los
y las profesionales de la orientación (diagnóstico, asesoramiento, terapia,
consejo, enseñanza, etc.).
En cuanto a las
definiciones es conveniente diferenciar entre las formuladas antes de los años
80, que responden a una concepción de la orientación como una actividad
bastante limitada, y las que hacen referencia a un concepto mucho más amplio de
la orientación como ocurre a partir de ese momento. La visión tradicional
caracteriza a la Orientación de la siguiente forma:
• Es concebida, fundamentalmente, como una intervención
individual y directa (según el modelo de consejo), orientada a la resolución de
los problemas del sujeto.
• El diagnóstico de las capacidades del sujeto es muy
importante, con la finalidad de adaptarlo a la situación o a las demandas de la
educación o de la profesión.
• Finalmente, su conceptualización quedó limitada al
contexto de la educación formal, permaneciendo en un segundo plano la
intervención en el contexto social o comunitario, en contextos educativos no
formales y en las organizaciones. Actualmente existen muchas definiciones de
Orientación Educativa. Las diferencias entre ellas residen más en su grado de concreción
que en cuestiones sustantivas, puesto que los principios que las sustentan y
las funciones que las caracterizan son comunes a todas las conceptualizaciones.
Algunas definiciones de orientación realizadas por autores españoles son las
siguientes:
• Bisquerra (1996:152) ha definido la Orientación
Psicopedagógica como “un proceso de ayuda continuo a todas las personas, en
todos sus aspectos, con objeto de potenciar la prevención y el desarrollo
humano a lo largo de toda la vida. Esta ayuda se realiza mediante programas de
intervención psicopedagógica, basados en principios científicos y filosóficos”.
• Según Vélaz de Medrano (1998:37-38), la Orientación
Educativa es un “conjunto de conocimientos, metodologías y principios teóricos
que fundamentan la planificación, diseño, aplicación y evaluación de la
intervención psicopedagógica preventiva, comprensiva, sistémica y continuada
que se dirige a las personas, las instituciones y el contexto comunitario, con
el objetivo de facilitar y promover el desarrollo integral de los sujetos a lo
largo de las distintas etapas de su vida, con la implicación de los diferentes
agentes educativos (orientadores, tutores, profesores, familia) y sociales”.
• Para Boza y otros (2001:20) la Orientación Psicopedagógica
se concibe como “un proceso de ayuda continuo y sistemático, dirigido a todas
las personas, en todos sus aspectos, poniendo un énfasis especial en la
prevención y el desarrollo (personal, social y de la carrera), que se realiza a
lo largo de toda la vida, con la implicación de los diferentes agentes
educativos (tutores, orientadores, profesores) y sociales (familia,
profesionales y paraprofesionales)”. Estas definiciones, junto con otras
realizadas por otros autores (Rodríguez Espinar y otros, 1993; Repetto y otros,
1994; Echeverría, 1993; Rodríguez Moreno, 1995; Alonso Tapia, 1995; Álvarez y
Bisquerra, 1996), ejemplifican las tendencias actuales nacionales e
internacionales en el terreno de la Orientación. En todas las definiciones,
aunque expresado de distinta forma, se aprecian algunos elementos comunes:
• La consideración de la Orientación como una ciencia de la
intervención psicopedagógica que tiene distintas fuentes disciplinares.
• La concepción de la intervención orientadora como un
proceso de ayuda que debe llegar a todas las personas y que no se encuentra
delimitado en el espacio ni en el tiempo.
• Tiene una finalidad común: el desarrollo personal, social
y profesional del individuo en su contexto.
• La Orientación es
un proceso que se desarrolla dentro y junto con el propio proceso educativo,
profesional y vital del sujeto, y no como una intervención aislada.
• La Orientación no es trabajo sólo del orientador u
orientadora, sino que la totalidad de agentes educativos y sociales deben estar
implicados.
• Predomina un modelo sistémico de intervención
psicopedagógica, es decir, la intervención por programas comprensivos e
integrados en el currículo o, en su caso, en el programa de desarrollo
comunitario.
• Los principios de prevención, desarrollo e intervención
social son los que caracterizan al proceso de Orientación. La concepción actual
de la Orientación Educativa determina que su función principal es la prevención
y, por lo tanto, no tiene únicamente un carácter asistencial o terapéutico; la
idea de que la Orientación sea un servicio exclusivo para los sujetos con
problemas basados en la relación interpersonal clínica, o un mero servicio de
información profesional actualizada, ha quedado obsoleta. En consecuencia, el
contexto del alumno o la alumna cobra una importancia vital y no queda
restringido sólo al ámbito puramente escolar. Además, la Orientación no sólo es
competencia del orientador o la orientadora, sino que el conjunto de educadores
y educadoras, cada cual en el marco de sus respectivas competencias, deben
implicarse en el proceso.
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