martes, 24 de abril de 2018

dra. MARINA MÜLLER (ARGENTINA. Consideraciones Modelo latinoamericano


REFLEXIONES ACERCA DEL TRABAJO.
DRA. MARINA MÜLLER (ARGENTINA; UNIVERSIDAD DEL SALVADOR, UNIVERSIDAD NACIONAL DE TRES DE FEBRERO, UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PLATA)

El tema es altamente relevante por varios motivos:

·         La ampliación que supone respecto al campo orientador, que en el ámbito educativo asume responsabilidad y participación en variados temas transversales: rendimiento escolar, integración social a la escolarización sistemática, acogida de padres u otros familiares significativos, temas del consumo inteligente, la sexualidad responsable, la prevención de las conductas de riesgo, los valores de solidaridad, compromiso, participación ciudadana, derechos humanos, mediación y educación para la solución pacífica de conflictos, etc, y otros que hacen a la formación integral de los seres humanos.

·         La investigación de los diversos enfoques teóricos y las prácticas en los países de Latinoamérica con sus peculiaridades y tradiciones nacionales y regionales, las diversas formas de entender estos aspectos y los diversos colectivos intervinientes como orientadores (asociaciones, informantes, investigadores y productores de teoría). No veo mencionada ni percibo el aporte de APORA, Asociación de Profesionales de la Orientación de la República Argentina, que en convenio con la UNTREF (Universidad Nacional de Tres de Febrero) se encuentra en Argentina proceso de creación de la primera Maestría en Orientación - posiblemente Vocacional Educativa -, y que desde hace 11 años ofrece la Especialización en Orientación Vocacional y Educativa de la cual formo parte como Asesora y he sido Profesora Titular de Orientación en el sistema Educativo desde su creación. En el marco de la carrera de Especialización se han realizado varias investigaciones y se encuentran otras en curso que pueden aportar a este tema.

·         El aporte que pueden hacer este tipo de trabajos para sostener, ampliar, empoderar la orientación educativa y la orientación en general en sus distintas variantes (agregando la orientación en sus tipos vocacional-profesional-ocupacional, continua, para la carrera, laboral, y como lo dice este artículo, “para la vida” no diría activa solamente, porque también vale para las personas en situación de retiro o de necesidades especiales que vean menoscabada o impedida la vida activa y hacia quienes la orientación va considerando en forma creciente como sujetos con derecho a la orientación). 

En relación a los puntos propuestos por Palacios Liberato (pps. 13-14) podemos considerar que los criterios científicos son construcciones o modelos mentales que siempre requieren validarse, no equivalen a realidades fácticas ni a dogmas inamovibles, por ello requieren permanente constatación y a la vez pueden modificarse o proponerse teorías alternativas, cada cual con su campo de aplicación correspondiente, sobre todo hablando de las disciplinas “blandas” que también suelen llamarse disciplinas humanas. Ante lo cual, es imprescindible examinar y convalidar las teorías y sus supuestos, para atender tanto a la validez “universal” como a las particularidades del modelo al aplicarlo en regiones y condiciones muy diferentes a las del origen de los supuestos y teorías.

En páginas 15 y 16 se habla de propuestas que resguarden y desarrollen la “calidez” como trascendencia de una mera aplicación tecnocrática o industrializada, lo cual me parece sumamente válido e imprescindible en un mundo altamente tecnológico y por momentos deshumanizado, lo cual lleva a destacar la cualidad no solo científica sino también sumamente artesanal – vocacional de las intervenciones orientadoras.

Concuerdo con la necesidad de recuperar e integrar en la disciplina de la orientación los saberes ancestrales, disponiendo un espacio académico y profesional dentro del campo amplio de los conocimientos, competencias y prácticas de este ámbito, reconociendo por ejemplo el cuidado ecológico que la actual civilización científico tecnológica postindustrial transgrede impunemente.

Asimismo es importante el tema de las políticas educativas, económicas y sociales respecto a la orientación y su puesta en práctica con suficientes recursos humanos y materiales, dado que aún cuando existan leyes que aseguran el derecho a la orientación en sus diversos tipos, en la práctica se ignora su importancia y no se abren y/o se sostienen los dispositivos que la posibiliten a lo largo del tiempo no solamente para las nuevas generaciones sino como derecho de toda persona a lo largo de su vida.

En la misma dirección, coincido ampliamente con los conceptos de Manfred Max-Neef expresados en las páginas 18 y 19.

Respecto a algunos términos muy significativos para este trabajo, preferiría emplear los que están más ampliamente reconocidos y no los que puedan considerarse neologismos (por ejemplo en el diccionario de la R.A.E.) como ser descolonizador en lugar de decolonial (pág. 1). En cambio, en nota 6 al pie de página 3 se menciona según términos más ampliamente aceptados, “descolonización” y “des-colonial”. Lo mismo al término “problémico” que preferiría sustituir con el término “problemático” o “que problematiza” (págs. 4 y 5); colonialismo en vez de colonialidad (pág. 19).

La II PARTE (que se enuncia en pág. 22) no la encontré incluida en el trabajo enviado.


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