REFLEXIONES ACERCA DEL TRABAJO.
DRA. MARINA MÜLLER (ARGENTINA; UNIVERSIDAD DEL
SALVADOR, UNIVERSIDAD NACIONAL DE TRES DE FEBRERO, UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA
PLATA)
El tema es
altamente relevante por varios motivos:
·
La ampliación que supone respecto al campo
orientador, que en el ámbito educativo asume responsabilidad y participación en
variados temas transversales: rendimiento escolar, integración social a la
escolarización sistemática, acogida de padres u otros familiares
significativos, temas del consumo inteligente, la sexualidad responsable, la
prevención de las conductas de riesgo, los valores de solidaridad, compromiso,
participación ciudadana, derechos humanos, mediación y educación para la
solución pacífica de conflictos, etc, y otros que hacen a la formación integral
de los seres humanos.
·
La investigación de los diversos enfoques
teóricos y las prácticas en los países de Latinoamérica con sus peculiaridades
y tradiciones nacionales y regionales, las diversas formas de entender estos
aspectos y los diversos colectivos intervinientes como orientadores
(asociaciones, informantes, investigadores y productores de teoría). No veo
mencionada ni percibo el aporte de APORA, Asociación de Profesionales de la
Orientación de la República Argentina, que en convenio con la UNTREF
(Universidad Nacional de Tres de Febrero) se encuentra en Argentina proceso de
creación de la primera Maestría en Orientación - posiblemente Vocacional
Educativa -, y que desde hace 11 años ofrece la Especialización en Orientación
Vocacional y Educativa de la cual formo parte como Asesora y he sido Profesora
Titular de Orientación en el sistema Educativo desde su creación. En el marco
de la carrera de Especialización se han realizado varias investigaciones y se
encuentran otras en curso que pueden aportar a este tema.
·
El aporte que pueden hacer este tipo de trabajos
para sostener, ampliar, empoderar la orientación educativa y la orientación en
general en sus distintas variantes (agregando la orientación en sus tipos
vocacional-profesional-ocupacional, continua, para la carrera, laboral, y como
lo dice este artículo, “para la vida” no diría activa solamente, porque también
vale para las personas en situación de retiro o de necesidades especiales que
vean menoscabada o impedida la vida activa y hacia quienes la orientación va
considerando en forma creciente como sujetos con derecho a la
orientación).
En relación a los puntos propuestos por Palacios Liberato (pps. 13-14)
podemos considerar que los criterios científicos son construcciones o modelos
mentales que siempre requieren validarse, no equivalen a realidades fácticas ni
a dogmas inamovibles, por ello requieren permanente constatación y a la vez
pueden modificarse o proponerse teorías alternativas, cada cual con su campo de
aplicación correspondiente, sobre todo hablando de las disciplinas “blandas”
que también suelen llamarse disciplinas humanas. Ante lo cual, es
imprescindible examinar y convalidar las teorías y sus supuestos, para atender
tanto a la validez “universal” como a las particularidades del modelo al
aplicarlo en regiones y condiciones muy diferentes a las del origen de los
supuestos y teorías.
En páginas 15 y 16 se habla de propuestas que resguarden y desarrollen
la “calidez” como trascendencia de una mera aplicación tecnocrática o
industrializada, lo cual me parece sumamente válido e imprescindible en un
mundo altamente tecnológico y por momentos deshumanizado, lo cual lleva a
destacar la cualidad no solo científica sino también sumamente artesanal –
vocacional de las intervenciones orientadoras.
Concuerdo con la necesidad de recuperar e integrar en la disciplina de
la orientación los saberes ancestrales, disponiendo un espacio académico y
profesional dentro del campo amplio de los conocimientos, competencias y
prácticas de este ámbito, reconociendo por ejemplo el cuidado ecológico que la
actual civilización científico tecnológica postindustrial transgrede
impunemente.
Asimismo es importante el tema de las políticas educativas, económicas y
sociales respecto a la orientación y su puesta en práctica con suficientes
recursos humanos y materiales, dado que aún cuando existan leyes que aseguran
el derecho a la orientación en sus diversos tipos, en la práctica se ignora su
importancia y no se abren y/o se sostienen los dispositivos que la posibiliten
a lo largo del tiempo no solamente para las nuevas generaciones sino como
derecho de toda persona a lo largo de su vida.
En la misma dirección, coincido ampliamente con los conceptos de Manfred
Max-Neef expresados en las páginas 18 y 19.
Respecto a algunos términos muy significativos para este trabajo,
preferiría emplear los que están más ampliamente reconocidos y no los que
puedan considerarse neologismos (por ejemplo en el diccionario de la R.A.E.)
como ser descolonizador
en lugar de decolonial (pág. 1). En cambio, en nota 6 al pie de página 3 se
menciona según términos más ampliamente aceptados, “descolonización” y
“des-colonial”. Lo mismo al término “problémico” que preferiría sustituir con
el término “problemático”
o “que problematiza”
(págs. 4 y 5); colonialismo
en vez de colonialidad (pág. 19).
La II PARTE (que se enuncia en pág. 22) no la
encontré incluida en el trabajo enviado.
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