Pensar el(Sub)Desarrollo en América Latina.Pbro. Mcs. Luis Eduardo Martínez Bastardo(Ven)

 

Una visión antropológica del problema.

 


Resumen

Desde hace un poco más de un siglo en América latina el tema del Desarrollo ha sido concebido desde la óptica de un continente en desventaja, es así que no podemos negar la situación de pobreza que se presenta ante nosotros como un reto. El desarrollo de este lado del mundo está íntimamente unido al tema de la emancipación, de la subversión, del anticolonialismo y el antiimperialismo. No obstante, la cuestión económica ha sido la gran preocupación apartando de éste el asunto antropológico, humano. De eso se trata este trabajo de investigación, de poner frente al tema del desarrollo la dimensión antropológica como una importante condición para que el desarrollo sea considerado como tal. Haremos un recorrido en tres capítulos. El primero, sobre el desarrollo humano, el segundo sobre la intervención de las mujeres en los cambios económicos de este continente y el tercero se ha fundamentado en la relación de lo personal con lo social como expresiones contextuales concomitantes. La conclusión nos condujo a presentar la propuesta de desarrollo elaborada por el Papa Francisco, dándole a la economía y a la política una dimensión distinta, mucho más antropológica.

 

Palabras claves: Desarrollo, Economía, Antropología, Feminismo, Política.

 

Abstract

For a little more than a century in Latin America, the issue of Development has been conceived from the perspective of a disadvantaged continent. Thus, we cannot deny the situation of poverty that presents itself to us as a challenge. The development of this side of the world is closely linked to the theme of emancipation, subversion, anti-colonialism and anti-imperialism. However, the economic question has been the great concern, separating from it the anthropological, human issue. That is what this research work is about, to put the anthropological dimension in front of the development issue as an important condition for development to be considered as such. We will take a tour in three chapters. The first, on human development, the second on the intervention of women in the economic changes of this continent and the third has been based on the relationship of the personal with the social as concomitant contextual expressions. The conclusion led us to present the development proposal elaborated by Pope Francis, giving economics and politics a different dimension, much more anthropological.

 

Key words: Development, Economics, Anthropology, Feminism, Politics.

 

Liminar

América Latina está viviendo una situación escasamente imaginable en presencia de una crisis financiera, económica y social de principios del milenio. Esta situación se debe a razones de distinta índole. Un cambio significativo de la estructura económica mundial, a partir del nuevo rol de China y de la India en la estructura de producción, inversión, consumo, exportaciones e importaciones globales, han vuelto a América Latina menos dependiente de los centros del capitalismo avanzado (Rosales y Kuwayama, 2007). Estos centros, guiados por principios neoliberales, atraviesan, desde 2008, una histórica crisis que está afectando la economía real (CEPAL, 2010).


Más allá del contexto, y con distintos grados y variaciones, han surgido nuevas políticas económicas de los gobiernos sudamericanos que también han tenido una gran repercusión en el comportamiento humano y social de los que viven en este lado del mundo. Han recorrido el continente políticas orientadas por principios de estímulo al crecimiento del producto, a la producción de manufacturas, al crecimiento del empleo, del empleo registrado y del empleo industrial.

            El análisis que vamos a procurar en este intento científico de aproximación al desarrollo latinoamericano está revestido del problema socioeconómico y de lucha de clases que se ha agudizado en estos últimos años dado que la política se ha convertido en la brújula que dirige la economía, sino que también procuraremos señalar algunas dimensiones que tocan lo antropológico, lo humano que en definitiva es lo que hace posible el funcionamiento de todos los sistemas. Por esta razón es que el punto de partida es el Desarrollo humano, y culminaremos con la propuesta del Papa Francisco para un desarrollo sustentable y profundamente humano que encontramos en su última carta encíclica “Fratelli Tutti”.

 

El desarrollo Humano

Muy probablemente la cuestión de la correlación entre desarrollo y desarrollo humano es donde actualmente existe un acuerdo más amplio a partir de la teoría de Sen (1979). La tesis más importante de este planteamiento, desde el punto de vista económico, es que el desarrollo (incluso en su dimensión de crecimiento y de aumento) tiene una asociación importante con la mejora de los indicadores educativos, de alimentación, de salud, de vivienda y servicios básicos, de seguridad social, y de igualdad étnica y de género. La educación es una buena noticia que se refleja en todos los ámbitos.

No solo se trata de un enfoque de inversión en “capital humano” y la demostración de sus altas tasas de retorno en términos individuales y sociales. Más bien, se trata de admitir e identificar que un aumento general de las capacidades de los individuos, y en particular de los miembros de los sectores sociales más desfavorecidos, redunda en un aumento general del desarrollo. La capacidad de educar genera libertad, seguridad que afecta positivamente el compromiso ciudadano, entendiendo este no desde el resentimiento sino desde la sociabilidad. Esta perspectiva convierte el debate democrático sobre la mejor fórmula de asignación de inversiones en capital físico, tecnología e infraestructura, por un lado, e inversiones en desarrollo humano, por otro, en una cuestión de extrema importancia en América Latina (Sen, 1998).

Los valores que conocemos y defendemos como son: desarrollo, identidad y justicia se han puesto convenientemente en contra de la estructura socioeconómica de bajo crecimiento, ruptura de la movilidad, aumento de la desigualdad y concentración de la riqueza que caracterizó a América Latina desde los 80 hasta principios de esta década, ha estado acompañada por valores de individualismo, codicia, enriquecimiento rápido y pérdida de valores de identidad cultural. Resultaron parte de un proceso de globalización y vinculación latinoamericana con el capitalismo global y financiero; con esta hegemonía cultural y se establecieron con relativa claridad los modos en que dichas culturas nacionales o populares se interrelacionaban con la cultura global (García Canclini, 1984).

Estos estudios mostraron también la importancia que tiene la identidad cultural y su articulación (en términos de ampliación de la comprensión del mundo global y de reconocimiento a la identidad de otras culturas) con la cultura global. También se identificó la importancia que tiene la difusión de éticas de solidaridad, justicia y corrección de las desigualdades como factor del desarrollo (Kliksberg, 2004).La cuestión consiste no solo en la consolidación de un capital cultural para la competitividad, sino en cómo la difusión de los valores del desarrollo (crecimiento, innovación, igualdad en términos de capacidades), la construcción de lazos de solidaridad y cooperación, la consolidación de identidades nacionales, culturales, territoriales y étnicas vinculadas al mundo global, y la promoción de la libertad se convierten en preferencias ciudadanas y de los actores socioeconómicos para el desarrollo (Boisier, 2005).

La cuestión remite a las acciones públicas, privadas y sociales en materia educativa, de formación de agentes socioeconómicos, de contenidos de los medios de comunicación, de la naturaleza de la producción cultural, y de contenido y forma del discurso político. Todas ellas, formadoras de valores y preferencias.

 

Economía, mujeres y género

Ciertamente en este momento el tema del género es un tema controversial. Se trata de una discusión que ha ido tomando cuerpo a pesar de su carente sustento filosófico. En la construcción de la ciencia económica, las mujeres y sus experiencias quedaron fuera de las fronteras de los intereses de los economistas y de la economía. Las inquietudes de la ciencia económica se han definido y abordado, sin considerar las disparidades entre hombres y mujeres. Por su parte, la participación femenina restringida en el ámbito de lo público, ha incidido a su vez para que las mujeres no sean agentes activas en las decisiones sobre política económica, debido a su relativa marginación de la esfera de las decisiones políticas y de los cargos en niveles gubernamentales.

El concepto de la racionalidad prevaleciente está sesgado por concepciones a priori de género; el agente representativo, racional e informado, que toma decisiones buscando maximizar su bienestar (utilidad), “no tendría” sexo, clase, edad o pertenencia étnica, y “estando fuera” de un contexto histórico, social y geográfico particular (Ferber y Nelson, 1993). Ello impide que se enfrenten adecuadamente desde el punto de vista económico, las restricciones particulares que enfrentan las mujeres en tanto agentes económicos y sociales. En general, cuando desde la disciplina económica, así como desde las políticas económicas se atiende a la equidad entre hombres y mujeres, se considera más bien como una problemática de carácter social y discutible en el contexto de la distribución de los frutos del crecimiento económico y sus beneficios.

Las motivaciones inducidas por valores tales como el altruismo, la empatía, la reciprocidad, la solidaridad, el cuidado del prójimo, quedan al margen de las decisiones de las personas, pese a que los seres humanos responden a una variedad de factores además del propio interés individual (Benería, 1999). La economía busca aportar evidencia empírica parcial que, leída en conjunto y acompañada de teoría, puede contribuir a entender la dinámica de fenómenos agregados complejos, como la evolución de la desigualdad en una gran región (Ciaschi, M., Galeano, L., y Gasparini, L., 2021). Al decir de Julie Nelson: “El homo economicus” no es una buena descripción de la mujer, pero tampoco es una buena descripción del hombre”.

 

Articulación de lo personal con lo social

Los modelos políticos y estilos de desarrollo dominantes se han tropezado con tremendos obstáculos para compatibilizar el desarrollo personal con el desarrollo social. Tanto las dinámicas del ejercicio del poder, como los efectos de ideologías excluyentes, tienden a disolver a las personas en arquetipos de masas, o a sacrificar a las masas por arquetipos del individuo. Una sociedad sana debe plantearse, como objetivo ineludible, el desarrollo conjunto de todas las personas y de toda la persona.

La articulación de la dimensión personal del desarrollo con su dimensión social puede lograrse a partir de niveles crecientes de auto dependencia. En el ámbito personal, la auto dependencia estimula la identidad propia, la capacidad creativa, la autoconfianza y la demanda de mayores espacios de libertad. En el plano social, la auto dependencia refuerza la capacidad para subsistir, la protección frente a las variables exógenas, la identidad cultural endógena y la con quista de mayores espacios de libertad colectiva. La necesaria combinación del plano personal con el plano social en un Desarrollo a Escala Human a obliga, pues, a estimular la auto dependencia en los diversos niveles: individual, grupal, local, regional y nacional.

El Estado deberá desempeñar un papel fundamental abriendo espacios de participación a distintos actores sociales, a fin de evitar que, a través de la reproducción de mecanismos de explotación y de coerción, se consoliden proyectos autónomos perversos que atenten contra la multiplicidad y diversidad que se pretende reforzar.

 

Si el desarrollo no incluye lo humano, no es desarrollo.

            A manera de conclusión quiero introducir un planteamiento que puede desencontrarse con este discurso positivista y estructuralista de la economía frente a la frescura de la propuesta humana. En la última Carta Encíclica del Papa Francisco que ha representado una importante y controversial propuesta en temas discutibles como la política y la economía, y cuyo título es “Fratelli Tutti”, la nueva humanidad a la que apunta el Papa solo será posible con una nueva educación, y en este caso vamos a relacionar con la visón integral del desarrollo en América, un tema que no está ausente en el documento papal.

El Papa Francisco a propósito del diálogo dice que puede confundirse con un febril intercambio de opiniones en las redes sociales, muchas veces orientado por información mediática no siempre confiable. Son sólo monólogos que proceden paralelos, quizás imponiéndose a la atención de los demás por sus tonos altos o agresivos. Pero los monólogos no comprometen a nadie, hasta el punto de que sus contenidos frecuentemente son oportunistas y contradictorios; descalificar rápidamente al adversario, aplicándole epítetos humillantes, en lugar de enfrentar un diálogo abierto y respetuoso, donde se busque alcanzar una síntesis superadora. (Francisco, 2020).

            Una educación dialógica no es solo aquella que se empapa del método filosófico socrático, con el cual el diálogo se convierte en la fuente para alcanzar el conocimiento o la verdad, la educación dialógica es la que hará que se formen los futuros héroes del mundo, los que romperán la lógica enfermiza de la descalificación. Una educación para el diálogo es una educación para propiciar el encuentro. Esta ha sido una idea fundamental en el magisterio del Papa Francisco. Para propiciar la cultura del encuentro debe haber una disposición que alimenta la capacidad de comprender el sentido de lo que el otro dice y hace, aunque uno no pueda asumirlo como una convicción propia.

            Una definición importante es también en el contexto del desarrollo, la cultura del encuentro.  Es un estilo de vida tendiente a conformar ese poliedro que tiene muchas facetas, muchísimos lados, pero todos formando una unidad cargada de matices, ya que el todo es superior a la parte. (Francisco 2020). La persona humana es concebida al centro de todo acto social y es reconocida en su esencia y en sus diferencias. El auténtico desarrollo y dialogo social supone la capacidad de respetar el punto de vista del otro aceptando la posibilidad de que encierre algunas convicciones o intereses legítimos. El otro es una condición externa de mí que habla de mí; me recuerda los derechos que tengo ante los demás y los derechos del alter ante mí. Para que haya un verdadero diálogo yo debo aceptar la presencia de alguien distinto que tiene sus propios interesas.

 

Referencias

 

CEPAL (2010), Estudio económico de América Latina y el Caribe 2009-2010, Santiago, CEPAL.

 

Rosales, Osvaldo y Kuwayama, Mikio (2007), “América Latina y China e India: hacia una nueva alianza de comercio e inversión”, Santiago, CEPAL (Serie Comercio Internacional; Nº 81).

 

Sen, Amartya (1979), “Equality of What?”, en The Tanner Lecture on Human Values, Los Angeles, Stanford University.

 

__________ (1998), “Teoría del desarrollo a principios del siglo XXI”, en El desarrollo económico y social en los umbrales del siglo XXI, L. Emmerij y J. Núñez del Arco (comps.), Washington, BID.

 

García Canclini, Néstor (1991), “Gramsci con Bourdieu: hegemonía, consumo y nuevas formas de organización popular”, en Nueva Sociedad, Nº 71, Buenos Aires, marzo-abril.

 

Kliksberg, Bernardo (2004), Más ética, más desarrollo, Buenos Aires, Temas Grupo Editorial.

 

Boisier, Sergio (2005), “Un ensayo epistemológico y axiológico sobre gestión del desarrollo territorial: conocimiento y valores”, en Imágenes en el espejo: aportes a la discusión sobre crecimiento y desarrollo territorial, Sergio Boisier, Buenos Aires, Editorial Puerto de Palos.

 

Benería, Lourdes (1999) “Globalization, Gender and The Davos Man”. Feminist Economics, Volume 5, Number 3 November 1999, pages 61 – 83

 

Ferber, Marianne A. and Julie A. Nelson. “Beyond Economic Man: Feminist Theory and Economics”. Chicago: University of Chicago Press, 1993.

 

Santo Padre, Francisco (2020) Carta Encíclica Fratelli Tutti. Editrice Vaticana.

 

Max-Neef, M., Elizalde, A., Hopenhayn, M. (1986). Desarrollo a Escala Humana: una opción para el futuro.  Development Dialogue. Número Especial. Cepaur. Fundación Dag Hammarskjold. Chile. Disponible en: https://www.max-neef.cl/descargas/Max_Neef-Desarrollo_a_escala_humana.pdf

 

Ciaschi, M., Galeano, L., y Gasparini, L., (2021). Estructura productiva y desigualdad salarial: evidencia para América Latina. Disponibles en file:///C:/Users/Luis%20Eduardo/Downloads/document.pdf

 

 

(*) Pbro. Msc. Luis E. Martínez B. sacerdote miembro del presbiterio diocesano de Maracay que presta sus servicios en la Arquidiócesis de Valencia. Es candidato al Doctorado en Educación de la Universidad de Carabobo y párroco de Jesús Buen Pastor en la Urb. Los Caobos en Valencia

 

 

 

 

 

 


 

 


 

 

 

 

 

 

Aislamiento social, Educación de emergencia y futuro: experiencias subjetivas de discontinuidad en la trayectoria vocacional[1]

Lic. Oscar Rodríguez(Ar)[2]

 

Resumen

El contexto de Aislamiento Social Preventivo Obligatorio (ASPO) por Pandemia del Covid-19 impulsó una modalidad de Educación de emergencia en Argentina basada en la generación de las más diversas burbujas virtuales, reactivando y generando flujos de conexión remota entre diferentes personas como nunca antes en el sistema educativo argentino. Los procesos educativos siguieron esta senda, atravesando el calendario con todo tipo de interferencias y se ha visto en crisis la idea de Trayectoria Educativa; se han tenido que repensar, reconfigurar, re-establecer, sostener y generar nuevos tipos de lazo social. El itinerario vital, que contiene al proyecto de vida, la autopercepción de la trayectoria académica y de aprendizaje, así como la construcción propia de las expectativas de época en relación al desarrollo evolutivo, se pueden ver sacudidos en la expresión de muchos jóvenes que no saben si “este año cuenta” o no, o de qué modo cuenta (como pausa?, como retroceso?) en sus recorridos vitales. Esta experiencia en relación al tiempo y a la posibilidad de proyectar en medio de la confusión interpela el rol de la Orientación como espacio de consulta que resulta clave en la construcción del proyecto de vida como un eje de salud.

 

Palabras clave: Aislamiento Social; Educación de Emergencia; Tiempo subjetivo; Incertidumbre; Orientación.

Abstract

The context of Obligatory Preventive Social Isolation (ASPO) due to the Covid-19 Pandemic promoted an emergency education modality in Argentina based on the generation of the most diverse virtual bubbles, reactivating and generating remote connection flows between different people like never before in the Argentine educational system. The educational processes followed this path, going through the calendar with all kinds of interferences and the idea of ​​the Educational Path has been in crisis; they have had to rethink, reconfigure, re-establish, sustain and generate new types of social ties. The life itinerary, which contains the life project, the self-perception of the academic and learning trajectory, as well as the own construction of the expectations of the time in relation to evolutionary development, can be seen shaken in the expression of many young people who do not know if "this year counts" or not, or in what way does it count (as a pause ?, as a setback?) in their vital journeys. This experience in relation to time and the possibility of projecting in the midst of confusion questions the role of Guidance as a consultation space that is key in the construction of the life project as a health axis.

Keywords: Social Isolation; Emergency Education; Subjective time; Uncertainty; Guidance.


El contexto de ASPO por Pandemia de Covid-19 impulsó políticas coordinadas con esta medida en los principales espacios de la vida social, entre ellos el de la Educación que ha tenido que adoptar, no sin un fuerte sesgo de incertidumbre inicial, una muy diversa modalidad de Educación de emergencia adecuando sus medios, lenguajes, herramientas, formatos de clase, y por sobre todo, lo más sensible al acto pedagógico: el encuentro entre enseñantes y aprendientes.

Este tipo de educación y de aprendizaje, ha generado sobre todo en sus destinatarios las más diversas experiencias teniendo en cuenta los múltiples atravesamientos con los que ésta se construye, tanto si consideramos lo material (dispositivos tecnológicos, tipo y calidad de accesos a internet) como desde lo subjetivo (capacidades adquiridas en cuanto a lo digital, modalidad de aprendizaje escolar-académico, expectativas y hábitos relativos a la educación, etc.). De entre estas experiencias, se fueron expresando con cada vez mayor frecuencia voces que hablaban de “tiempo perdido” o “año perdido” en relación al aprendizaje, dictaminando implícitamente la preponderancia de una eficacia al parecer exclusiva que se atribuye a la educación presencial, por sobre las diferentes modalidades que se construyen desde lo virtual.

Ante dicha suspensión se han abierto las más diversas burbujas virtuales, más o menos interconectadas, y se han reactivado y generado flujos de conexión remota entre diferentes personas como nunca antes en el sistema educativo argentino. Estas nuevas escuelas y aulas representadas por esta metáfora hologramática que implica la red que se establece en una clase sincrónica por video-llamada en la que el/la docente se encuentra posiblemente en su casa, así como también los demás participantes de la misma, que interactúan tanto desde la plataforma que los comunica en ese momento (Zoom, Google Meet, Jitsi, Dúo, Cisco Webex, entre otros) como de las que complementan este enclave de conexiones (Aula virtual, Red Social), han zarpado hacia un mar del que tenían muy escasa cartografía.

Es decir, todo lo que se emprendió estuvo ligado a una inevitable incertidumbre y exploración propias de medidas de emergencia ante situaciones inéditas (tal es la denominación que se utilizó para esta estrategia pedagógica de este tiempo aquí en Argentina, Educación de Emergencia[3]). Y como toda acción de emergencia, intenta salvaguardar, sostener y restituir lo más valioso, lo más prioritario, con las herramientas disponibles, ganando tiempo en lo posible para que, mientras el peligro no ceda, se puedan ir ajustando y obteniendo mejores herramientas para lograrlo.

Los procesos educativos siguieron esta senda, atravesando el calendario con todo tipo de interferencias, en todos los planos que pueda utilizarse esta palabra: desde los cortes de luz que puedan afectar a un barrio o ciudad, pasando por la infinidad de vaivenes que las conexiones a internet pueden generar considerando su medio, origen, capacidad, dispositivo, etc., hasta la vinculación forzosa que han tenido que hacer con esta modalidad tanto docentes como estudiantes, independientemente de su experiencia previa en el dominio de herramientas Tic. Se ha visto en crisis la idea de Trayectoria Educativa[4]. En este marco, se han tenido que repensar, reconfigurar, re-establecer, sostener y generar nuevos tipos de lazo social ante un “aislamiento físico que genera otras formas de presencias, como las virtuales a través de variadas plataformas tecnológicas (...) Nuevas formas de lazo social que no reemplaza el cuerpo a cuerpo, pero que intenta estrategias de acercamiento, de palabra, de mirada”. (Rascovàn, 2020) El tiempo del calendario académico, sumado a los tiempos más líquidos que rigen los espacios virtuales y al avance constante del virus devenido en Pandemia, ha generado una crisis social y subjetiva en cuanto a la experiencia interna del tiempo, “...la alteración de lo cotidiano que produce la pandemia y el consecuente aislamiento afecta la temporalidad” sostiene este mismo autor en el artículo citado.

El itinerario vital, que contiene al proyecto de vida, la autopercepción de la trayectoria académica y de aprendizaje, así como la construcción propia de las expectativas de época en relación al desarrollo evolutivo, se pueden ver sacudidos en la expresión de muchos jóvenes que no saben si “este año cuenta” o no, o de qué modo cuenta (como pausa?, como retroceso?) en sus recorridos vitales. Los ejemplos más visibles de esto lo constituyen los jóvenes que transitan trayectos de terminalidad de nivel, tanto Medio (Secundario) como Superior o Universitario: ¿estaré preparado(a) para iniciar la universidad con esta experiencia de aprendizaje de emergencia? ¿qué experiencias profesionales estoy desarrollando al finalizar mi carrera de grado, para cuál mundo laboral?

Es así como se expresa la impronta que la lógica eficientista, de la calidad educativa de la prespecialidad como única vía de aprendizaje, una preocupación casi excluyente por el contenido, la información, por sobre las cuestiones de fondo que sostienen el aprendizaje: el lazo social, el encuentro, el vínculo.

Estos cuestionamientos sin duda se entrecruzan con otro debate que se ha instalado en diversas esferas de este tiempo en lo referido a cuál será la “normalidad” a la que se volverá o que se construirá, en todo caso, una vez que las sociedades puedan retomar algunas actividades ya más plenas cuando no esté latente el peligro de contagio masivo.

En las consultas clínicas de Orientación Vocacional, muchos jóvenes plantean incertidumbres similares a los tiempos pre-pandemia como si estuviéramos viviendo una situación lo suficientemente pasajera como para confiar en que la normalidad de ese entonces se reinstalará tal cual, como si hubiera algún tipo de certidumbre en ello (aunque más semeja una posición entre la expectativa y el deseo). Sin embargo, cuando se va entramando el discurso y la dialéctica del proceso de Orientación, empiezan a emerger las nuevas incertidumbres propias del registro que produce lo que se está viviendo socialmente en lo subjetivo: ¿Estaré lo suficientemente preparado(a) para ingresar a tal o cual carrera con esta forma de estudiar-aprender?. Es decir, si siempre fue una de las preocupaciones centrales del aspirante al Nivel Superior o Universitario su dominio de saberes mínimos o ajustados a lo requerido por dicho nivel, en este contexto se expresa notable desconfianza o confusión acerca del aprender. Una pequeña crisis dentro de una macro crisis que está viviendo la educación cuestionándose nuevamente sus bases en una situación que pone en jaque la tríada pedagógica (docente, alumno, contenido), ya que se impone su reconfiguración dinámica constante en una realidad que ha puesto el aula en otro lugar (o en varios lugares en simultáneo: los hogares, las plataformas, los dispositivos, la escuela, internet).

Y así como la educación replantea sus coordenadas esenciales, la Orientación no puede estar ajena a los efectos del presente escenario que, una vez más, interpela su posición tal y como a lo largo de su historia (desde inicios del siglo XX) siempre lo ha hecho. Es decir, la Orientación Vocacional/Profesional ha tenido siempre enfoques y trayectorias ligadas a los procesos sociales de cada época, no sin su lógica diversidad de líneas de abordaje e investigación al interior de un campo tan complejo y múltiple, tanto así que hacia el siglo XXI desarrolla prácticas que poco se acomodan ya al sentido etimológico del término que la ha instalado socialmente[5] y se construyen, al menos en crecientes comunidades de profesionales de nuestro país, en el seno de una constante reflexión crítica sobre nuestro hacer.

El contexto de pandemia por Covid-19 es uno de esos escenarios que nos interpelan nuevamente, no sólo por lo antes descripto como panorama de los sujetos y grupos en situación de ir definiendo sus proyectos, si no porque este mismo escenario ya no es el que veníamos leyendo, analizando, pensando y comprendiendo para poder acompañar en esa empresa vital. Mirta Gavilán plantea que “Toda elaboración de un proyecto, educativo, laboral, personal y/o social y su concreción, apuntan a crear espacios de salud. (Gavilán, 2020), y es justamente este tipo de espacio el que está jaqueado hoy en nuestras vidas. En Argentina, diversos espacios que colectivizan a los profesionales de la orientación, tanto institucionales (como la Asociación de Profesionales de la Orientación de la República Argentina- APORA), como los que se entraman mediante redes emergentes y fluidas que se constituyen a través de grupos y contactos desarrollados en portales web, perfiles de redes sociales digitales, están planteando durante este año diversos desafíos que la práctica va afrontando y con qué herramientas irá repensando su rol en el futuro mediato. De este mismo modo, colegas latinoamericanos también movilizan sus herramientas de difusión para llamar a la reflexión en torno a ésto[6]. En éstos últimos días, desde la plataforma www.enclavevocacional.com hemos  desarrollado la Jornada Virtual “Orientación e Intervención en los Nuevos Escenarios del Aprendizaje”, planteando desde una perspectiva psicopedagógica cuáles  son los desafíos situados de los/as Orientadores/as en un contexto en el que la Pandemia inviste el paisaje constantemente, pero que cuya crisis visibiliza problemáticas sociales y culturales de fondo como las desigualdades de género, las trayectorias de vida mediadas por TICs, las tramas escolares y vitales que se ponen en juego como dijimos al principio del presente artículo, y el modo en que todo esto desacomoda al Profesional de la Orientación de ese lugar ya de por sí incómodo de ser depositario de una expectativa de certeza que nunca existió y que en este 2020 desafía nuevamente sus paradigmas. Los sujetos que conforman el campo de la Orientación están en crisis respecto del futuro, a la vez que los profesionales también lo están. ¿Cómo podemos construir en este tiempo una experiencia profesional que aloje estas problemáticas cuando el futuro parece desafiliar lo que se proyecta? Colegas, tenemos trabajo…

 

Referencias

 

Greco, M. Beatriz (2015). Trayectorias educativas: el trabajo de los equipos de orientación escolar, desde la psicología educacional contemporánea. Anuario de Investigaciones, XXII( ),153-159.[fecha de Consulta 21 de Septiembre de 2020]. ISSN: 0329-5885. Disponible en:   https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=3691/369147944014

 

Gavilan, Mirta (2020). Orientación y pandemia. Disponible en:   https://www.aidoel.org/wp-content/uploads/2020/05/ORIENTACION-Y-PANDEMIA.pdf

 

Rascovan, Sergio (2020). Orientación y pandemia. Reflexiones para promover el debate. Revista mexicana de orientación educativa. Volumen 17 número 38 enero-junio 2020, pp. 1-12.

 

Necesidades de investigación en orientación educativa (Con o sin Pandemia).Disponible en https://relapro2020.blogspot.com/2020/08/necesidades-de-investigacion-en.html

 

 



 


 

 

 

Orientación Vocacional en Tiempos de Ruido

Diana Marcela Méndez Gómez[7]

 

 

“Inteligencia es la habilidad

de adaptarse a los cambios”

Stephen Hawking (1942-2018)

 

Resumen

 

El artículo aborda el tema de la orientación vocacional desde una perspectiva de hiperinformación como lo ha sido esta etapa de globalización. Ruidos que se han agudizado a partir de la declaratoria de pandemia por la OMS el pasado 13 de marzo de 2020. Esta nueva etapa que ha afectado sin distinción a países de primer, segundo y tercer mundo de acuerdo con las denominaciones de los organismos internacionales y ha visibilizado los efectos colaterales de la implementación de políticas neoliberales en materia económica, de salud y educación principalmente. La pandemia, ha insertado una dinámica diferente que fusiona el espacio público y el privado por ello, es importante articular el tema de la interioridad y la autoidentidad como esenciales para garantizar que el proceso de Orientación Vocacional redunde en una adecuada toma de decisiones por parte de los orientados, bien sean estos estudiantes en los últimos grados de educación media de los sistemas escolares de América Latina y el Caribe o de aquellos que habiendo culminado sus estudios se encuentran en un punto de parálisis en la toma de decisiones de sus Proyectos de Vida en esta trayectoria tan compleja y que buscan asesorías particulares dentro de la coyuntura de aislamiento social y las nuevas formas de ejercer esta orientación en la época en la que nos encontramos.

 

Palabras clave: Orientación Vocacional, ruido, interioridad, autoidentidad, toma de decisiones.

Introducción

El objetivo del presente artículo es brindar unos elementos reflexivos en torno a los procesos de orientación vocacional en estos tiempos de pandemia desde una perspectiva que contempla la interioridad y la autoidentidad como esenciales para la toma acertada de decisiones.


Considera como elementos subyacentes, la experiencia como Orientadora Escolar en la educación pública de la ciudad de Bogotá, Colombia, en donde los procesos de investigación e implementación de la Orientación Vocacional fueron esenciales para el dinamismo de la política pública, además articula la experiencia en procesos de consultoría para estudiantes del sistema educativo privado desde hace más de diez años y las dinámicas de transformación que la coyuntura actual ha impregnado a este proceso de acompañamiento.

La globalización como uno de los rasgos característicos de la época en la que nos encontramos ha generado un sinnúmero de transformaciones en aspectos económicos, sociales, educativos y laborales, todos los cuales han dinamizado bajo otros paradigmas las relaciones del Ser Humano, bien sean estas de carácter intrapersonal o interpersonal. Por lo cual es imperativo reconocer entre otros elementos, el contexto en el que nos encontramos y la responsabilidad cada vez mayor que se deposita en los sistemas escolares de nuestros países frente a temas de crecimiento económico, desarrollo humano y superación de la pobreza.

 Sin ir muy lejos, el cuarto objetivo del Milenio se establece como la Calidad Educativa apreciando la responsabilidad dada a la educación para acoger la diversidad, implementar la inclusión y eliminar la pobreza, desconociendo con ello, los aspectos estructurales e históricos de tipo económico, político y social que han fortalecido paradigmas de homogeneidad, exclusión y carencia y han sobredimensionado entre otros, el tema de las sociedades del conocimiento, y el desarrollo cognitivo en los procesos escolares bajo la influencia de un paradigma occidental y científico que a partir de las narrativas de sus historiadores ha tratado de borrar toda huella ancestral mesoamericana que dista del discurso de carencia, subdesarrollo y acumulación hasta de conocimientos de pocos en detrimento de muchos. 

En esencia, la educabilidad como uno de los fenómenos esenciales de los procesos humanos y en los cuales el tema del “Curso de Vida” en las diferentes Trayectorias sean estas escolares o no, constituyen el eje transversal a partir del cual se puede garantizar un desarrollo integral humano sostenible. Al respecto, es importante recordar que Trayectoria según la RAE hace referencia a esa línea descrita o recorrido que sigue alguien al desplazarse de un punto a otro, aquel curso o evolución que, a lo largo del tiempo, sigue el comportamiento de una persona o de un grupo social en sus actividades intelectuales, morales, artísticas, económicas, académicas, laborales, ocupacionales.

Por ello, se plantean estas como escolares o no. Los estudios sobre trayectorias o curso de vida, como se conoce hoy, representan un campo de investigación interdisciplinario que ha renovado el debate en diversos ámbitos de la realidad social en donde se destacan la producción sobre las nuevas condiciones de la realidad juvenil y el proceso de transición del sistema escolar, concepto que ha evolucionado desde su introducción por el Sociólogo Pierre Bourdieu desde un enfoque constructivista estructuralista o estructuralismo constructivista (1988) al refutar el tema de historia de vida,


altamente utilizado por Sociólogos, Psicólogos y Trabajadores.


Para el enfoque de Curso de Vida[8], existen tres elementos fundamentales:

En primer lugar, la Trayectoria que representa a las diversas dimensiones en las que se desenvuelve la vida de un sujeto (escolaridad, trabajo, familia, etc.) la cual está compuesta por una variedad de trayectorias que entrelazadas o entretejidas conforman su “trayectoria vital o curso de vida”

 

De otra parte, se encuentra la Transición, que en lenguaje metafórico es el pasaje de un estado a otro o tránsito (primera infancia a infancia, adolescencia a juventud, juventud a adultez, desempleo a actividad). La transición les da forma y sentido a las trayectorias. Es importante reconocer que, aunque estos pasajes se encuentran institucionalizados en la sociedad global, no son absolutamente previsibles ni predeterminados ya que siempre encontraremos a los divergentes que salen un poco de ese statu quo.

 

Finalmente, los Turning Points, puntos de inflexión, eventos o momentos que provocan un viraje en un curso de vida. Pueden ser de origen histórico o personal y que marcan o más bien dan lugar a transformaciones.[9]

 

De allí la importancia de unir al trabajo de Orientación Vocacional, la biografía individual ya que está interconectada con la biografía de otros sujetos, de manera que es necesario considerar los entornos y las relaciones en las que se encuentra inmerso el estudiante en donde la Familia y el contexto social y cultural juegan un papel esencial y brindan elementos tanto para el análisis de su vida como para la toma de decisiones. En otras palabras, la biografía de un sujeto está determinada por el contexto y el tiempo en el que se desarrolla la misma. En este enfoque, se aprecia la presencia del principio de libre albedrío, que enmarca el surgimiento de la economía liberal y con ella las transformaciones familiares, sociales, laborales y académicas. Este principio afirma la existencia de una estructura de oportunidades que implica limitaciones provenientes de las circunstancias histórico-sociales, dentro de las cuales los individuos hacen elecciones y llevan a cabo acciones que determinan su propio curso de vida (Roberti, 2011)

Por ello, es necesario reconocer las dinámicas cambiantes marcadas por la incertidumbre que se encuentran un poco más evidentes en la época actual que en generaciones precedentes. Para los ancestros las dinámicas parecían estáticas, las situaciones eran más estables en términos de relaciones, fenómenos y demás, pareciera ser como si el reloj se moviera un poco en la esencia de la tortuga mientras que ahora se transita al ritmo de la liebre, a la velocidad de la luz con la que llegan las comunicaciones desde otras latitudes y en la que las tecnologías de la información y la comunicación están en el centro de las relaciones interpersonales a través de las redes sociales.


Fenómenos como el que estamos transitando a partir de la declaratoria de pandemia de la Organización Mundial de la Salud OMS el pasado 13 de marzo de 2020, con las consecuentes medidas de aislamiento social implementadas por la mayoría de los países del mundo para poder preparar a los sistemas de salud agotados y exprimidos por los modelos neoliberales de economía en los que influenciaron organismos internacionales, son un ejemplo de esos modelos que han paralizado hoy a la humanidad. Procesos mecánicos y repetitivos al estilo del clásico “Tiempos Modernos de Chaplin” y que ha enmarcado a la humanidad en una incertidumbre generalizada y sin tiempo de caducidad. Desde otra perspectiva, ese escenario también permite una dinámica posibilitadora del encuentro consigo mismo en un nivel más elevado de consciencia al reducir un poco los niveles de extroversión, superficialidad y ruido que caracterizan a este periodo de la historia.

Sin tiempo y sin soledad no puede haber espacio para la consciencia. En muchos casos no se ve porque no se quiere ver, en otros porque no hay tiempo para hacerlo, en otros porque no se prioriza o no se sabe que se puede hacer con lo que resulte de adentrarse en ese descubrimiento, pero en el caso de los más jóvenes, tiene que ver quizás con el descuido que hemos tenido los adultos para contextualizarlos, contribuirles a ver y entender la sociedad en la que estamos, brindándoles los elementos para coadyuvar con su preparación a insertarse positivamente en ella para transformarla. Aquí vale la pena preguntarse como padres y madres, ¿en cuánto se ha contribuido con los propios, los cercanos, los de la casa para posibilitar esas miradas, lecturas, elecciones y construcciones desde los, las y les, desde sus esencias e identidades?

La familia debe garantizar espacios de reflexión, lo cual solo es posible si se respetan los pocos espacios privados en un tiempo en donde la casa se ha vuelto todo, el espacio para lo familiar unido a lo laboral, las reuniones que desbordan y trascienden los horarios y las jornadas habituales, las relaciones afectivas que en ocasiones están mediadas por algún tipo de pantalla en estos tiempos y en donde el abrazo, el afecto y el contacto físico se han convertido en un artículo de lujo a ser incluido en la canasta familiar.

En ese orden de ideas, abordar la articulación entre interioridad, autoidentidad y orientación vocacional es una de las necesidades en este tiempo en el que muchas personas están atravesando crisis existenciales y el cual va más allá de una mirada que contempla las actitudes y las  aptitudes. Por ello se requiere iniciar por la conceptualización de la vocación, la interioridad, la autoidentidad y la orientación vocacional respectivamente.

Rodríguez y Méndez (2013) comprenden la vocación como una variable que se construye a lo largo de la vida, como parte de la construcción de identidad del sujeto, para lo cual es importante que los orientados respondan, entre otras, preguntas: ¿cómo se ven?, ¿qué les gustaría hacer realmente?, ¿dónde piensan residir? Por lo cual la vocación se asume como dinámica, admite bifurcaciones y/o modificaciones que pueden ir cambiando a medida que se descubren nuevos intereses, en un determinado trayecto de vida, entre una constelación de vocaciones posibles, aquella que se considera más fuerte o conveniente dadas las circunstancias.


Por su parte, la interioridad tiene que ver con ese estado de consciencia personal donde convergen elementos como conocimientos, creencias, afectos, pasiones, actitudes y


valores. En un mundo con prisas y sin pausas, marcado por una sobredimensión de lo externo, lo transpersonal, que gira en torno a las múltiples ocupaciones académicas, laborales, profesionales, con un énfasis en lo visual y paradójicamente sin espacio para la contemplación, en una sociedad que ha enseñado que      pensarnos y amarnos es un tema de mal gusto casi que narcisista y en donde todo se debe volcar a lo externo, con énfasis en lo material como el espacio físico, los bienes, los servicios, la generación de ingresos, pero también hacia los otros, los padres, la pareja y los hijos (cuando se tienen), los compañeros, los jefes, los colegas, los vecinos, los amigos y porque no, si alguien los tiene, los enemigos”

  La perspectiva de la interioridad tiene que ver con esa posibilidad de mirar a profundidad quién se es para determinar lo que en últimas se quiere hacer desde una elección consciente y contextualizada. Lo cual presupone un estado de consciencia que permite una mirada de amor más que de temor hacia adentro, a esos aspectos que caracterizan y diferencian como parte de las dinámicas propias de los cursos de vida en los que convergen luces y sombras.

Desde esta perspectiva del abordaje de la Orientación Vocacional desde la Identidad del orientado, plantea una mirada multidimensional de lo que se es, como ser humano, de manera colectiva e individual, recordando que se es a partir del otro, de un curso de vida particular enmarcado en un curso de vida colectivo y ahora global. Ese ser implica una diferenciación que permite reconocer desde la humildad un conjunto de luces y de sombras, con las limitaciones que ello implica en comparación con el otro o los otros, especialmente de los padres o progenitores cuando se trata de reconocer esas particularidades que definen aun siendo parte de esa colectividad globalizada donde se han perdido entre otras las identidades nacionales y regionales.

Por ello, hablar de autoidentidad implica un proceso de conocimiento sobre la persona que ha acompañado y que acompañara en el resto del trayecto: sí mismo y permitirse este espacio como una oportunidad para abrazarse, aceptarse y amarse. El amor implica aceptación, y esta solo es posible en la medida en que se conoce, ya que aceptar lo desconocido es humanamente imposible. Abrazar ese proceso de manera individual y con el acompañamiento de un Orientador, Mentor, Coaching, Psicólogo, Terapeuta o como se le quiera denominar, posibilita ese tránsito y permite abordarlo desde dos perspectivas, del que la vive y del que la acompaña reconociendo que las interpretaciones son subjetivas y por tanto el papel del Orientador es el de un facilitador que propicia en muchos casos una resignificación.

En este sentido, interioridad, autoidentidad y vocación tienen que ver con lo que se Es, en articulación con lo que se sabe (creencias y paradigmas, interpretaciones o percepciones de la realidad) y se hace como un punto de partida en el marco de la Orientación Vocacional pero también situarse desde un andamiaje de múltiples


posibilidades en las diferentes trayectorias de vida y que sumadas unas con otras consolidan lo que conocemos como Curso de Vida “Con Sentido”.


El proceso de Orientación Vocacional desde los entornos y herramientas virtuales donde se sitúan los profesionales en la actualidad de los diferentes niveles de educación media y superior propicia una mirada desde la posibilidad de hacer las cosas de manera diferente, desde un pensamiento divergente. Además, no se centra en las carencias y limitaciones, sin desconocer el contexto y los aspectos estructurales. Desde una perspectiva integral quita el velo para que el orientado pueda ver la multiplicidad de opciones acordes a ese proceso de interioridad, autoidentidad y vocación en el que ya se ha transitado, una vez que Orientador u Orientadora se ha quitado la venda que cubría sus ojos. Ese acompañamiento permite una resignificación de esa marginalidad y de esa invisibilidad, especialmente en el caso de la Orientación en los contextos de la educación pública de los países donde se desarrolla esta como una pasión, como aquello que arde desde la panza más allá de la profesión o de la labor principal desempeñada

Indudablemente muchas y muchos jóvenes entran en crisis cuando se asumen en esa diferencia del molde que socialmente se les plantea y en esos momentos la Orientación juega un papel esencial, en propiciar una mirada hacia esos aspectos que convergen y esencialmente a aquellos en los que se diverge. Por lo cual, el papel por tanto de esta Orientación asociada a la interioridad y la autoidentidad es la formación de sujetos bajo el aprendizaje socioemocional [10] que trasciende el escenario de la educación tradicional como se conocía y ve la posibilidad del desarrollo de actitudes y aptitudes en esos otros escenarios o entornos.

En concordancia con la Red Latinoamérica de Profesionales de la Orientación RELAPRO,      el aprendizaje socioemocional se divide en cinco categorías: Conciencia de uno mismo, autogestión, conciencia social, habilidades sociales y de relación y toma de decisiones responsable. Cada una de ellas, tal y como se aborda son elementos esenciales y vitales en el marco de la Orientación Vocacional que en esta contingencia toman mayor relevancia y en donde el estrés y la ansiedad y su manejo parten del conocimiento y el manejo emocional desde la diversidad y la individualidad reconocida, por ello no hay recetas mágicas, hay procesos de acompañamiento individual que se deben apreciar y valorar.

Este planteamiento, de quitar el peso tradicional de lo occidental hacia la educación formal y con énfasis en lo cognitivo como único elemento capaz de garantizar un desarrollo económico sostenible en profesiones tradicionales y dinámicas laborales que cada vez tienden a reducirse e incluso a desaparecer y empoderar en otras formas, múltiples formas de desarrollar ese ser, saber y hacer como el tema de los emprendimientos, los training


, influencers, community managers, entre otros y en donde se combine la pasión, lo que mueve, da sentido y trasciende el plano de la supervivencia.

En consecuencia, el papel de la Orientación se sitúa en un acompañamiento donde se ponen en juego las diversas habilidades y disposiciones del pensamiento crítico que se han desarrollado como parte de ese Curso de Vida de Orientadora u Orientador. El haber transitado ese camino de interioridad, autoidentidad y reconocimiento de vocación en muchos casos de manera autodidacta permite en primera instancia acompañar ese trasegar de quienes se orienta desde la empatía y el reconocimiento de los, las y les, de ese derecho a abordar aspectos desde la memoria, desde la palabra y desde la dignificación. 


 

Porque indiscutiblemente:

Una buena elección vocacional disminuye los niveles de frustración entre la población estudiantil; de allí que la función como orientadoras enfatice en la necesidad de ayudar a elegir, pero nunca de tomar decisiones por los estudiantes. En palabras de Beatriz Goldberg “es una riqueza tener distintas habilidades en distintas áreas” (Rodríguez y Méndez, p. 63, 2013).

 

Conclusión

Es importante reconocer que estas dinámicas de aislamiento social llevan con mayor intencionalidad a que Orientadoras y Orientadores nos abramos al intercambio de experiencias en el espacio de red donde se pasa del diverger al converger, al pertenecer y visibilizar esas otras maneras de hacer entre colegas reconociendo el proverbio africano “si quieres llegar rápido camina sólo pero si quieres llegar lejos, camina acompañado” y en donde el término conversar, se parece tanto a ese pensar en común, y el mirarse como sujetos en permanente construcción y transformación que acompañan las construcciones y transformaciones propios y de aquellos a quienes orienta, apoya, acompaña o facilita ese tránsito como maestros o faros de luz desde la comprensión de que todos somos uno.


Referencias Bibliográficas

Bourdieu, P. (1988). “Cosas dichas”. Editorial Gedisa. Buenos Aires, Argentina.

 

Méndez, D. (2015). Orientación Vocacional y profesional: alternativa pedagógica para el desafío de la universidad colombiana en el contexto del programa Ser pilo paga. En Revista 68. Universidad de La Salle. Prospectar el futuro de la Universidad. Recuperado de: https://ciencia.lasalle.edu.co/ruls/vol2015/iss68/7/

 

RELAPRO -Red Latinoamericana de Profesionales de Orientación- (2020). Glosario del Modelo Latinoamericano “Orientación Transicional para el Sentido Ético de la Vida (O.T.S.E.V.), Recuperado de: https://revistaorientacion.blogspot.com/2020/04/glosario-del-modelo.latinoamericano.html

 

Rodríguez, A. y Méndez, D. (2013). Experiencia Pilotaje Orientación Vocacional y Profesional “La Pregunta es el Camino” Colegio Cedid San Palo Bosa. En: Revista Orientación y Desarrollo Humano (Investigación Social y Pedagógica). Bogotá, Colombia. Abako Editorial.  pp. 62-68

 

Roberti, M. E. (2011). El enfoque biográfico en el análisis social: Una aproximación a los

Aspectos teórico-metodológicos de los estudios con trayectorias laborales. Tesis de grado. Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Recuperado de: http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/tesis/te.683/te.683.pdf

 

 

 

 

 

 

 





[2] Oscar Natalio Rodríguez nació el 28 de marzo de 1979 en la ciudad de Posadas, provincia de Misiones, Argentina en la cual reside actualmente. Es Licenciado en Psicopedagogía de la Universidad del Salvador (2004) y Técnico en Psicopedagogía del Instituto Superior Antonio Ruiz de Montoya (2002). Actualmente maestrando en la Maestría en Salud Familiar y Comunitaria de la Facultad de Ciencias de la Salud perteneciente a la Universidad Nacional de Entre Ríos, Argentina, Etapa de Tesis; al mismo tiempo en etapa de Trabajo Integrador Final de la Especialización en Docencia Universitaria por la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Misiones. Laboralmente en la actualidad es profesor del espacio curricular “Orientación Vocacional y Ocupacional” de la carrera de Formación de Psicopedagogos/as en el Instituto Superior Antonio Ruiz de Montoya, Posadas-Misiones desde 2014, y Profesor Asociado a la cátedra “Orientación Vocacional Ocupacional” de la Licenciatura en Psicopedagogía en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la Cuenca del Plata, Sede Posadas. Además, integra el equipo del Servicio Psicopedagógico Institucional en el Instituto Superior Antonio Ruiz de Montoya desde 2005.Coordina el Proyecto www.enclavevocacional.com y se desempeña en Consultorio Privado de Orientación Vocacional, Ocupacional y Educacional de jóvenes y adultos. 

 

 

 

[3] https://www.argentina.gob.ar/emergencia-sanitaria-covid-19-programa-seguimos-educando

[4] Las trayectorias educativas son recorridos que los sujetos realizan inscriptos en marcos institucionales, se producen porque un conjunto de gestos, de procesos, de organizaciones de tiempos y espacios, palabras y pensamientos en conjunto, tienen lugar. (Greco, 2015)

[5] El término “orientar” es definido en el diccionario con definiciones que parten del dirigir, encaminar, aconsejar, fijar la posición de algo respecto de una referencia.

[6] RELAPRO por ejemplo viene trabajando en nuevas NECESIDADES DE INVESTIGACIÓN EN ORIENTACIÓN EDUCATIVA https://relapro2020.blogspot.com/2020/08/necesidades-de-investigacion-en.html, y AIDOEL promueve constantemente publicaciones y eventos referidos a esta cuestión.

[7] Coordinadora Escolar en Secretaria de Educación Distrital Paulo VI IED. Orientadora Vocacional, Laboral y Socio-ocupacional Independiente. Estudios en Trabajo Social, Alta Gerencia del Talento Humano, Maestría en Docencia y Doctorado en Ciencias de la Educación. contacto: demarcem@gmail.com

 

[8] Acorde con el Modelo Latinoamericano de “Orientación Transicional para el Sentido Ético de la Vida” de la Red Latinoamericana de Profesionales de la Orientación RELAPRO

[9] Frente al desarrollo de esos elementos, en el enfoque biográfico, se destacan los autores Godard, Dombois y Pries en el desarrollo originado tanto en Francia como en Alemania.

[10] Para RELAPRO, tomando como referente la Collaborative for Academic, Social and Emotional Learning (CASELL), organización que trabaja por la integración del aprendizaje socioemocional en las escuelas americanas, el aprendizaje socioemocional es el proceso a través del cual se adquiere y aplica efectivamente el conocimiento, las actitudes y las habilidades necesarias para establecer y alcanzar objetivos positivos, sentir y mostrar empatía por los demás, establecer y mantener relaciones positivas y tomar decisiones personales.

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