Consideraciones para lo que resta del siglo XXI.Dr. Julio González Bello
Dra.Alida Malpica
Dra. Luisa Rojas
Universidad de
Carabobo-Venezuela
Red Latinoamericana
de Profesionales de la Orientación (RELAPRO)
“Las diferentes realidades latinoamericanas en
contextos complejos nos llevan a
pensar o re-pensar la formación de los
orientadores, que debería apuntar a (la):
inter-transdisciplinariedad.”
(Gavilán,
2007, p. 14).
Resumen
En los actuales momentos se requiere repensar urgentemente la
formación del profesional de la Orientación, específicamente pensando en la
posibilidad de los que ingresen al campo laboral entre el 2025 y el 2030, ya
que la rapidez de los cambios políticos-sociales-económicos en el mundo, se
suceden con tanta velocidad que es posible que nuestra profesión desaparezca
consumida precisamente por la velocidad de esos cambios. Ciertamente nuestros
usuarios ya no son los mismos para los cuales fueron diseñados los primeros
planes de Orientación. En un sentido general, ya la Orientación no es la misma.
Ha llegado el momento de prepararnos para un ejercicio profesional para los
tres últimos cuartos del siglo. El objetivo de esta propuesta es proponer
algunas ideas para elaborar un plan de formación distinto a lo que hasta ahora
se ha hecho, desde un enfoque Multi-disciplinario desarticulado; un plan de
estudio acorde y adaptado a la realidad latinoamericana, es decir, desde lo
local, pero sin obviar totalmente lo global, entrelazando los localismos con
los universalismos. Por supuesto, considerando también los planes de
actualización para los profesionales que ya están en ejercicio, y con la
posibilidad de que las ideas aquí planteadas, puedan servir de insumo para la
región o subcontinente latinoamericano, y construir en lo posible un plan
conjunto de formación de este profesional en América Latina, contando con el
apoyo y asesoramiento de la Red Latinoamericana de Profesionales de la
Orientación y de la Asociación Iberoamericana de Orientación Educativa y
Laboral(AIdOEL)
Palabras Clave: Formación en Orientación; Localismo y Universalismo; Orientación
Supradisciplinariedad.
Abstract
At the present
time, it is necessary to urgently rethink the training of the Guidance
professional, specifically thinking about the possibility of those who enter
the labor field between 2025 and 2030, since the speed of
political-social-economic changes in the world, they happen with such speed
that it is possible that our profession disappears consumed precisely by the
speed of these changes. Certainly our users are no longer the same for whom the
first Orientation plans were designed. In a general sense, the Orientation is
not the same. The time has come to prepare for professional practice for the
last three quarters of the century. The objective of this presentation is to
propose some ideas to develop a training plan different from what has been done
up to now, from a disjointed Multi-disciplinary approach; a study plan
consistent and adapted to the Latin American reality, that is, from the local,
but without totally ignoring the global, intertwining the localisms with the
universalisms. Of course, also considering the updating plans for professionals
who are already in practice, and with the possibility that the ideas raised
here may serve as input for the Latin American region or subcontinent, and
build, as far as possible, a joint training plan of this professional in Latin
America, with the support and advice of the Latin American Network of Guidance
Professionals and the Ibero-American Association for Educational and Labor
Guidance (AIdOEL)
Keywords:
Orientation Training; Localism and Universalism;Supradisciplinarity
Orientation.
Introducción
La formación profesional, en general, es una de las necesidades
perentorias en estos momentos en cualquier tipo de sociedad y es auspiciada
quizás, por los diferentes cambios drásticos que han sucedido en el mundo y no
es que sea producida exclusivamente por la pandemia originada por el COVID-19.
Esta situación simplemente aceleró un proceso que ya se venía configurando en
el mundo profesional-laboral. Vargas (2020) en un trabajo elaborado para la
Organización Internacional del Trabajo (OIT) señala:
“Pero más allá de las consecuencias inmediatas y de
la ágil respuesta de las instituciones de formación en la región, se vislumbran
ya las nuevas configuraciones en el mundo del trabajo y de la formación. A la
salida de este período se estarán reconfigurando muchas ocupaciones y se
conocerán nuevos planes y estrategias para impulsar el desarrollo productivo.
La demanda por nuevas habilidades crecerá y se requerirán programas para
reconvertir, recalificar y reinsertar trabajadores en las nuevas actividades.
Allí la formación profesional enfrenta un nuevo desafío para responder a esta
rápida reconfiguración que tendrá lugar y será también impulsada por las
políticas de desarrollo productivo y transformación que acompañarán las nuevas
demandas.” (p. 1)
Esta misma necesidad ya se hizo presente en el campo
de lo que tradicionalmente se ha conocido como Orientación Educativa,
Vocacional y Profesional.En el caso de la Orientación, la aparición de nuevas
realidades producto de otras formas de relacionarnos, las nuevas competencias
requeridas para el abordaje en el campo disciplinar y la aparición de nuevas temáticas
abordables en este campo, lo hacen más que necesario. Afortunadamente no se
tiene que empezar desde cero, ya que en toda la región latinoamericana existe
un reconocimiento tácito del campo del profesional de la Orientación, incluida
y establecida en casi todas las constituciones, cartas magnas, o leyes de
educación de los diferentes países que conforman nuestra región, e incluso el
reconocimiento de organizaciones y asociaciones o cuerpo colegiados que agrupan
a estos profesionales. Entre algunas de estas se pueden mencionar: la
Asociación Iberoamericana de Profesionales de la Orientación, La Red
Latinoamericana de Profesionales de la Orientación, y diferentes asociaciones
en países como Brasil, Panamá, Colombia, México, Argentina, Costa Rica, Uruguay,
Chile, y Venezuela. Incluso se cuenta con una agrupación de carácter
internacional, tal como la Asociación Internacional de la Orientación Educativa
y Vocacional (IAEVG, siglas en inglés), con más de 70 años en funcionamiento, y
en la cual, un número significativo de países latinoamericanos tienen
representación, y algunos de nuestros profesionales han pertenecido a su Junta
Directiva.
Afortunadamente, ya este camino de revisión y
actualización ha sido iniciado por la Red Latinoamericana de
Profesionales de la Orientación (RELAPRO), la cual comenzó en esta tarea desde
el 2015, aplicando diversas encuestas a los profesionales de la región para ir
construyendo lo que se ha denominado la “Orientación
Transicional Confluente para el Sentido Ético de la Vida”, con el
convencimiento de que la Orientación es una sola, subdividida en áreas de
especialización, sólo por cuestiones programáticas, pero que no pueden ser abordadas en forma parceladas, sino de
manera confluente o sinérgica, donde
todas las necesidades humanas puedan ser abordadas a un mismo tiempo. En dicho
modelo se ha superado el enfoque problémico pragmático en el cual la
intencionalidad fundamental de intervención está contemplada para abordar
situaciones concretas en familias disfuncionales o con personas/estudiantes que
confronten algún problema de elección vocacional o de adaptación
personal-social, sino de manera integral a partir de la construcción de un
sentido ético de la vida en las áreas personales, académicas y comunitarias
desde la perspectiva del Desarrollo Humano integral.
En este punto, la Red Latinoamericana de
Profesionales de la Orientación, por intermedio de Brunal (2021) ha precisado
dentro de los postulados, concretamente en el Número 4, de la Orientación
Transicional para el Sentido Ético de la Vida, que afirma:
“El sentido de vida no se descubre,
se construye socialmente. El Objetivo fundamental de la Orientación
Transicional, consiste en asesorar pedagógicamente el desarrollo humano en las
comunidades educativas, a partir de la construcción existencial del Sentido.”
(p.8)
Y se puede agregar que, tal
como lo expresa el mismo autor anteriormente citado:
“De manera
complementaria asimilamos en este modelo el concepto de la ética (propuesto por
el autor chileno Humberto Maturana en su obra “El sentido de lo Humano”) como
“preocupación por las consecuencias que las acciones humanas tienen sobre los
otros, reconocidos como sujetos legítimos para la convivencia dentro de la
categoría del amor.” (p.6)
En este orden de ideas, González
Bello (2021) señala:
“En lo referente a la Orientación Transicional
para el Sentido Ético de la Vida, se comparte la idea que ya la Orientación ha
superado la idea de que la misma es para atender problemas de desadaptación
social o escolar, o para atender dificultades escolares tales como,
hábitos de estudios o aplicación de pruebas psicométricas para sugerir
posibilidades de estudios o rutas académicas. En los actuales momentos se
entiende que la Orientación, es un proceso a lo largo de la vida y debe ser un proceso que permita a
quien lo reciba, tomar decisiones éticas para su desarrollo personal y
profesional, así como el de su familia y la comunidad donde vive. “(párrafo 9)
En el caso de la formación de los profesionales de
la Orientación en América Latina, tal como lo señala Gavilán (2007), tiene vieja data y señala programas de
especialización y de postgrado, específicamente a nivel de Maestría en países
tales como: Brasil, organizados por la Asociación Brasileña de Orientación
Profesional y en Belo Horizonte; en Uruguay, en la Facultad de Psicología, en
la Universidad de la República; en Venezuela,
la Universidad Central de Venezuela, la Universidad de Carabobo, y la
Universidad del Zulia tienen programas de formación de especialización y de maestría.
También se encuentran programas de formación en Chile, Argentina.
Adicionalmente se conocen programas de formación a nivel de licenciatura o
pregrado, tales como en Venezuela y Costa Rica. Quizás ahora la necesidad es
tratar de homologar estos tipos de formación y tratar de desarrollar un plan de
estudios básico común para toda la región.
Uno de los objetivos principales en este documento
es presentar la necesidad de la formación y actualización del profesional de la
Orientación para lo que resta del siglo XXI. La idea es empezar a desarrollar y
aplicar nuevos planes o pensum de estudios que capaciten a los nuevos
profesionales de la Orientación para afrontar los requerimientos de una nueva
sociedad, de una nueva persona, distinta a lo que hasta ahora hemos sido, con
nuevas formas de afrontar y dar respuesta a las necesidades humanas; y con
otros planes formativos en sus herramientas profesionales. Es nuestra intención
que esta alternativa pueda ser aplicable, con sus diferentes implicaciones, en los
países que conforman la región o subcontinente latinoamericano.
La formación del nuevo profesional de la Orientación necesita contener
al menos los siguientes tres niveles, uno, a nivel de formación inicial (para
el desempeño laboral general, con un enfoque que puede clasificarse en la
categoría de Orientación Confluente la cual puede ser sintetizada, como lo
señalan González y Lessire (2009) cuando expresan:
“De lo que se trata es de desarrollar una idea de Orientación sin
apellidos, una Orientación que aborda la totalidad del ser humano, donde se
considere, al mismo tiempo y en igual magnitud todas y cada una de las áreas
posibles de Orientación, es decir, una Orientación con sentido de confluencia.
(Orientación Confluente, p.
132)”
Un segundo nivel, a modo de especialización, donde
como su nombre lo indica, el profesional pueda desempeñarse de manera
especializada en un ámbito específico de la Orientación como son: El Ámbito
Socio-comunitario, el Ámbito escolar, El ámbito Inter-personal, pero sin caer
en la híper-especialización y considerando siempre el concepto del Desarrollo
Humano como Supra-disciplina articuladora.
Un tercer
nivel, donde la formación proviene de estudios de Maestría y Doctorado, donde
como se sabe, el primero capacita al participante para la investigación en el
campo profesional y el segundo, el doctorado, para la producción de nuevos
conocimientos y saberes requeridos profesionalmente.
Además de los planes de formación también se
requiere pensar en los planes de actualización o formación continua, para
aquellos profesionales que ya están ejerciendo como tales.
Necesidad de una revisión de la formación del
profesional de la Orientación
¿Por qué es necesario revisar la formación del
profesional de la Orientación en América Latina? Quizás uno de los principales
problemas de los profesionales de la Orientación proviene desde su formación.
Lamentablemente hasta la fecha estos profesionales se han formado atendiendo a
la híper-especialización. Para algunos profesionales la Orientación consiste en
ayudar a tomar decisiones vocacionales, para otros es buscar la solución de
problemas personales o familiares, pero se ha prestado poca atención al
desarrollo integral como seres humanos. En general, se ha considerado la
Orientación solo para resolver problemas
Básicamente la pregunta inicial formulada al comienzo del párrafo
puede ser respondido de muchas maneras, pero quizás una de la más completa es
proporcionada por Ribeiro (2013) cuando enfatiza que:
“El
contexto de América Latina nunca fue similar al norteamericano o europeo.
Igualmente, los orientadores latinoamericanos han importado teorías y prácticas
en materia de Orientación desde estos países y han hecho adaptaciones de ellas
para Latinoamérica, haciendo de ello un proceso muchas veces descontextualizado
y sin sentido crítico.” (p. 4)
Otra opinión interesante en este sentido proviene de Paniagua Calvo
(2018) cuando afirma que:
“Requerimos un análisis permanente en prospectiva, no desde las
necesidades del mercado laboral, sino desde toda forma de vinculación con una
formación humanista en pro del mejoramiento de vida de las personas con quienes
trabajamos. Una persona profesional con sólidos fundamentos académicos,
profesionales, éticos, que aprende a conocer, hacer, vivir con los demás y ser
persona integral, un mediador en la formación de seres humanos críticos,
cooperativos, constructores y transformadores de la realidad, capaces de dar
respuesta a las demandas y necesidades actuales, siempre conscientes de sus
fundamentos epistemológicos.” (p. 28)
Otro aspecto interesante a considerar con la
formación del profesional de la Orientación es el relacionado con una nueva
definición de Orientación actualizada y adaptada a las nuevas condiciones y
necesidades específicas de las realidades latinoamericanas. De ahí que en este
momento se puede decir que el nuevo modelo latinoamericano para la Orientación,
sugiere que la misma sea considerada como un proceso de
asesoramiento-acompañamiento pedagógico, educativo, laboral-vocacional,
personal y social, centrado en el desarrollo del sentido ético de la vida. El
sentido ético de la vida, tal como lo concibe Brunal (2021), incluye “el
desarrollo de la conciencia comunitaria, (y) la consciencia intrapersonal e
interpersonal.” (p.1)
Con relación
al tema de las definiciones, Molina (2004) ya había afirmado que:
“Consideremos a la Orientación educativa como un proceso
interdisciplinario sustentado en los principios de intervención preventiva, desarrollo y
atención a la diversidad del alumno, cuyos agentes educativos (orientadores, padres, docentes-tutores,
familia y comunidad) asumen la función de facilitar y promover su desarrollo integral para que se constituyan
en seres transformadores de sí mismos y de su entorno.” (p, 10)
En los actuales momentos se entiende que la
Orientación, es un proceso formativo a lo largo de la vida y debe ser un
proceso que permita que quien lo reciba pueda tomar decisiones éticas para su
mejoramiento continuo personal y profesional, así como el de su familia y la
comunidad donde vive. Básicamente este modelo de Orientación está fundamentado
en la teoría del Desarrollo a Escala Humana de Max-Neef, Elizalde y Hopenhayn
(1986), en donde los autores señalan que sus tres principales pilares están basados
en la realización de las necesidades humanas, la elevación de los niveles de la
auto dependencia y las articulaciones orgánicas de los seres humanos con la
tecnología.
Otro de los principales problemas en la formación
del profesional de la Orientación se relaciona con la necesidad de la
descolonización de la Educación. En este sentido es válido lo expresado por
Solano-Alpizar (2015) cuando afirma que:
“Descolonizar
la educación implica, entonces, romper las formas tradicionales en que se
conciben y se hacen las cosas por el solo hecho de que han sido así desde
siempre.” (p. 123)
En el aspecto concreto relacionado con la formación
de los profesionales de la Orientación es donde las organizaciones gremiales y
académicas deben dedicar parte de su tiempo. En este sentido ellos deben ser
los garantes y vigilantes de que la formación que se recibe sea la más adecuada
al perfil que se requiere para el desempeño de la profesión. En este punto hay
que resaltar que la situación política en América Latina requiere mucha
atención. La mayoría de los gobiernos han entendido que la mejor manera de
ejercer control y dominación sobre la población es a través de la Educación. Si
bien en una oportunidad se hablaba de la necesidad de desmontar el aparataje
educativo de los “gobiernos de derecha, al parecer ahora hay que desmontar el
aparataje ideológico de lo que se ha denominado los “gobiernos de izquierda”. A
nuestro modo de ver ninguna de las dos versiones educativas está dirigida a la
población que más la necesita. Las dos versiones sólo buscan satisfacer las
necesidades y apetencias de grupos privilegiados, donde su única preocupación
es mantenerse en el poder el mayor tiempo posible. Esto es mucho más evidente
en los denominados “gobiernos de izquierda”.
Orientación desde la Transdisciplinariedad o
Supradisciplinariedad
La mayoría de los autores coinciden en que el
ejercicio profesional de la Orientación ya no puede seguir haciéndose desde la
uni-disciplinariedad, ni siquiera desde lo interdisciplinario.
Ciertamente en la Orientación se puede observar a la
perfección la acción inter-multi y pluridisciplinar, ya que en ella siempre se
ha considerado la acción de otras ciencias de base, tales como la pedagogía, la
psicología, la filosofía, la sociología; y más recientemente la
socioantropología, la historia y la economía; pero desafortunadamente lo que ha
existido es que el profesional de la Orientación, dependiendo de su formación
inicial de pregrado, tiende a basar preferiblemente su accionar desde esa formación
inicial. Ahora la alternativa es distinta. Ya la idea de un psicólogo con
especialización o maestría en Orientación o la de un licenciado en educación,
con mención en Orientación luce como algo que debe ser reconsiderado. En estos
tiempos la formación inicial debe comenzar con el análisis del campo
disciplinar de la Orientación, pero con la intención de presentar una idea
holística e integral en cuanto a la construcción y uso de los saberes
apropiados muchos más amplio; es decir, desde la transdisciplina, con la
consideración válida de la existencia de varios niveles de realidad.
Quizás en la Orientación más que en otros campos
profesionales, es dónde se puede visualizar mayor necesidad trandisciplinaria.
La enseñanza descontextualizada de temas aislados como “hábitos de estudio” o
“normas de convivencias”, o hacer exploraciones vocacionales únicamente
aplicado test psicométricos sin formar agentes de cambios en sus comunidades,
sin concebir a los Orientantes de una manera integral y con una visión que debe
ir más allá de una disciplina específica, llámese esta psicología, educación o
sociología; es un trabajo insuficiente para las necesidades de Orientación en
el siglo XXI.
No se trata de menospreciar los aportes de las
disciplinas como tales, se trata de que los saberes usados o producidos por
ellas vayan más allá de lo establecido y nos permitan comprender realmente las
diferentes situaciones y realidades por las que atraviesan los usuarios de los
servicios de Orientación y construirles sentido.
Con relación a la transdisciplinariedad, la acción
de la Red Latinoamericana de Profesionales de la Orientación (RELAPRO), en su
búsqueda de alternativas por una Orientación diferente, más adecuada y adaptada
a nuestra región latinoamericana obliga a considerar o reconsiderar el uso de
ese término, ya que como lo plantea Nicolescu(1998):
“Qué
pasa que mientras más conocemos el universo exterior más el sentido de nuestra
vida y de nuestra muerte es relegado a la insignificancia, o a lo absurdo? ¿La
atrofia del ser interior será el precio a pagar por el conocimiento científico?
¿El bienestar individual y social, que el cientificismo nos prometía, se aleja
indefinidamente como un espejismo?” (p. 6)
Lo transcrito anteriormente refleja exactamente lo
planteado por RELAPRO, en la necesidad de abandonar los enfoques desarrollistas
y funcionalistas de la Orientación y abogar más bien por una Orientación con un
sentido ético de la vida, es definitivamente el rescate del ser interior en
relación con el bienestar individual y social de los seres humanos, la nueva
meta de la Orientación para lo que resta del siglo XXI, y aquí también vale la
pena recalcar lo dicho por el autor previamente citado:
“¿Por
qué somos tan inventivos en toda situación para desentrañar todos los posibles
e inimaginables peligros, pero tan pobres cuando se trata de proponer, de
construir, de hacer emerger lo que es nuevo y positivo, no en un porvenir
lejano, sino en el presente, aquí y ahora?” (p. 5)
En este mismo orden de ideas, Lessire (2014) expresa
“La transdisciplinariedad actúa en
nombre de una visión - la del equilibrio necesario entre la interioridad y la
exterioridad del ser humano y esta visión pertenece a un nivel de realidad
diferente de aquel del mundo actual. (p. 96)
Con relación al término transdisciplina, Yanes Guzmán (2015) señala:
“El
enfoque transdisciplinar trasciende el paradigma disciplinar porque supera al
objeto y la ontología que hizo posible los saberes especializados, permitiendo
comprender de una manera diferente a la investigación disciplinar, la realidad
y al sujeto pensante que son parte de una misma realidad.” (p. 95).
La Orientación desde América Latina: Localismos y
Universalismos
En este punto en particular, existen tres posiciones
claramente visibles. Una, que es la que se ha venido usando desde hace mucho
tiempo, como lo es la adopción inmediata en América Latina de las teorías y
enfoques formulados en otras latitudes, sin ningún tipo de miramiento. Otra que
es la consideración y uso tales teorías universalizadoras con su apropiada
adaptación a nuestra realidad; y una tercera, distinta a las anteriores, que es
la alternativa que es busca hacer prevalecer lo local/particular sobre lo
universal/global. Es sobre estas tres posiciones donde se debe decidir qué es
lo que más conviene a nuestra región y donde quizás la más conveniente en los
actuales momentos sea la convivencia de lo local y lo universal, dando mayor
énfasis a lo primero, lo local.
Una
queja casi unánime que existe en la actualidad de parte de autores
latinoamericanos es que “existe una tendencia para muchos de los modelos
teóricos con los que trabajamos en privilegiar los "universalismos"
sobre los "localismos” (Sultana, 2020, p. 2).
Adicional a lo
anterior, el mismo autor referenciado, sentencia:
“Hemos avanzado más de cuarenta años, y aquí estoy sugiriendo que
haríamos bien en volver a examinar nuestro campo para ver si las teorías con
las que estamos trabajando están respaldadas por universalismos o si realmente
se toman los localismos en serio. Si bien vemos cada vez más investigadores que
recurren a diferentes disciplinas en un esfuerzo por dar sentido a las
complejidades de la carrera y el desarrollo de carrera en nuestros tiempos
posmodernos, con la psicología vocacional siendo complementada e incluso
desafiada por la filosofía y las ciencias sociales - todavía nos falta un
profundo análisis antropológico / etnográfico relatos que nos ayudarían a
comprender hasta qué punto nuestras teorías, con
su tendencia a la universalización, son claramente erróneas e igualmente
peligrosas.” (p. 5)
La situación
de los localismos y los universalismos, tal como lo expresa Caro Figueroa
(2007), es que:
“El
problema no radica, pues, en la aceptación o el rechazo, a libro cerrado, con
el argumento de la bondad o maldad intrínseca, o por ser foráneos, de tales
aportes, sino en incorporarlos, adaptándolos, al entramado social local” (p. 8)
En definitiva, se deja claro que el principal reclamo en este punto es
el hecho de que:
“Si bien la gama de teorías con las que trabajamos
en nuestro campo se relaciona de diferentes maneras y con diferentes medidas
con tales universalismos, pocos o ninguno van lo suficientemente lejos como
para considerar y abrazar localismos/particularismos de manera que se tomen en
serio las especificidades sociales, económicas y culturales del lugar y del
tiempo.” (Sultana, 2020, p.4)
Finalmente, en este punto se puede concluir que los
localismos son necesarios para la elaboración de nuestras teorías y como
basamento para nuestra práctica laboral.
Definitivamente para que esto pueda darse es
necesario conformar lo que Brunal (2021) denomina una “comunidad latinoamericana de
saberes” (p.12) donde nos dediquemos a este estudio en forma
sistemática, con la aplicación del método científico adecuado y con un
paradigma no positivista.
Recomendaciones para una formación y actualización
Continuada en la profesión de la Orientación
Una primera recomendación se relaciona con la
necesidad de organizar y ofrecer cursos permanentes de actualización para los
profesionales de la Orientación en ejercicio o con planes de graduarse entre
2022-2023. La capacitación y actualización de cualquier profesional constituye
siempre una necesidad imperiosa en cualquier carrera, la cual debe ser satisfactoriamente
realizada siguiendo siempre óptimas condiciones de rigurosidad académica y
científica.
La
capacitación y actualización de profesionales es en los actuales momentos se
constituye en una necesidad básica. La sociedad en general y los gobiernos, en
lo particular, han entendido que el futuro de cualquier país ya no reposa
solamente en la existencia y explotación de sus recursos mineros, petroleros, o
agropecuarios, sino más bien en la preparación académica de sus agentes
humanos. De ahí que un curso de capacitación y actualización, dirigido,
básicamente, a los profesionales de la Orientación, que se desempeñan en las
instituciones educativas o en su ejercicio privado, puede optimizar el
desempeño profesional de los mismos.
En segundo lugar ,la formación de este profesional a
nivel de licenciatura, se impartiría
bajo la denominación titular de “Licenciado(a)
en Orientación, con estudios universitarios”, con un pensum de
estudios de por lo menos cuatro años de
preparación, en una institución universitaria,
con un enfoque Supradisciplinario y con modalidad en “Orientación Transicional
Confluente” donde una vez egresado pueda incorporarse al campo de trabajo,
tanto como actividad privada o ingresando a la actividad pública en Ministerios
o Instituciones del Estado donde este perfil tenga cabida, tales como el
Ministerio de Educación, o algunos otros ministerios donde se aborden las
temáticas comunitarias, familiares, del trabajo, o de la población y jóvenes en
general.
En el caso de
Venezuela, se conocen experiencias laborales de Orientadores en la educación
primaria, secundaria o universitaria; también se conocen experiencias de
orientadores en instituciones carcelarias, y otros ministerios relacionados con
los jóvenes, con la comunidad y la familia, así como en organizaciones no
gubernamentales.
Dentro de esta alternativa de formación inicial a
nivel de licenciatura, también se considera la posibilidad de formar un nivel
técnico superior en Orientación, con estudios académicos de dos años duración y
que den la opción de incorporarse al campo de trabajo, realizando algunas
tareas y funciones del profesional de la Orientación y que siga manteniendo la
idea de continuar sus estudios hasta alcanzar el nivel de licenciatura.
Una tercera alternativa es que estos planes de
actualización y profesionalización estén adaptados a las realidades y
necesidades latinoamericanas y donde lo local y lo global sean considerados en
su debida proporción; y además estén fundamentados en una Orientación
Transicional Confluente para el Sentido Ético de la Vida.
En un sentido general, atendiendo a las
recomendaciones de RELAPRO, esta formación debería girar, básicamente,
alrededor de tres ejes principales: pedagógico, psicológico y sociológico, y
que en forma transversal se entrecrucen durante los años de preparación, y por
supuesto con una visión Supradisciplinaria. En consideración a la alternativa
de la transdisciplinariedad, vale la pena destacar lo expresado por Sarquis y
Bujanza (2009) cuando afirman que:
“En
el modelo clásico, el campo de cada disciplina se hace cada vez más agudo y se
imposibilita la comunicación entre disciplinas: la realidad unidimensional
simple es sustituida por una realidad compleja multiesquizofrénica. El mismo
sujeto es pulverizado en cada vez más partes para ser estudiado por diferentes
disciplinas. El big-bang disciplinario corresponde a las necesidades de una
tecnociencia sin freno, sin valores, sin más finalidad que la eficacidad por la
eficacidad. Queda de lado, pues, la visión integral de la realidad en pos del
fragmento.” (p. 49).
Finalmente, para darle el requerido apoyo
institucional, cada equipo de trabajo que se conforme con el fin de implementar
estos planes de formación y actualización en sus respectivos países debería, en
primer lugar, contar, con la asesoría y coordinación de RELAPRO; y en este
sentido esta organización deberá designar una comisión ad-hoc que evalúe los
planes de estudio propuestos y sus actualizaciones periódicas.
Conclusiones
Una de las primeras conclusiones consiste en la
necesidad de redefinir y actualizar el significado y alcance de la Orientación.
En este sentido, se adopta la siguiente: “La Orientación, es un proceso a lo largo de la
vida, centrado en el desarrollo de un sentido ético de la vida; y debe ser un
proceso que permita que quien lo reciba pueda tomar decisiones éticas para su
mejoramiento personal y profesional, así como el de su familia y la comunidad
donde vive”.
Con relación a los localismos y el universalismo,
quizás lo más prudente, en estos momentos, sea la convivencia de lo local y lo
universal, pero con mayor énfasis en lo primero, lo local.
Otra de las conclusiones pertinentes en este punto
es que cualquier plan de formación debe estar fundamentado en los términos del
Desarrollo a Escala Humana, de Max-Neef, Elizalde y Hopenhayn (1986), en donde
los autores señalan que sus tres pilares principales están basados en la
“realización” de las necesidades humanas, la elevación de los niveles de la
auto dependencia y las articulaciones orgánicas de los seres humanos con la
tecnología.
Esta formación debería girar, tal como lo sugiere
RELAPRO, básicamente, alrededor de tres ejes principales: pedagógico,
psicológico y sociológico, y que en forma transversal se entrecrucen durante
los años de preparación, y por supuesto con una visión Supradisciplinaria.
También es pertinente resaltar que para que esto
pueda darse es necesario conformar lo que Brunal (2021) denomina una “comunidad
latinoamericana de saberes” (p.12) donde nos dediquemos a este estudio en forma
sistemática, con la aplicación del método científico adecuado y con un
paradigma Supradisciplinario, no positivista y No problémico.
Y una última conclusión se relaciona con la
necesidad de organizar planes de actualización en forma urgente para los
profesionales que se desempeñan en el campo de la Orientación, o que están a
punto de obtener su título profesional; y también es necesario recalcar que
estos planes de actualización y profesionalización deben tener el visto bueno de
la Red Latinoamericana de Profesionales de la Orientación (RELAPRO) como una
manera de unificar criterios y de procurar un sentido de validez continental.
Referencias
Brunal, A. (2021). Modelo latinoamericano para la
Orientación Transicional para el Sentido Ético de la Vida. Disponible en
http://redorientadoresprofesionales.blogspot.com.uy
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Gavilán, M. (2007). La formación de orientadores en contextos complejos
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Análisis DOFA libre – Editorial Revista OrientAcción No 8-
2021
La
formación y actualización continuada de los orientadores latinoamericanos:
Consideraciones para lo que resta del siglo XXI.
Revisor: Nicolás Reyes-González
Fortalezas
1. Es
claro que existen necesidades de formación para la orientación la cual debe ser
pertinente y oportuna. El escrito refleja una insuficiencia importante que
radica en un interés regional y de relevancia para docentes y orientadores.
2. Se
plantea la relevancia de formular un modelo de formación de profesores y
orientadores que se soporta en el trabajo adelantado desde la postura
Latinoamericana. Planteamiento que a su vez radica en sentido de vida y la
ética más allá de una perspectiva instrumental o disciplinar, lo cual atiende a
una realidad del actuar actual.
3. Se
resalta de manera idónea la postura de formación universitaria y técnica
(orientada al entorno profesional), posgradual (a nivel de especialidad o
investigación) y de actualización (a nivel de educación continua). Elemento que
resulta pertinente en los países de Latinoamérica donde no es amplia la oferta
de formación.
4. La
visión de integralidad en la formulación de acciones de formación es un
elemento a resaltar en el escrito. La postura fragmentada de la orientación
refleja de manera clara por qué se requiere la integración se saberes y la
transdiciplinariedad
Debilidades
1.
El texto
hace uso excesivo de citas textuales, esto puede ser reemplazado por citas
referenciales que faciliten la lectura y expongan el punto de vista de los
autores respecto a la postura de los referentes.
2.
El hilo
textual del escrito requiere afinar algunas ideas que parecen no aportar a los
puntos que busca desarrollar el texto. Se recomienda revisar la pertinencia de
algunas ideas sobre la tendencia de los gobiernos o política y, si es el caso
relacionarlo más claramente con las necesidades de formación de docentes y
orientadores.
3.
Se observan puntos que no se desarrollan más allá de una cita de texto
como sucede con la "Transdiciplinariedad" o "el localismo”. Se
requiere, más allá de dar una posición frente a la orientación como modelo
desde una cita textual (lo cual también es muy importante), relacionarlo con la
formación de los orientadores.
4.
Se
observan algunos errores de escritura que se deben revisar como son: (1) uso de
mayúsculas, (2) uso de negrillas, (3) dobles espacios, (4) palabras como “híper-especialización” (pág. 5), (5) caracteres sobrantes
(pág. 4, último párrafo), (6) uso de un término de forma repetida en un mismo
párrafo (Ej: “planes” párrafo 5 pág. 5; “orientación” párrafo 4 pag 6 y en el
resumen), (6) citas como la de Sultana, 2020 (pág. 9), (7) hay un esquema al final del documento, sin embargo no se
entiende su rol en el texto ya que no está explicado ni citado en el mismo.
Cuando se usa expresiones como “la mayoría de autores” es
importante revisar si se requiere utilizar referentes que soporten estas
posturas.
Oportunidades
1.
Algunas
ideas no se desarrollan de forma suficiente, se sugiere hacer un párrafo que
permita resumir y concluir el aporte de cada tema desarrollado con respecto a
la formación y actualización de docentes y orientadores. Esto facilitará la
lectura y dará relevancia a los argumentos planeados.
2.
Se puede explotar de
una forma más detallada la importancia que tiene el modelo Latinoamericano de
orientación a nivel de habilidades o competencias a desarrollar en los
docentes. Lo cual, de forma más molecular, permita ir más allá de los niveles
de formación abordados en el texto.
3.
Si bien se considera
un abordaje no problémico y no positivista del estudio del campo de la
orientación. Sería recomendable referir a las posibles alternativas de abordaje
y así evitar mencionar las posturas epistemológicas que no se tienen en cuenta
y hacer énfasis en las que sí se toman como referente.
4.
Para dar mayor impacto
al escrito, podría ser importante revisar las palabras claves a la luz de los
tesauros de educación. Esto facilita su identificación y visibilidad ante la
comunidad de lectores. Así mismo indicar en el escrito el autor de
correspondencia.
Amenazas
1.
Se debe revisar si
recomendar a la Relapro como red de asesoría y coordinación en la generación de
planes de formación resta objetividad al escrito. Lo anterior debido a que se
observa una constante citación de la misma como referente. Esto, puede restar
valor al contenido del escrito por conflicto de interés.
2.
En el
título se incluye la frase "consideraciones para lo que resta del siglo
XXI" sin embargo el texto no muestra análisis de tendencias en educación y
en orientación. Podría ser importante incluir algunas ideas a este respecto.
3.
A pesar de que el
escrito hace énfasis en la teoría que emerge del contexto y las necesidades
sociales, se fundamenta en la postura de Max-Neef et al. (1986) lo cual podría
soportar una postura que adapta teorías que no son de Latinoamérica pero que
aportan a la formulación. Es decir, una postura intermedia entre lo local y lo
foráneo.
4.
Se identifica un uso
constante de términos técnicos como hiperespecialización, localismo,
universalismo, positivismo, problémico. Es importante hacer uso de citas o
definir de forma sencilla estos términos para evitar una mala interpretación de
las ideas expresadas respecto a la forma en que, epistemológicamente se
construye el abordaje de formación de orientadores desde el modelo
Latinoamericano.
Si
bien se plantea al inicio del texto el aporte múltiples disciplinas al estudio
de la orientación y así mismo una perspectiva transdisciplinar, puede ser
importante argumentar de manera más robusta la razón por la que se sugiere
trabajar enfáticamente sobre ejes pedagógicos, psicológico y sociológicos y
como esto influye en la formulación de planes de formación de orientadores.
[1] La formación continuada del Orientador
Iberoamericano en la sociedad Híper-moderna .docx - Documentos de Google
LA FORMACIÓN Y ACTUALIZACIÓN CONTINUADA DE LOS ORIENTADORES LATINOAMERICANOS:
Objetivo Principal: Presentar la necesidad de la formación y actualización del Profesional de
la Orientación.
Nombre: Luis Marín Núñez
Apreciación del documento en base al FODA
I.-Fortalezas
Es un interesante aporte para concitar un consenso sobre las bases para la formación del Orientador Educacional y su actuación en la “Orientación Educativa, Vocacional y Profesional” en los niveles de educación parvularia, educación básica, enseñanza media, educación superior y educación de adultos o terceras jornadas.
Se genera un instrumento para la conversación con las universidades para estructurar un plan de estudio que integre lo local con lo global, con enfoque en la persona del alumno y en las competencias del futuro profesional.
Tiene un sentido relevante “la Orientación Transicional confluente para el sentido ético de la Vida”, siempre y cuando involucre “ las áreas personales, académicas y comunitarias desde las perspectiva del Desarrollo Humano Integral” considerando los aspectos propios del territorio y desde ahí a lo global.
Mirar el quehacer de la orientación desde lo local con sentido global es interesante porque es imposible separarlo todo en la vida diaria ya que esta siempre está encadenada, plantearlo separado puede ser un gran error y perjuicio para el discente.
El aporte de Molina (2004) al definir la orientación, más la inclusión de “la teoría de Desarrollo a Escala Humana” es una contribución que le dan sustento a la propuesta
II.-Debilidades:
No considera la Orientación Educacional para las terceras jornadas o educación de adultos, sobre todo que cada vez se incrementa con adultos jóvenes, debe tener focos en los laboral, social, familiar y prosecución de estudios, etc, en la nueva configuración de la sociedad.
Sólo menciona “las políticas de desarrollo productivo” podría incorporarse las políticas públicas que afectan el quehacer de la orientación educacional.
Dada la situación de pandemia, debe incorporarse con potencia la orientación on line
Pensar que “la Orientación ha superado la idea de que la misma es para atender dificultades escolares”, la orientación no debe desvincularse de la vida escolar del alumno/a ni desatender, porque son demandas en busca de la equidad escolar.
Me da la impresión que no concuerda La orientación para una “nueva persona” con lo declarado que la Orientación ha superado las “dificultades de desadaptación social o escolares”
III.- Amenazas:
El contenido de la página 7 que comienza con: En el aspecto relacionado con la formación…….y termina con la expresión “Gobiernos de izquierda” puede ser un distractor al espíritu del texto.
Lo planteado en el tramo “Orientación desde la Transdisciplinarieda o Supradisciplinariedad” se expresa, la orientación principalmente desde el ámbito del psicólogo, en Chile esta enfocado desde el profesor. El desafío es buscar acuerdo.
IV.-Oportunidades para:
Más encuentros donde confluyan los focos centrados en los pedagogos con pos titulo y los psicólogos atendiendo a las particularidades de cada país.
Proponer ideas desde un enfoque multidisciplinario que fortalece la idea de Servicio de Orientación en los establecimientos educacionales
Lo afirmado por Brunal (2021) “El sentido de la vida no se descubre. Se construye socialmente” es un gran tema para trabajarlo en su máxima extensión
El objetivo de presentar la necesidad de la formación y actualización del profesional de la Orientación genera la oportunidad para definir desde que ámbito se inicia esta mirada, o sea, de un pregrado o un pos titulo
También genera la oportunidad para pensar en como se motivar a los profesores de aula para que prosigan en estudios post titulo en Orientación. Una de las formas es incorporar en la malla curricular de pregrado en las universidades la asignatura de orientación durante el tiempo que dura la carrera.
Es la oportunidad para incorporar la asignatura de orientación en el curriculum de los cursos de educación básica y enseñanza media.
La Orientación Educativa esta en conexión con los proyectos educativos de cada escuela o colegio y sus requerimientos suelen hacerse para que el estudiante supere la inequidad pedagógica.
Recomendaciones:
En relación a las tres recomendaciones para la formación y actualización, puedo decir que:
En relación a la primera, concuerdo plenamente.
En relación a la segunda, pienso que debe enfocarse como post título o título, el ser licenciado al parecer no habilita para trabajar en establecimientos educacionales en Chile, porque es un grado académico.
Incorporar el quehacer del Orientador en el mundo digital
Incorporar la orientación en la educación de adultos