miércoles, 15 de diciembre de 2021

LA FORMACIÓN Y ACTUALIZACIÓN CONTINUADA DE LOS ORIENTADORES LATINOAMERICANOS

 


Consideraciones para lo que resta del siglo XXI.Dr. Julio González Bello

Dra.Alida Malpica

Dra. Luisa Rojas

Universidad de Carabobo-Venezuela

Red Latinoamericana de Profesionales de la Orientación (RELAPRO)

 

“Las diferentes realidades latinoamericanas en contextos complejos nos llevan a

pensar o re-pensar la formación de los orientadores, que debería apuntar a (la):

inter-transdisciplinariedad.”

(Gavilán, 2007, p. 14).

 

Resumen

 

En los actuales momentos se requiere repensar urgentemente la formación del profesional de la Orientación, específicamente pensando en la posibilidad de los que ingresen al campo laboral entre el 2025 y el 2030, ya que la rapidez de los cambios políticos-sociales-económicos en el mundo, se suceden con tanta velocidad que es posible que nuestra profesión desaparezca consumida precisamente por la velocidad de esos cambios. Ciertamente nuestros usuarios ya no son los mismos para los cuales fueron diseñados los primeros planes de Orientación. En un sentido general, ya la Orientación no es la misma. Ha llegado el momento de prepararnos para un ejercicio profesional para los tres últimos cuartos del siglo. El objetivo de esta propuesta es proponer algunas ideas para elaborar un plan de formación distinto a lo que hasta ahora se ha hecho, desde un enfoque Multi-disciplinario desarticulado; un plan de estudio acorde y adaptado a la realidad latinoamericana, es decir, desde lo local, pero sin obviar totalmente lo global, entrelazando los localismos con los universalismos. Por supuesto, considerando también los planes de actualización para los profesionales que ya están en ejercicio, y con la posibilidad de que las ideas aquí planteadas, puedan servir de insumo para la región o subcontinente latinoamericano, y construir en lo posible un plan conjunto de formación de este profesional en América Latina, contando con el apoyo y asesoramiento de la Red Latinoamericana de Profesionales de la Orientación y de la Asociación Iberoamericana de Orientación Educativa y Laboral(AIdOEL)

 

Palabras Clave: Formación en Orientación; Localismo y Universalismo; Orientación Supradisciplinariedad.

Abstract

At the present time, it is necessary to urgently rethink the training of the Guidance professional, specifically thinking about the possibility of those who enter the labor field between 2025 and 2030, since the speed of political-social-economic changes in the world, they happen with such speed that it is possible that our profession disappears consumed precisely by the speed of these changes. Certainly our users are no longer the same for whom the first Orientation plans were designed. In a general sense, the Orientation is not the same. The time has come to prepare for professional practice for the last three quarters of the century. The objective of this presentation is to propose some ideas to develop a training plan different from what has been done up to now, from a disjointed Multi-disciplinary approach; a study plan consistent and adapted to the Latin American reality, that is, from the local, but without totally ignoring the global, intertwining the localisms with the universalisms. Of course, also considering the updating plans for professionals who are already in practice, and with the possibility that the ideas raised here may serve as input for the Latin American region or subcontinent, and build, as far as possible, a joint training plan of this professional in Latin America, with the support and advice of the Latin American Network of Guidance Professionals and the Ibero-American Association for Educational and Labor Guidance (AIdOEL)

 

Keywords: Orientation Training; Localism and Universalism;Supradisciplinarity Orientation.

 


Introducción

 

La formación profesional, en general, es una de las necesidades perentorias en estos momentos en cualquier tipo de sociedad y es auspiciada quizás, por los diferentes cambios drásticos que han sucedido en el mundo y no es que sea producida exclusivamente por la pandemia originada por el COVID-19. Esta situación simplemente aceleró un proceso que ya se venía configurando en el mundo profesional-laboral. Vargas (2020) en un trabajo elaborado para la Organización Internacional del Trabajo (OIT) señala:


 

“Pero más allá de las consecuencias inmediatas y de la ágil respuesta de las instituciones de formación en la región, se vislumbran ya las nuevas configuraciones en el mundo del trabajo y de la formación. A la salida de este período se estarán reconfigurando muchas ocupaciones y se conocerán nuevos planes y estrategias para impulsar el desarrollo productivo. La demanda por nuevas habilidades crecerá y se requerirán programas para reconvertir, recalificar y reinsertar trabajadores en las nuevas actividades. Allí la formación profesional enfrenta un nuevo desafío para responder a esta rápida reconfiguración que tendrá lugar y será también impulsada por las políticas de desarrollo productivo y transformación que acompañarán las nuevas demandas.” (p. 1)

 


Esta misma necesidad ya se hizo presente en el campo de lo que tradicionalmente se ha conocido como Orientación Educativa, Vocacional y Profesional.En el caso de la Orientación, la aparición de nuevas realidades producto de otras formas de relacionarnos, las nuevas competencias requeridas para el abordaje en el campo disciplinar y la aparición de nuevas temáticas abordables en este campo, lo hacen más que necesario. Afortunadamente no se tiene que empezar desde cero, ya que en toda la región latinoamericana existe un reconocimiento tácito del campo del profesional de la Orientación, incluida y establecida en casi todas las constituciones, cartas magnas, o leyes de educación de los diferentes países que conforman nuestra región, e incluso el reconocimiento de organizaciones y asociaciones o cuerpo colegiados que agrupan a estos profesionales. Entre algunas de estas se pueden mencionar: la Asociación Iberoamericana de Profesionales de la Orientación, La Red Latinoamericana de Profesionales de la Orientación, y diferentes asociaciones en países como Brasil, Panamá, Colombia, México, Argentina, Costa Rica, Uruguay, Chile, y Venezuela. Incluso se cuenta con una agrupación de carácter internacional, tal como la Asociación Internacional de la Orientación Educativa y Vocacional (IAEVG, siglas en inglés), con más de 70 años en funcionamiento, y en la cual, un número significativo de países latinoamericanos tienen representación, y algunos de nuestros profesionales han pertenecido a su Junta Directiva.

 

Afortunadamente, ya este camino de revisión y actualización  ha  sido iniciado por la Red Latinoamericana de Profesionales de la Orientación (RELAPRO), la cual comenzó en esta tarea desde el 2015, aplicando diversas encuestas a los profesionales de la región para ir construyendo lo que se ha denominado la “Orientación Transicional Confluente para el Sentido Ético de la Vida”, con el convencimiento de que la Orientación es una sola, subdividida en áreas de especialización, sólo por cuestiones programáticas, pero que no pueden  ser abordadas en forma parceladas, sino de manera confluente o sinérgica, donde todas las necesidades humanas puedan ser abordadas a un mismo tiempo. En dicho modelo se ha superado el enfoque problémico pragmático en el cual la intencionalidad fundamental de intervención está contemplada para abordar situaciones concretas en familias disfuncionales o con personas/estudiantes que confronten algún problema de elección vocacional o de adaptación personal-social, sino de manera integral a partir de la construcción de un sentido ético de la vida en las áreas personales, académicas y comunitarias desde la perspectiva del Desarrollo Humano integral.

 

En este punto, la Red Latinoamericana de Profesionales de la Orientación, por intermedio de Brunal (2021) ha precisado dentro de los postulados, concretamente en el Número 4, de la Orientación Transicional para el Sentido Ético de la Vida, que afirma:


 

“El sentido de vida no se descubre, se construye socialmente. El Objetivo fundamental de la Orientación Transicional, consiste en asesorar pedagógicamente el desarrollo humano en las comunidades educativas, a partir de la construcción existencial del Sentido.” (p.8)

Y se puede agregar que, tal como lo expresa el mismo autor anteriormente citado:

De manera complementaria asimilamos en este modelo el concepto de la ética (propuesto por el autor chileno Humberto Maturana en su obra “El sentido de lo Humano”) como “preocupación por las consecuencias que las acciones humanas tienen sobre los otros, reconocidos como sujetos legítimos para la convivencia dentro de la categoría del amor.” (p.6)

 En este orden de ideas, González Bello (2021) señala:

“En lo referente a la Orientación Transicional para el Sentido Ético de la Vida, se comparte la idea que ya la Orientación ha superado la idea de que la misma es para atender problemas de desadaptación social o escolar, o para atender dificultades escolares tales como, hábitos de estudios o aplicación de pruebas psicométricas para sugerir posibilidades de estudios o rutas académicas. En los actuales momentos se entiende que la Orientación, es un proceso a lo largo de la vida y debe ser un proceso que permita a quien lo reciba, tomar decisiones éticas para su desarrollo personal y profesional, así como el de su familia y la comunidad donde vive. “(párrafo 9)

 


En el caso de la formación de los profesionales de la Orientación en América Latina, tal como lo señala Gavilán (2007),  tiene vieja data y señala programas de especialización y de postgrado, específicamente a nivel de Maestría en países tales como: Brasil, organizados por la Asociación Brasileña de Orientación Profesional y en Belo Horizonte; en Uruguay, en la Facultad de Psicología, en la Universidad de la República; en Venezuela,  la Universidad Central de Venezuela, la Universidad de Carabobo, y la Universidad del Zulia tienen programas de formación de especialización y de maestría. También se encuentran programas de formación en Chile, Argentina. Adicionalmente se conocen programas de formación a nivel de licenciatura o pregrado, tales como en Venezuela y Costa Rica. Quizás ahora la necesidad es tratar de homologar estos tipos de formación y tratar de desarrollar un plan de estudios básico común para toda la región.

 

Uno de los objetivos principales en este documento es presentar la necesidad de la formación y actualización del profesional de la Orientación para lo que resta del siglo XXI. La idea es empezar a desarrollar y aplicar nuevos planes o pensum de estudios que capaciten a los nuevos profesionales de la Orientación para afrontar los requerimientos de una nueva sociedad, de una nueva persona, distinta a lo que hasta ahora hemos sido, con nuevas formas de afrontar y dar respuesta a las necesidades humanas; y con otros planes formativos en sus herramientas profesionales. Es nuestra intención que esta alternativa pueda ser aplicable, con sus diferentes implicaciones, en los países que conforman la región o subcontinente latinoamericano. 

 

La formación del nuevo profesional de la Orientación necesita contener al menos los siguientes tres niveles, uno, a nivel de formación inicial (para el desempeño laboral general, con un enfoque que puede clasificarse en la categoría de Orientación Confluente la cual puede ser sintetizada, como lo señalan González y Lessire (2009) cuando expresan:

 


 

“De lo que se trata es de desarrollar una idea de Orientación sin apellidos, una Orientación que aborda la totalidad del ser humano, donde se considere, al mismo tiempo y en igual magnitud todas y cada una de las áreas posibles de Orientación, es decir, una Orientación con sentido de confluencia. (Orientación Confluente, p. 132)”

 


Un segundo nivel, a modo de especialización, donde como su nombre lo indica, el profesional pueda desempeñarse de manera especializada en un ámbito específico de la Orientación como son: El Ámbito Socio-comunitario, el Ámbito escolar, El ámbito Inter-personal, pero sin caer en la híper-especialización y considerando siempre el concepto del Desarrollo Humano como Supra-disciplina articuladora.

 Un tercer nivel, donde la formación proviene de estudios de Maestría y Doctorado, donde como se sabe, el primero capacita al participante para la investigación en el campo profesional y el segundo, el doctorado, para la producción de nuevos conocimientos y saberes requeridos profesionalmente.

 

Además de los planes de formación también se requiere pensar en los planes de actualización o formación continua, para aquellos profesionales que ya están ejerciendo como tales.

 

Necesidad de una revisión de la formación del profesional de la Orientación

 

¿Por qué es necesario revisar la formación del profesional de la Orientación en América Latina? Quizás uno de los principales problemas de los profesionales de la Orientación proviene desde su formación. Lamentablemente hasta la fecha estos profesionales se han formado atendiendo a la híper-especialización. Para algunos profesionales la Orientación consiste en ayudar a tomar decisiones vocacionales, para otros es buscar la solución de problemas personales o familiares, pero se ha prestado poca atención al desarrollo integral como seres humanos. En general, se ha considerado la Orientación solo para resolver problemas

 

Básicamente la pregunta inicial formulada al comienzo del párrafo puede ser respondido de muchas maneras, pero quizás una de la más completa es proporcionada por Ribeiro (2013) cuando enfatiza que:

 

 

 

 

 

 


 

 

“El contexto de América Latina nunca fue similar al norteamericano o europeo. Igualmente, los orientadores latinoamericanos han importado teorías y prácticas en materia de Orientación desde estos países y han hecho adaptaciones de ellas para Latinoamérica, haciendo de ello un proceso muchas veces descontextualizado y sin sentido crítico.” (p. 4)

 

Otra opinión interesante en este sentido proviene de Paniagua Calvo (2018) cuando afirma que: 

 

“Requerimos un análisis permanente en prospectiva, no desde las necesidades del mercado laboral, sino desde toda forma de vinculación con una formación humanista en pro del mejoramiento de vida de las personas con quienes trabajamos. Una persona profesional con sólidos fundamentos académicos, profesionales, éticos, que aprende a conocer, hacer, vivir con los demás y ser persona integral, un mediador en la formación de seres humanos críticos, cooperativos, constructores y transformadores de la realidad, capaces de dar respuesta a las demandas y necesidades actuales, siempre conscientes de sus fundamentos epistemológicos.” (p. 28)

 

Otro aspecto interesante a considerar con la formación del profesional de la Orientación es el relacionado con una nueva definición de Orientación actualizada y adaptada a las nuevas condiciones y necesidades específicas de las realidades latinoamericanas. De ahí que en este momento se puede decir que el nuevo modelo latinoamericano para la Orientación, sugiere que la misma sea considerada como un proceso de asesoramiento-acompañamiento pedagógico, educativo, laboral-vocacional, personal y social, centrado en el desarrollo del sentido ético de la vida. El sentido ético de la vida, tal como lo concibe Brunal (2021), incluye “el desarrollo de la conciencia comunitaria, (y) la consciencia intrapersonal e interpersonal.” (p.1)

 

Con relación al tema de las definiciones, Molina (2004) ya había afirmado que:

 

“Consideremos a la Orientación educativa como un proceso interdisciplinario sustentado en los principios de intervención preventiva, desarrollo y atención a la diversidad del alumno, cuyos agentes educativos (orientadores, padres, docentes-tutores, familia y comunidad) asumen la función de facilitar y promover su desarrollo integral para que se constituyan en seres transformadores de sí mismos y de su entorno.” (p, 10)

 


En los actuales momentos se entiende que la Orientación, es un proceso formativo a lo largo de la vida y debe ser un proceso que permita que quien lo reciba pueda tomar decisiones éticas para su mejoramiento continuo personal y profesional, así como el de su familia y la comunidad donde vive. Básicamente este modelo de Orientación está fundamentado en la teoría del Desarrollo a Escala Humana de Max-Neef, Elizalde y Hopenhayn (1986), en donde los autores señalan que sus tres principales pilares están basados en la realización de las necesidades humanas, la elevación de los niveles de la auto dependencia y las articulaciones orgánicas de los seres humanos con la tecnología.

 

Otro de los principales problemas en la formación del profesional de la Orientación se relaciona con la necesidad de la descolonización de la Educación. En este sentido es válido lo expresado por Solano-Alpizar (2015) cuando afirma que:

 

 

 


“Descolonizar la educación implica, entonces, romper las formas tradicionales en que se conciben y se hacen las cosas por el solo hecho de que han sido así desde siempre.” (p. 123)

 


En el aspecto concreto relacionado con la formación de los profesionales de la Orientación es donde las organizaciones gremiales y académicas deben dedicar parte de su tiempo. En este sentido ellos deben ser los garantes y vigilantes de que la formación que se recibe sea la más adecuada al perfil que se requiere para el desempeño de la profesión. En este punto hay que resaltar que la situación política en América Latina requiere mucha atención. La mayoría de los gobiernos han entendido que la mejor manera de ejercer control y dominación sobre la población es a través de la Educación. Si bien en una oportunidad se hablaba de la necesidad de desmontar el aparataje educativo de los “gobiernos de derecha, al parecer ahora hay que desmontar el aparataje ideológico de lo que se ha denominado los “gobiernos de izquierda”. A nuestro modo de ver ninguna de las dos versiones educativas está dirigida a la población que más la necesita. Las dos versiones sólo buscan satisfacer las necesidades y apetencias de grupos privilegiados, donde su única preocupación es mantenerse en el poder el mayor tiempo posible. Esto es mucho más evidente en los denominados “gobiernos de izquierda”. 

 

Orientación desde la Transdisciplinariedad o Supradisciplinariedad

 

La mayoría de los autores coinciden en que el ejercicio profesional de la Orientación ya no puede seguir haciéndose desde la uni-disciplinariedad, ni siquiera desde lo interdisciplinario.

Ciertamente en la Orientación se puede observar a la perfección la acción inter-multi y pluridisciplinar, ya que en ella siempre se ha considerado la acción de otras ciencias de base, tales como la pedagogía, la psicología, la filosofía, la sociología; y más recientemente la socioantropología, la historia y la economía; pero desafortunadamente lo que ha existido es que el profesional de la Orientación, dependiendo de su formación inicial de pregrado, tiende a basar preferiblemente su accionar desde esa formación inicial. Ahora la alternativa es distinta. Ya la idea de un psicólogo con especialización o maestría en Orientación o la de un licenciado en educación, con mención en Orientación luce como algo que debe ser reconsiderado. En estos tiempos la formación inicial debe comenzar con el análisis del campo disciplinar de la Orientación, pero con la intención de presentar una idea holística e integral en cuanto a la construcción y uso de los saberes apropiados muchos más amplio; es decir, desde la transdisciplina, con la consideración válida de la existencia de varios niveles de realidad.

 

Quizás en la Orientación más que en otros campos profesionales, es dónde se puede visualizar mayor necesidad trandisciplinaria. La enseñanza descontextualizada de temas aislados como “hábitos de estudio” o “normas de convivencias”, o hacer exploraciones vocacionales únicamente aplicado test psicométricos sin formar agentes de cambios en sus comunidades, sin concebir a los Orientantes de una manera integral y con una visión que debe ir más allá de una disciplina específica, llámese esta psicología, educación o sociología; es un trabajo insuficiente para las necesidades de Orientación en el siglo XXI.

 

No se trata de menospreciar los aportes de las disciplinas como tales, se trata de que los saberes usados o producidos por ellas vayan más allá de lo establecido y nos permitan comprender realmente las diferentes situaciones y realidades por las que atraviesan los usuarios de los servicios de Orientación y construirles sentido.

 

Con relación a la transdisciplinariedad, la acción de la Red Latinoamericana de Profesionales de la Orientación (RELAPRO), en su búsqueda de alternativas por una Orientación diferente, más adecuada y adaptada a nuestra región latinoamericana obliga a considerar o reconsiderar el uso de ese término, ya que como lo plantea Nicolescu(1998):

 


 

 

“Qué pasa que mientras más conocemos el universo exterior más el sentido de nuestra vida y de nuestra muerte es relegado a la insignificancia, o a lo absurdo? ¿La atrofia del ser interior será el precio a pagar por el conocimiento científico? ¿El bienestar individual y social, que el cientificismo nos prometía, se aleja indefinidamente como un espejismo?” (p. 6)

 

Lo transcrito anteriormente refleja exactamente lo planteado por RELAPRO, en la necesidad de abandonar los enfoques desarrollistas y funcionalistas de la Orientación y abogar más bien por una Orientación con un sentido ético de la vida, es definitivamente el rescate del ser interior en relación con el bienestar individual y social de los seres humanos, la nueva meta de la Orientación para lo que resta del siglo XXI, y aquí también vale la pena recalcar lo dicho por el autor previamente citado:

 

“¿Por qué somos tan inventivos en toda situación para desentrañar todos los posibles e inimaginables peligros, pero tan pobres cuando se trata de proponer, de construir, de hacer emerger lo que es nuevo y positivo, no en un porvenir lejano, sino en el presente, aquí y ahora?” (p. 5)

 

En este mismo orden de ideas, Lessire (2014) expresa

 

“La transdisciplinariedad actúa en nombre de una visión - la del equilibrio necesario entre la interioridad y la exterioridad del ser humano y esta visión pertenece a un nivel de realidad diferente de aquel del mundo actual. (p. 96)

 

Con relación al término transdisciplina, Yanes Guzmán (2015) señala:

 

“El enfoque transdisciplinar trasciende el paradigma disciplinar porque supera al objeto y la ontología que hizo posible los saberes especializados, permitiendo comprender de una manera diferente a la investigación disciplinar, la realidad y al sujeto pensante que son parte de una misma realidad.” (p. 95).  

 


La Orientación desde América Latina: Localismos y Universalismos

 

En este punto en particular, existen tres posiciones claramente visibles. Una, que es la que se ha venido usando desde hace mucho tiempo, como lo es la adopción inmediata en América Latina de las teorías y enfoques formulados en otras latitudes, sin ningún tipo de miramiento. Otra que es la consideración y uso tales teorías universalizadoras con su apropiada adaptación a nuestra realidad; y una tercera, distinta a las anteriores, que es la alternativa que es busca hacer prevalecer lo local/particular sobre lo universal/global. Es sobre estas tres posiciones donde se debe decidir qué es lo que más conviene a nuestra región y donde quizás la más conveniente en los actuales momentos sea la convivencia de lo local y lo universal, dando mayor énfasis a lo primero, lo local.

 

Una queja casi unánime que existe en la actualidad de parte de autores latinoamericanos es que “existe una tendencia para muchos de los modelos teóricos con los que trabajamos en privilegiar los "universalismos" sobre los "localismos” (Sultana, 2020, p. 2).

 

Adicional a lo anterior, el mismo autor referenciado, sentencia:

 


 

“Hemos avanzado más de cuarenta años, y aquí estoy sugiriendo que haríamos bien en volver a examinar nuestro campo para ver si las teorías con las que estamos trabajando están respaldadas por universalismos o si realmente se toman los localismos en serio. Si bien vemos cada vez más investigadores que recurren a diferentes disciplinas en un esfuerzo por dar sentido a las complejidades de la carrera y el desarrollo de carrera en nuestros tiempos posmodernos, con la psicología vocacional siendo complementada e incluso desafiada por la filosofía y las ciencias sociales - todavía nos falta un profundo análisis antropológico / etnográfico relatos que nos ayudarían a comprender hasta qué punto nuestras teorías, con su tendencia a la universalización, son claramente erróneas e igualmente peligrosas.” (p. 5)

 

La situación de los localismos y los universalismos, tal como lo expresa Caro Figueroa (2007), es que:

 

“El problema no radica, pues, en la aceptación o el rechazo, a libro cerrado, con el argumento de la bondad o maldad intrínseca, o por ser foráneos, de tales aportes, sino en incorporarlos, adaptándolos, al entramado social local” (p. 8)

 

En definitiva, se deja claro que el principal reclamo en este punto es el hecho de que:

 

“Si bien la gama de teorías con las que trabajamos en nuestro campo se relaciona de diferentes maneras y con diferentes medidas con tales universalismos, pocos o ninguno van lo suficientemente lejos como para considerar y abrazar localismos/particularismos de manera que se tomen en serio las especificidades sociales, económicas y culturales del lugar y del tiempo.” (Sultana, 2020, p.4)

 


Finalmente, en este punto se puede concluir que los localismos son necesarios para la elaboración de nuestras teorías y como basamento para nuestra práctica laboral.

 

Definitivamente para que esto pueda darse es necesario conformar lo que Brunal (2021) denomina una “comunidad latinoamericana de saberes” (p.12) donde nos dediquemos a este estudio en forma sistemática, con la aplicación del método científico adecuado y con un paradigma no positivista.

 

Recomendaciones para una formación y actualización Continuada en la profesión de la Orientación

 

Una primera recomendación se relaciona con la necesidad de organizar y ofrecer cursos permanentes de actualización para los profesionales de la Orientación en ejercicio o con planes de graduarse entre 2022-2023. La capacitación y actualización de cualquier profesional constituye siempre una necesidad imperiosa en cualquier carrera, la cual debe ser satisfactoriamente realizada siguiendo siempre óptimas condiciones de rigurosidad académica y científica.

 

La capacitación y actualización de profesionales es en los actuales momentos se constituye en una necesidad básica. La sociedad en general y los gobiernos, en lo particular, han entendido que el futuro de cualquier país ya no reposa solamente en la existencia y explotación de sus recursos mineros, petroleros, o agropecuarios, sino más bien en la preparación académica de sus agentes humanos. De ahí que un curso de capacitación y actualización, dirigido, básicamente, a los profesionales de la Orientación, que se desempeñan en las instituciones educativas o en su ejercicio privado, puede optimizar el desempeño profesional de los mismos.

 

 

En segundo lugar ,la formación de este profesional a nivel de licenciatura, se impartiría  bajo la denominación titular de “Licenciado(a) en Orientación, con estudios universitarios”, con un pensum de estudios  de por lo menos cuatro años de preparación,  en una institución universitaria, con un enfoque Supradisciplinario y con modalidad en “Orientación  Transicional Confluente” donde una vez egresado pueda incorporarse al campo de trabajo, tanto como actividad privada o ingresando a la actividad pública en Ministerios o Instituciones del Estado donde este perfil tenga cabida, tales como el Ministerio de Educación, o algunos otros ministerios donde se aborden las temáticas comunitarias, familiares, del trabajo, o de la población y jóvenes en general.

 En el caso de Venezuela, se conocen experiencias laborales de Orientadores en la educación primaria, secundaria o universitaria; también se conocen experiencias de orientadores en instituciones carcelarias, y otros ministerios relacionados con los jóvenes, con la comunidad y la familia, así como en organizaciones no gubernamentales.

 

Dentro de esta alternativa de formación inicial a nivel de licenciatura, también se considera la posibilidad de formar un nivel técnico superior en Orientación, con estudios académicos de dos años duración y que den la opción de incorporarse al campo de trabajo, realizando algunas tareas y funciones del profesional de la Orientación y que siga manteniendo la idea de continuar sus estudios hasta alcanzar el nivel de licenciatura.

 

Una tercera alternativa es que estos planes de actualización y profesionalización estén adaptados a las realidades y necesidades latinoamericanas y donde lo local y lo global sean considerados en su debida proporción; y además estén fundamentados en una Orientación Transicional Confluente para el Sentido Ético de la Vida.

 

En un sentido general, atendiendo a las recomendaciones de RELAPRO, esta formación debería girar, básicamente, alrededor de tres ejes principales: pedagógico, psicológico y sociológico, y que en forma transversal se entrecrucen durante los años de preparación, y por supuesto con una visión Supradisciplinaria. En consideración a la alternativa de la transdisciplinariedad, vale la pena destacar lo expresado por Sarquis y Bujanza (2009) cuando afirman que:


 

“En el modelo clásico, el campo de cada disciplina se hace cada vez más agudo y se imposibilita la comunicación entre disciplinas: la realidad unidimensional simple es sustituida por una realidad compleja multiesquizofrénica. El mismo sujeto es pulverizado en cada vez más partes para ser estudiado por diferentes disciplinas. El big-bang disciplinario corresponde a las necesidades de una tecnociencia sin freno, sin valores, sin más finalidad que la eficacidad por la eficacidad. Queda de lado, pues, la visión integral de la realidad en pos del fragmento.” (p. 49).

 


Finalmente, para darle el requerido apoyo institucional, cada equipo de trabajo que se conforme con el fin de implementar estos planes de formación y actualización en sus respectivos países debería, en primer lugar, contar, con la asesoría y coordinación de RELAPRO; y en este sentido esta organización deberá designar una comisión ad-hoc que evalúe los planes de estudio propuestos y sus actualizaciones periódicas.

 

 

 

Conclusiones

 

Una de las primeras conclusiones consiste en la necesidad de redefinir y actualizar el significado y alcance de la Orientación. En este sentido, se adopta la siguiente: “La Orientación, es un proceso a lo largo de la vida, centrado en el desarrollo de un sentido ético de la vida; y debe ser un proceso que permita que quien lo reciba pueda tomar decisiones éticas para su mejoramiento personal y profesional, así como el de su familia y la comunidad donde vive”.

 

Con relación a los localismos y el universalismo, quizás lo más prudente, en estos momentos, sea la convivencia de lo local y lo universal, pero con mayor énfasis en lo primero, lo local.

Otra de las conclusiones pertinentes en este punto es que cualquier plan de formación debe estar fundamentado en los términos del Desarrollo a Escala Humana, de Max-Neef, Elizalde y Hopenhayn (1986), en donde los autores señalan que sus tres pilares principales están basados en la “realización” de las necesidades humanas, la elevación de los niveles de la auto dependencia y las articulaciones orgánicas de los seres humanos con la tecnología.

 

Esta formación debería girar, tal como lo sugiere RELAPRO, básicamente, alrededor de tres ejes principales: pedagógico, psicológico y sociológico, y que en forma transversal se entrecrucen durante los años de preparación, y por supuesto con una visión Supradisciplinaria.

 

También es pertinente resaltar que para que esto pueda darse es necesario conformar lo que Brunal (2021) denomina una “comunidad latinoamericana de saberes” (p.12) donde nos dediquemos a este estudio en forma sistemática, con la aplicación del método científico adecuado y con un paradigma Supradisciplinario, no positivista y No problémico.

 

Y una última conclusión se relaciona con la necesidad de organizar planes de actualización en forma urgente para los profesionales que se desempeñan en el campo de la Orientación, o que están a punto de obtener su título profesional; y también es necesario recalcar que estos planes de actualización y profesionalización deben tener el visto bueno de la Red Latinoamericana de Profesionales de la Orientación (RELAPRO) como una manera de unificar criterios y de procurar un sentido de validez continental.


 

Referencias

 

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Análisis DOFA libre – Editorial Revista OrientAcción No 8- 2021

 

La formación y actualización continuada de los orientadores latinoamericanos: Consideraciones para lo que resta del siglo XXI.

Revisor: Nicolás Reyes-González

Fortalezas

 

1.      Es claro que existen necesidades de formación para la orientación la cual debe ser pertinente y oportuna. El escrito refleja una insuficiencia importante que radica en un interés regional y de relevancia para docentes y orientadores.

2.      Se plantea la relevancia de formular un modelo de formación de profesores y orientadores que se soporta en el trabajo adelantado desde la postura Latinoamericana. Planteamiento que a su vez radica en sentido de vida y la ética más allá de una perspectiva instrumental o disciplinar, lo cual atiende a una realidad del actuar actual.

3.      Se resalta de manera idónea la postura de formación universitaria y técnica (orientada al entorno profesional), posgradual (a nivel de especialidad o investigación) y de actualización (a nivel de educación continua). Elemento que resulta pertinente en los países de Latinoamérica donde no es amplia la oferta de formación.

4.      La visión de integralidad en la formulación de acciones de formación es un elemento a resaltar en el escrito. La postura fragmentada de la orientación refleja de manera clara por qué se requiere la integración se saberes y la transdiciplinariedad

 

Debilidades

 

1.      El texto hace uso excesivo de citas textuales, esto puede ser reemplazado por citas referenciales que faciliten la lectura y expongan el punto de vista de los autores respecto a la postura de los referentes.

2.      El hilo textual del escrito requiere afinar algunas ideas que parecen no aportar a los puntos que busca desarrollar el texto. Se recomienda revisar la pertinencia de algunas ideas sobre la tendencia de los gobiernos o política y, si es el caso relacionarlo más claramente con las necesidades de formación de docentes y orientadores.

3.      Se observan puntos que no se desarrollan más allá de una cita de texto como sucede con la "Transdiciplinariedad" o "el localismo”. Se requiere, más allá de dar una posición frente a la orientación como modelo desde una cita textual (lo cual también es muy importante), relacionarlo con la formación de los orientadores.

4.      Se observan algunos errores de escritura que se deben revisar como son: (1) uso de mayúsculas, (2) uso de negrillas, (3) dobles espacios, (4) palabras como “híper-especialización” (pág. 5), (5) caracteres sobrantes (pág. 4, último párrafo), (6) uso de un término de forma repetida en un mismo párrafo (Ej: “planes” párrafo 5 pág. 5; “orientación” párrafo 4 pag 6 y en el resumen), (6) citas como la de Sultana, 2020 (pág. 9), (7) hay un esquema al final del documento, sin embargo no se entiende su rol en el texto ya que no está explicado ni citado en el mismo.

Cuando se usa expresiones como “la mayoría de autores” es importante revisar si se requiere utilizar referentes que soporten estas posturas. Oportunidades

 

1.      Algunas ideas no se desarrollan de forma suficiente, se sugiere hacer un párrafo que permita resumir y concluir el aporte de cada tema desarrollado con respecto a la formación y actualización de docentes y orientadores. Esto facilitará la lectura y dará relevancia a los argumentos planeados.

2.      Se puede explotar de una forma más detallada la importancia que tiene el modelo Latinoamericano de orientación a nivel de habilidades o competencias a desarrollar en los docentes. Lo cual, de forma más molecular, permita ir más allá de los niveles de formación abordados en el texto.

3.      Si bien se considera un abordaje no problémico y no positivista del estudio del campo de la orientación. Sería recomendable referir a las posibles alternativas de abordaje y así evitar mencionar las posturas epistemológicas que no se tienen en cuenta y hacer énfasis en las que sí se toman como referente.

4.      Para dar mayor impacto al escrito, podría ser importante revisar las palabras claves a la luz de los tesauros de educación. Esto facilita su identificación y visibilidad ante la comunidad de lectores. Así mismo indicar en el escrito el autor de correspondencia.

Amenazas

 

1.      Se debe revisar si recomendar a la Relapro como red de asesoría y coordinación en la generación de planes de formación resta objetividad al escrito. Lo anterior debido a que se observa una constante citación de la misma como referente. Esto, puede restar valor al contenido del escrito por conflicto de interés.

2.      En el título se incluye la frase "consideraciones para lo que resta del siglo XXI" sin embargo el texto no muestra análisis de tendencias en educación y en orientación. Podría ser importante incluir algunas ideas a este respecto.

3.      A pesar de que el escrito hace énfasis en la teoría que emerge del contexto y las necesidades sociales, se fundamenta en la postura de Max-Neef et al. (1986) lo cual podría soportar una postura que adapta teorías que no son de Latinoamérica pero que aportan a la formulación. Es decir, una postura intermedia entre lo local y lo foráneo.

4.      Se identifica un uso constante de términos técnicos como hiperespecialización, localismo, universalismo, positivismo, problémico. Es importante hacer uso de citas o definir de forma sencilla estos términos para evitar una mala interpretación de las ideas expresadas respecto a la forma en que, epistemológicamente se construye el abordaje de formación de orientadores desde el modelo Latinoamericano.

Si bien se plantea al inicio del texto el aporte múltiples disciplinas al estudio de la orientación y así mismo una perspectiva transdisciplinar, puede ser importante argumentar de manera más robusta la razón por la que se sugiere trabajar enfáticamente sobre ejes pedagógicos, psicológico y sociológicos y como esto influye en la formulación de planes de formación de orientadores.


 




[1] La formación continuada del Orientador Iberoamericano en la sociedad Híper-moderna .docx - Documentos de Google



 LA FORMACIÓN Y ACTUALIZACIÓN CONTINUADA DE LOS ORIENTADORES LATINOAMERICANOS:


Objetivo Principal: Presentar la necesidad de la formación y actualización del Profesional de  

                                  la Orientación.

Nombre: Luis Marín Núñez

Apreciación del documento en base al FODA


  • I.-Fortalezas

    Es un interesante aporte para concitar un consenso sobre las bases para  la formación del Orientador Educacional y su actuación en la “Orientación Educativa, Vocacional y Profesional” en los niveles de educación parvularia, educación básica, enseñanza media, educación superior y educación de adultos o terceras jornadas.


  • Se genera un instrumento para la conversación con las universidades para estructurar un plan de estudio que integre lo local con lo global, con enfoque en la persona del alumno y en las competencias del futuro profesional.


  • Tiene un sentido relevante “la Orientación Transicional confluente para el sentido ético de la Vida”, siempre y cuando involucre “ las áreas personales, académicas y comunitarias desde las perspectiva del Desarrollo Humano Integral” considerando los aspectos propios del territorio y desde ahí a lo global.


  • Mirar el quehacer de la orientación desde lo local con sentido global es interesante porque es imposible separarlo todo en la vida diaria ya que esta siempre está encadenada, plantearlo separado puede ser un gran error y perjuicio para el discente.


  • El aporte de Molina (2004) al definir la orientación, más la inclusión de “la teoría  de Desarrollo a Escala Humana” es una contribución que le dan sustento a la propuesta


II.-Debilidades:


  • No considera la Orientación Educacional para las terceras jornadas o educación de adultos, sobre todo que cada vez se incrementa con adultos jóvenes, debe tener focos en los laboral, social, familiar y prosecución de estudios, etc, en la nueva configuración de la sociedad.


  • Sólo menciona “las políticas de desarrollo productivo” podría incorporarse las políticas públicas que afectan el quehacer de la orientación educacional.


  • Dada la situación de pandemia, debe incorporarse con potencia la orientación on line


  • Pensar que “la Orientación ha superado la idea de que la misma es para atender dificultades escolares”, la orientación no debe desvincularse de la vida escolar del alumno/a ni desatender, porque son demandas en busca de la equidad escolar.


  • Me da la impresión que no concuerda La orientación para una “nueva persona” con lo declarado que la Orientación ha superado las “dificultades de desadaptación social o escolares”




III.- Amenazas:

  • El contenido de la página 7 que comienza con: En el aspecto relacionado con la formación…….y termina con la expresión “Gobiernos de izquierda” puede ser un distractor al espíritu del texto.

  • Lo planteado en el tramo “Orientación desde la Transdisciplinarieda o Supradisciplinariedad” se expresa, la orientación principalmente desde el ámbito del psicólogo, en Chile esta enfocado desde el profesor. El desafío es buscar acuerdo.


IV.-Oportunidades para:


  • Más encuentros donde confluyan los focos centrados en los pedagogos con pos titulo y los psicólogos atendiendo a las particularidades de cada país.


  • Proponer ideas desde un enfoque multidisciplinario que fortalece la idea de Servicio de Orientación en los establecimientos educacionales


  • Lo afirmado por Brunal (2021) “El sentido de la vida no se descubre. Se construye socialmente” es un gran tema para trabajarlo en su máxima extensión


  • El objetivo de presentar la necesidad de la formación y actualización del profesional de la Orientación genera la oportunidad para definir desde que ámbito se inicia esta mirada, o sea, de un pregrado o un pos titulo


  • También genera la oportunidad para pensar en como se motivar a los profesores de aula para que prosigan en estudios post titulo en Orientación. Una de las formas es incorporar en la malla curricular de pregrado en  las universidades la asignatura de orientación durante el tiempo que dura la carrera.


  • Es la oportunidad para incorporar la asignatura de orientación en el curriculum de  los cursos de educación básica y enseñanza media.


  • La Orientación Educativa esta en conexión con los proyectos educativos de cada escuela o colegio y sus requerimientos suelen hacerse para que el estudiante supere la inequidad pedagógica.


Recomendaciones:

                                  En relación a las tres  recomendaciones para la formación y actualización, puedo decir que:

  • En relación a la primera, concuerdo plenamente.

  • En relación a la segunda, pienso que debe enfocarse como post título o título, el ser licenciado al parecer no habilita para trabajar en establecimientos educacionales en Chile, porque es un grado académico.

  • Incorporar el quehacer del Orientador en el mundo digital

  • Incorporar la orientación en la educación de adultos 

Vocación por lo Humano.Lic. Silvia Gabriela Vázquez (Editorial Nº 8/2021)

 



Sec. Académica RELAPRO

Dir. Cátedra RSU UdeMM

 

“Excelente, amiga Gabriela.  Me gusta. (…) Ese es el nombre. Ya deseo informarlo al resto de los redistas”. 

Así comenzaba el correo enviado por nuestro querido Julio González Bello, un sábado de febrero del 2014, en respuesta a mi mail de esa misma mañana. Noté que había agregado una palabra en el asunto (ahora: “Revista Electrónica”) y una dirección -la de Aleyda Ríos- entre los destinatarios.  Cuando Julio, entusiasmado, nos decía a ambas: “Me gusta”. “Ese es el nombre”, se refería a mi propuesta de llamar OrientAcción a la revista que aún no había nacido y sin embargo ya éramos tres imaginándola.

Desde entonces pasaron casi 8 años en los que esta publicación fue creciendo -en páginas y miradas- gracias a ese entusiasmo, a los aportes de orientadores de diversos países cada vez más comprometidos con su tarea y en especial, al valiosísimo e incansable trabajo de Amilkar Brunal, director general de la Red.

Casi 8 años en los que pudimos dialogar, enriquecernos con múltiples puntos de vista y comprender que nadie tiene la verdad porque -como ha dicho Angel Gabilondo (2007)- “es necesaria la palabra de todos, de cada uno, es preciso crear espacios y dejar hablar, no como un acto de permisividad, sino de reconocimiento”.

 

En este sentido, el II Congreso Internacional de RELAPRO[1] -“Enfoques, Modelos y Estrategias de la Orientación en Latinoamérica”- llevado a cabo en abril del 2017 en la Universidad de la Marina Mercante (Buenos Aires) marcó un hito. No sólo por haber contado con disertantes de Argentina, EEUU, Chile, Uruguay, Perú, Venezuela, Colombia, Costa Rica y Sudáfrica, sino por los importantes diálogos informales que tuvieron lugar entre una y otra conferencia. Espacios en los que pudimos conocernos, valorar nuestras diferencias y entendernos, base de la verdadera inclusión. El Himno “Naciones Unidas para la Paz” interpretado por un coro intercultural e interreligioso (Universal Peace Federation) fue el cierre perfecto para aquel inolvidable encuentro.

 

Después de ese encuentro hubo muchos otros -como la Semana Virtual de la Orientación en el 2020 o el reciente IV Congreso Internacional de AIDOEL-  en los que nos escuchamos, debatimos, arribamos a algunas conclusiones y surgieron nuevas inquietudes.  

En los últimos 2 años, la pandemia nos demostró la importancia de construir resiliencia comunitaria para afrontar  “aquello (…) que pervierte todas las respuestas porque desafía los términos a partir de los cuales se formulan las preguntas”  (Michel-Rolph Trouillot,  1995), es decir “lo impensable”.

Si antes de la llegada del COVID-19 se hablaba de un entorno VUCA -caracterizado por la volatilidad, la incertidumbre, la complejidad y la ambiguëdad- hoy los especialistas prefieren el acrónimo propuesto por Jamais Cascio (2018). Y describen este contexto como: BANI  (brittle, anxious, non linear e incomprehensible, por sus siglas en inglés). Frágil, ansioso, no lineal e incomprensible son particularidades que no pueden afrontarse sin una actitud de flexibilidad, resiliencia y empatía.

Quienes nos dedicamos a la orientación vocacional-ocupacional fuimos testigos de una de las preocupaciones que generó dicha incertidumbre: ¿Cómo ayudar a las personas a afrontar los cambios del mundo académico y laboral post coronavirus?

Sin duda estarán mejor preparados aquellos que, además de adquirir habilidades técnicas, potencien las competencias suaves como las mencionadas y tengan suficiente humildad para aprender unos de otros.

“Sigamos invirtiendo en inteligencia artificial, sin olvidar la inteligencia de la humildad” propone Stefano Zamagni (2021) y nos recuerda que: “humilde” –de humus- es “alguien que sabe cómo quedarse con los pies firmemente plantados en el suelo”. Algo que en la familia de RELAPRO –cada vez más numerosa- intentamos practicar: soñar, proponer, innovar, poner en práctica, re-pensar, corregir juntos los propios errores y alentar el vuelo recordando siempre las raíces.

 “Ya deseo informarlo al resto de los redistas”, escribía Julio en aquel correo del 2014…

Esa pasión por compartir, por “ser con otros” (tan propia de la filosofía Ubuntu[2]) es la que nos hace humanos, humanos comprometidos construyendo. Sabiendo que –como escribió J. L. Borges “Nada se construye sobre piedra; todo se construye sobre arena, pero debemos construir como si la arena fuese piedra”.

¡Gracias por acompañarnos en este nuevo número de la revista OrientAcción! ¡Felicidades!

                                                                                                       Diciembre  16 /2021  



[1] Revivimos la emoción de ese momento tanto en el homenaje a Marina Muller como en los intercambios con distintos orientadores latinoamericanos, en el marco del ciclo “Miradas en OV: Mucho más que un test” realizados en UdeMM en el transcurso del 2021.

[2] Filosofía practicada por Mandela -promovida, entre nosotros, por Max Sefotho- que he tomado como pilar, junto con las nociones de resiliencia e ikigai, al hablar de “Compromiso Social Aplicado” (Vázquez, S.G, 2013).