"Orientación
de orientadores, una experiencia de formación profesional de posgrado en una Universidad Pública
Argentina".
Lic. Liliana Rey[1]
Introducción
La orientación profesional/ vocacional en la
República Argentina data de principios del siglo XX, durante estos cien años
dicha práctica ha tenido distintos enfoques, abordajes y supuestos teóricos que la sostenían y
sostienen.
Realizaré un breve recorrido histórico que
servirá de andamiaje para presentar la carrera de Especialización en
Orientación Vocacional y Educativa que fue gestada por la Comisión Directiva de APORA[2]
a partir del año 2002 y en convenio con UNTREF[3]
se dicta en forma ininterrumpida desde el 2005. Esta formación sistematizada de nivel de Posgrado
Universitaria se plantea como un espacio de construcción colectiva, caracterizada por el intercambio entre pares
que comprende nuevos campos de
conocimiento y aplicación, fomenta la investigación y propone innovadoras
experiencias de aprendizaje a graduados de carreras afines que desean desempeñar
el rol de orientador vocacional/educacional en diversos ámbitos, caracterizando
así el perfil profesionalizante.
La orientación vocacional en la República
Argentina, en las últimas décadas estuvo relacionada con una práctica más bien de tipo asistencial
para los alumnos del último año del
secundario que se preguntaban o dudaban sobre su proyecto futuro, no sabían "que seguir" o jóvenes que habiendo elegido descubrían que
no era lo que esperaban y se replanteaban
su decisión. La modalidad de abordaje variaba entre ser de corte
actuarial / psicodiagnóstica a clínica, ambas llevadas a cabo de modo
individual y/o grupal. No obstante ello permaneció por años en el imaginario
social la idea que las consultas por orientación consistían en la toma de una
serie de test que iban a develar, casi mágicamente que era lo que
"tenía" que hacer el consultante.
Por ello me parece pertinente historizar los
orígenes de esta práctica, para comprender el motivo de su aparición,
desarrollo y transformación en los distintos contextos y momentos
históricos. Siguiendo a Klappenbach, H. (2005)[4]
quien investiga en profundidad la temática, el autor refiere que en los años 20
la orientación profesional se había implementado principalmente en el campo del
trabajo, y recién a mediados de siglo se fue desplazando principalmente a los
problemas del campo educativo, aun cuando siempre conservara una
relación fundamental con el ámbito laboral.
El surgimiento de la orientación en el país allí por los años 40 estuvo ligada
al campo de la psicología y de la psicometría vinculada con la medición de aptitudes,
intereses, y características de personalidad que llevaban implícita la
concepción del hombre que se adapta al trabajo siendo predominantemente de tipo
colectiva. Se trataba de una simple adecuación entre las posibilidades y
actitudes de los individuos y los requerimientos de las capacidades de los
puestos de trabajo.
Al promediar el siglo XX se desarrollaban en
la Argentina una serie de técnicas, teorías y prácticas en el campo de la
orientación vocacional que respondían a un Estado con intenciones
planificadoras. La orientación era concebida entonces
como una práctica precisa y ajustada a la medición, cuyo objetivo pasaba por indicar al consultante las
elecciones hacia los estudios y/o trabajos más convenientes en relación a sus
capacidades personales y las necesidades del entorno.
Con el transcurso del tiempo la orientación
parece centrarse más en las personas, así en los años 50 Plácido Horas concebía
la orientación profesional como un punto de encuentro entre las aspiraciones
personales, las condiciones individuales y por otro lado las necesidades
sociales.
Por ese entonces, el I Congreso Nacional de Psicología,
en 1954, puso en evidencia un interés bastante amplio por la disciplina y
terminó recomendando la creación de carreras universitarias de psicología en
las universidades argentinas. La creación de la carrera de psicología en el país, y el
advenimiento, del psicoanálisis hace notar su impronta en la orientación. Ya en
los años 60 las intervenciones en orientación comienzan a estar centradas en la
demanda de las personas, respondiendo a un tipo de intervención de corte
clínico.
Según Adriana Gullco, (1998) en su
artículo "Historia y actualidad de
los principales enfoques en orientación vocacional” sitúa en las Primeras Jornadas de Orientación
Vocacional (organizadas por el DOV, ex Departamento de Orientación Vocacional
de la Universidad de Buenos Aires, en 1965) el comienzo de una modalidad que no
sólo incluye factores dinámicos ligados a la consideración de la historia
personal y a los aspectos profundos de la personalidad, sino que desarrolla
como estrategia el "método clínico". Coincidente dicha singularidad
de abordaje de la orientación con la publicación del libro Orientación
vocacional: la estrategia clínica de Rodolfo Bohoslavsky en 1971, que refleja un trabajo en equipo desde la
década del 60, el que da cuenta de la influencia de la corriente
psicoanalítica, fundamentalmente
kleiniana, basándose en las nociones
de duelo, reparación, proyecciones e
introyecciones. Convergen también los aportes de otros profesionales argentinos como Enrique
Pichón Riviere, José Bleger y Fernando Ulloa que conforman la llamada Escuela Argentina en Orientación Vocacional, quienes
promueven una conceptualización y estilo propio.
Hacia fines de la
década del 70 intervienen en el campo
profesionales con diversas formaciones y disciplinas, ligadas con las áreas de
la salud, la filosofía, la educación, la sociología y los recursos humanos entre otras. La
intervención orientadora tiene una
impronta diferente caracterizada por el
cruce entre lo social, con las determinaciones que ello tiene y las situaciones
personales y evolutivas del consultante. En la elección vocacional está
implicado no solo el sujeto que consulta con
sus anhelos y proyectos de vida, sino también la familia, la institución
educativa a la que asistió, el grupo de pertenencia, es decir su contexto.
En 1984 surge la Asociación de Profesionales
de la Orientación Vocacional, APOV, institución que dio origen a APORA,
Asociación de Profesionales de la Orientación de la República Argentina que
nuclea a orientadores de todo el país. La Asociación tiene entre sus objetivos,
agrupar a los profesionales que se desempeñan en el campo de la orientación, auspiciar
y apoyar el estudio y la investigación científica sobre la especialidad,
fomentar el acercamiento entre entidades y/o personas dedicadas al campo de la
orientación vocacional, colaborar con las instituciones científicas y
educativas del país para la permanente superación y perfeccionamiento en la
formación de la especialidad y promover la
formación de futuros orientadores y la capacitación permanente de los
profesionales ya formados. La Comisión Directiva de APORA en el año 2002, tras
la crisis económica y social, que
atravesó la República Argentina en el 2001, estimó la posibilidad de
capitalizar la larga trayectoria de la asociación, organizando capacitaciones en diversas
instituciones, sistematizándola en
una carrera de posgrado con acreditación universitaria. Como explicita Adriana Gullco, (2016) quien
presidia la comisión directiva en ese
momento: "Todas las veces que APORA
había participado, propulsado, llevado adelante cursos, seminarios de
pronto convergían en un proyecto organizador". La asociación encontró en
la Universidad de Tres de Febrero, que
es una de las Universidades públicas del conurbano bonaerense creada en los años 90 por parte del Estado
Nacional Argentino, el interés y el apoyo para poder concretar su proyecto.
Se inició entonces una tarea ininterrumpida entre ambas organizaciones que se
fue consolidando progresivamente, dándole una identidad bien definida a la
carrera.
La Resolución Nº 004/07 del Consejo Superior aprobó el Reglamento de Posgrado de la
Universidad; según el Reglamento de los Posgrados en Políticas y Administración
de la educación, la Resolución Nº 1503/03 del Consejo Superior que crea la
carrera de "Especialización en Orientación Vocacional y Educativa" y
certifica su plan de estudios; con la RESOLUCIÓN
CONEAU N°: 871/05 acreditándose
el proyecto de carrera de Especialización en Orientación Vocacional y
Educativa, de la Universidad Nacional de Tres de Febrero, Núcleo
Interdisciplinario de formación y Estudios para el Desarrollo Educativo. La Resolución Nº 1868/12 del Consejo Superior designa a
los miembros del Comité Académico del Programa de Posgrado en Políticas y
Administración de la educación y
finalmente la Resolución CONEAU N° 950/14 acredita la
carrera por 6 años con una categoría C, luego de la presentación ante el comité
evaluador.
La Carrera de Especialización
en Orientación Vocacional y Educativa, se encuentra desde su origen incluida
dentro del Programa en Políticas y Administración de la Educación y
tiene la particularidad de dictarse en
convenio entre la Asociación de Profesionales de la Orientación de la República
Argentina (APORA) y la Universidad de Tres de Febrero (UNTREF). La gestación de
la especialidad implicó definir el
diseño del plan de estudios, la carga horaria, los docentes intervinientes, el
programa, la bibliografía de los
seminarios específicos de la carrera, así como su fundamentación y enfoque
pedagógico.
Por su parte, el
convenio de cooperación académica entre
la UNTREF y APORA potenció el propósito profesionalizante de la carrera,
brindando una doble pertenencia institucional, enriqueciendo las posibilidades
de inserción laboral, participación en investigaciones y publicación de
trabajos, tanto de alumnos como de docentes.
Periódicamente el equipo directivo
realiza encuestas de satisfacción a todos los actores, entrevistas de
seguimiento a los alumnos, evaluaciones, reuniones con profesores y autoridades
de la Universidad, cuyos resultados derivan en planes de mejora que se proponen
en función de los emergentes, siendo coherentes con la propuesta de una
construcción colectiva de la carrera.
La carrera de Especialización en Orientación Vocacional y Educativa,
de la Universidad Nacional de Tres de Febrero, se inició en el año 2005, con la primera
cohorte, cursándose desde entonces en
la Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
durante los primeros años la modalidad de dictado fue exclusivamente
presencial. En el 2008 se concretó la posibilidad de realizarla en forma
simultánea a través de un convenio
tripartito con la Universidad Católica de Santiago del Estero, viajando los
profesores periódicamente a esta provincia[5],
durante dos años, obteniendo una alta tasa de graduación. Respetando el espíritu federal de la
especialidad y con el objetivo que tenga mayor accesibilidad desde el año 2012 la carrera es de carácter
continuo y no por cohortes, eso permitió que ingresen alumnos todos los
cuatrimestres. Se implementan también clases a distancia y el uso de la
plataforma virtual de la Universidad que permitió incrementar el número de
cursantes provenientes de las provincias[6],
respondiendo de este modo a nuestro espíritu federalista incorporando el
conocimiento de las diversas realidades de nuestro extenso país[7].
En el año 2015 se cumplieron 10 años de
la misma que se celebraron con un encuentro académico y la publicación de una
revista digital[8]
que recapituló relatos de sus
protagonistas, directivos, profesores y alumnos.
Por tratarse de una carrera semi-estructurada de modalidad
presencial el plan de estudios presenta una oferta de cursos obligatorios posibles de cursarse de acuerdo a la oferta
académica, sin guardar correlatividad, facilitando la posibilidad de retomar el
cursado en otro cuatrimestre. Es importante señalar que los estudiantes
suelen transitar la especialidad en condiciones personales complejas, pues
mantienen su amplificada agenda laboral habitual, a lo que se le suma obligaciones familiares y
personales, que en ocasiones dificulta la secuencia de la cursada. La formación se complementa con tres
seminarios intensivos que profundizan en la temática educativa, la
planificación, la gestión y la evaluación. Éstos últimos son compartidos con alumnos de otras
carreras del Programa de Administración de la Educación resultando enriquecedor
el intercambio y trabajo conjunto acrecentando así los horizontes y territorios
de la orientación. El único seminario
que requiere haber cursado todos los específicos de la carrera y en lo posible
haber aprobado los respectivos trabajos finales, es Práctica Profesional (antes
llamado Pasantía)[9].
De este modo los alumnos cuentan con las
experiencias realizadas durante el cursado como bagaje personal para realizar
el cierre de su proceso profesionalizante a través de la Práctica. Este es el
último seminario se cursa de modo exclusivo
pues requiere tiempo para la elaboración del proyecto, la implementación y
evaluación del mismo.
El
marco teórico intenta ser amplio, abarcando conceptos de distintas disciplinas
y enfoques haciendo foco en la
transmisión de experiencias concretas, los mismos se encuentran en revisión y
actualización permanente acompañando los cambios sociales, económicos y
culturales que tienden a influir en todo
plan de estudio. En este sentido la implementación de las clases virtuales
representó un desafío tanto para alumnos, coordinadores, como docentes, en su
doble dimensión como un conocimiento más brindado por la especialidad y un
aprendizaje conjunto facilitador de nuevas prácticas interactivas que en muchos
casos abrieron la posibilidad de empleabilidad. De hecho varios alumnos
participaron como tutores virtuales del programa “Dar Pie”[10],
otros se incorporaron a equipos de orientación donde trabajan con distintos
portales educativos. El enfoque de la
carrera abarca también distintas modalidades de abordaje de la orientación:
vocacional, profesional, laboral, personal,
que va desde procesos individuales, grupales, comunitarios, en ámbitos
variados y con colectivos de sujetos que pueden estar o no escolarizados,
contemplando de esta manera la diversidad.
La
formación del posgrado brinda herramientas para que cada orientador de acuerdo
a las incumbencias de su carrera de grado, intervenga para lograr la inclusión
e integración, de aquellos sujetos que tienen dificultades académicas o
personales en ámbitos educativos por ejemplo a través de las tutorías, de quienes necesitan incorporarse al ámbito
laboral, quienes desean capacitarse en áreas de su interés, o buscan encontrar
un sentido a su vida.
Al
interior de la carrera la producción de conocimientos, la investigación y la
productividad letrada son estimuladas por parte de los directivos y docentes. Uno de los principales objetivos de la especialización es
promover la escritura académica y las propuestas de intervención para lograr la
transformación a través de la capacitación e inserción activa de los futuros egresados. Es relevante
señalar que los mismos provienen de formaciones de base distintas, Psicología,
Psicopedagogía, Recursos Humanos, Ciencias de la Educación, Profesorados,
Trabajo Social, Terapia Ocupacional entre otras, creando entre todos una mirada
interdisciplinaria de la orientación.
La
generación de conocimiento aspiramos que sea "devuelta" a la
sociedad, como aporte para enriquecerla,
enmarcado dentro de la responsabilidad
social, que toda Institución detenta. Para que el campo
disciplinar desarrolle positivamente sus propósitos incentivamos una posición
ética que lleva implícita un compromiso social que trascienda al “método” o al
campo mismo de trabajo. La revisión crítica, innovadora de la carrera perfila
también hacia la ampliación de sus alcances por ello estamos trabajando
fuertemente en la conversión de la especialidad en maestría profesional.
"La intervención orientadora opera entonces en la
intersección entre lo individual y lo social, siendo una práctica que pretende
generar cambios. Esta carrera viene intentando responder
a una demanda que no asegura provisiones para la “demanda del mercado” aunque
suma posibilidades de movilidad ocupacional. Haciendo eco a las palabras del
Dr. Carlos Cullen[13]
en el acto de colación de posgrados 2009,
podemos decir que “Los postgrados
habilitan a mayor responsabilidad profesional aunque no sean títulos
habilitantes (sic)”
Conclusiones
La revisión
histórica, que forma parte de la formación brindada en la Especialidad en
Orientación Vocacional y Educativa y también de esta presentación nos ayuda a
comprender los contenidos de la carrera
por la amplitud de intervenciones
posibles dentro del campo y como el
contexto y los cambios de paradigmas la determinan y le dan una identidad
propia en la República Argentina. Así
mismo hago hincapié en el poder transformador que esta práctica tiene, en quienes
atraviesan la experiencia de la especialidad
por su carácter profesionalizante.
Me resulta
interesante apreciar como las experiencias pasadas dejaron su impronta en la actualidad y
constituyeron el mosaico que colorea la práctica de orientación hoy,
vocacional, laboral, personal, tutorial, profesional, con distintos nombres,
con diferentes colectivos de sujetos, en múltiples ámbitos, pero con un mismo objetivo, que los
consultantes pueden concretar un proyecto de vida a su medida que mejore su forma
de estar en la vida, intentando construir
una sociedad más justa y con oportunidades para todos.
Bibliografía
Bohoslavsky, R. (1983).
Orientación Vocacional. La estrategia clínica. Buenos Aires: Nueva Visión.
Cullen, C (1999)
Autonomía moral, participación democrática y cuidado
del otro. Buenos Aires: Novedades Educativas.
Fernández Lamarra, N.
y otros. (2016) 10 años de la Especialización en Orientación Vocacional y
Educativa Revista Aprendizaje hoy Nro. 94
Gullco, A.(1998) “Historia y actualidad de los principales
enfoques en orientación vocacional” Cap. 1- en Orientación Vocacional. Aportes
para la formación de orientadores –Ed. Novedades educativas
Klappenbach, H. ( 2005) Historia de la Orientación Profesional en Argentina. Universidad
Nacional de San Luis. Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y
Técnicas (CONICET). Argentina. En Revista Orientación y Sociedad. Volumen 5
Kaplan,
C. (2014)
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Kligman, C. (2012)
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82/83.
Kligman,
C
(2012) Criterios
de elección de postgrados en egresados de carreras
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para arribar a la finalización de los mismos. Revista Scielo. Orientación y
Sociedad - Volumen 12, ISSN 1515-6877 Editorial UNLP. Facultad de Psicología.
[1]
Lic. en Psicología UBA. Especialista en Orientación Vocacional y Educativa.
Maestría en Gestión y Evaluación de la Educación, en proceso de elaboración de
tesis. Untref. Mail:
lrey@untref.edu.ar
[2] Asociación de Profesionales de la Orientación de la
República Argentina http://www.apora.org.ar/index.php
[4] Lic. en Psicología y Dr. en
Historia U.B.A. .Investigador
del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas
(CONICET)
[5] Santiago del
Estero es una provincia Argentina situada
aproximadamente a 1.000 km. de la capital del País donde se cursa la carrera.
[6]El Estado nacional convive con veinticuatro entidades estatales autónomas, de las cuales veintitrés son provincias que preservan todo el poder no
delegado constitucionalmente a la Nación y una es la Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
designada por ley como capital federal
[9] El propósito de
este seminario es promover el ejercicio del rol profesional, la responsabilidad completa de los proyectos
de intervención en los distintos ámbitos planteados y su conclusión. Se espera
posibilitar que los cursantes fundamenten teóricamente las intervenciones que
desarrollen y revisen sus decisiones desde una reflexión crítica.
[10] Dar
Pie fue
un proyecto de orientación vocacional digital que busca acompañar a los
estudiantes en los procesos de transición y en la toma de decisiones sobre sus
vidas al finalizar la escuela facilitado por un juego computarizado en el
portal Educar. https://www.educ.ar/
[12] Revista
Aprendizaje hoy Nro. 94 10 años de la
Especialización en Orientación Vocacional y Educativa
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