Silvia Gabriela
Vázquez[1]
Resumen
En Argentina se ofrecen actualmente más de 1500 carreras
de grado y la oferta de posgrados acreditados -especializaciones, maestrías y
doctorados- asciende a 5606 (Coneau, 2016).Se suman las diplomaturas y los
cursos de actualización como intentos de dar respuesta a las nuevas profesiones
que surgen cada año, mientras otras tienden a desaparecer. ¿Cuáles serán las
habilidades y conocimientos imprescindibles en un mundo que no deja de cambiar?
¿Cómo ayudar a los jóvenes a desarrollar competencias para insertarse en
empleos que todavía no existen? Una respuesta posible consiste en orientar
tomando como eje los pilares y fuentes de la resiliencia.
Palabras clave: resiliencia, Orientación Vocacional, mundo
cambiante.
Abstract
In Argentina, more than 1,500 undergraduate degrees are
currently offered and accredited postgraduate courses - specializations,
master's and doctoral degrees - total 5606 (Coneau, 2016). Diplomas and
refresher courses are added as attempts to respond to new ones. Professions
that arise each year, while others tend to disappear. What will be the
essential skills and knowledge in a world that does not stop changing? How to
help young people develop skills to be inserted in jobs that do not yet exist?
One possible answer is to orientate the pillars and sources of resilience.
Key words: Resilience, Vocational Guidance, changing
world.
El desafío de estar preparados para ejercer profesiones aún
inexistentes
Cuando los niños que hoy
están en la escuela primaria lleguen a la adultez y busquen su primer empleo,
se encontrarán con un gran abanico de ocupaciones desconocidas en su infancia.
Según un estudio reciente publicado por Infobae,
el 65% de este grupo se desempeñará en puestos de trabajo aún inexistentes,
relacionados, en su mayoría, con el entorno digital. Como orientadores podemos
cooperar previniendo desajustes evitables entre expectativas y logros o
propiciando una elección acorde con las aptitudes e intereses de cada uno. Y
sobre todo, ayudándolos a afrontar situaciones nuevas sin dejarse vencer por
los obstáculos. Es aquí donde recurrimos al concepto de resiliencia.
¿Qué
es la resiliencia?
El
concepto de resiliencia proviene de la física y es muy utilizado por los
ingenieros en la industria metalúrgica. Gracias
a esta propiedad, determinados materiales pueden soportar altas presiones sin
quebrarse y recobrar luego su forma original. En los últimos años, muchas otras
disciplinas comenzaron a aplicar el concepto. Entre ellas, la medicina
(osteología), el derecho, el urbanismo, la ecología, el arte y la sociología
En
psicología, el vocablo alude a la capacidad
de las personas para afrontar adversidades y superarlas. Supone la actuación
conjunta de dos factores
Factores
de riesgo, es
decir, cualquier característica que implique una elevada probabilidad de dañar
la salud física, mental, socio-emocional o espiritual.
Factores
protectores: las
condiciones internas o externas que favorecen el desarrollo de personas o
grupos y, en muchos casos, reducen los efectos de las circunstancias
desfavorables.
La resiliencia –individual, familiar, organizacional o
comunitaria– es un potencial humano
caracterizado por ser relativo, contextual, interactivo, espontáneo y dinámico.
Los
pilares en los que se sostiene (Suarez Ojeda,1997) son: Introspección,
independencia, relación con otros, iniciativa, sentido del humor, creatividad,
moralidad y autoestima. A los que he
sugerido sumar otros tres: compromiso, sostén
recíproco y prospectiva[2].
¿Por qué aplicar el enfoque de resiliencia en Orientación
vocacional?
Orientar supone “un
proceso de asesoría al fenómeno existencial de la búsqueda de sentido y la
construcción social de proyectos de vida” (Brunal; Vázquez, 2016).
Elaborar un proyecto de vida (P.V) es una tarea esencial tanto en el proceso de
orientación como en el fortalecimiento de la resiliencia.
Según
Frankl (1988) el sentido de la vida es una búsqueda personal y Vanistendael
(2003) -uno de los referentes en el campo de la resiliencia-, incluye el PV
como parte de dicho sentido. ¿Cómo imaginar un PV si no se ha encontrado el
sentido? ¿Cómo hallar el sentido de la vida si no imaginamos un proyecto en
ella? Se trata de un círculo que puede resultar vicioso o virtuoso.
Orientar no se limita a informar.
Es ineludible propiciar un diálogo que convoque a la introspección y al reconocimiento
de eventuales obstáculos. La decisión será saludable en la medida en que se
base en criterios y se desprenda de preguntas como:
·
¿Quién
soy?
·
¿Qué
me apasiona?
·
¿Qué
deseo lograr?
·
¿Con
qué recursos cuento para afrontar la incertidumbre o las dificultades que se
presenten?
·
¿Qué
puedo aportar a la sociedad a partir de mi vocación?
¿Qué significa Orientar desde la mirada de la Resiliencia?
El enfoque de resiliencia en O.V que he ido
construyendo y puesto en práctica durante los últimos 15 años, se caracteriza
por ser: clínico, preventivo y operativo:
·
Clínico
porque reconoce al orientado como ser único-constructor de su elección- y se
basa en una actitud de escucha y diálogo
·
Preventivo
porque persigue objetivos que pueden encuadrarse en la estrategia de APS
(Atención primaria de la salud)
·
Operativo
porque intenta plantear y eventualmente resolver de modo focalizado la
problemática que subyace a la elección.
La elección de este abordaje no se contradice con la
utilización de herramientas proyectivas e incluso psicométricas. Sin embargo, su técnica principal es la
entrevista abierta y no se sostiene en ninguno de los test de resultados “cuasi
mágicos” que los consultantes suelen solicitar. Una prueba estandarizada resulta insuficiente como único recurso. Su
uso sólo tiene valor como complemento de una estrategia que apunte a la
metacognición y a fortalecer el estado de resiliencia de quien elige.
Acerca del proceso de orientación vocacional con enfoque
de resiliencia
Todo
proceso de orientación vocacional supone una primera etapa de autoconocimiento (es
la más extensa y, por supuesto, continúa a lo largo del trayecto vital); luego,
un momento de información acerca de la oferta académica; y por último un
período de acercamiento a la realidad ocupacional, en el que se analiza la
demanda laboral de acuerdo al perfil de cada carrera.
En
la etapa inicial o de autoconocimiento (a la que nos referiremos aquí), el acento
está puesto en el pilar de introspección.
Si, como afirma G. Pecotche (2004), “el que sabe lo que puede, lleva una
ventaja considerable sobre el que desconoce sus recursos”, valorar sus
preferencias, inteligencias y habilidades fortalecerá otro pilar, el de la autoestima.
Desde
el enfoque que propongo, una vez establecido el encuadre en la primera
entrevista, se evalúa el estado de resiliencia del consultante tomando como eje
las fuentes planteadas, en 1996, por Edith Grotberg:
·
Yo soy…
·
Yo estoy…
·
Yo tengo…
·
Yo puedo…
·
Además, le pido que complete
otras dos frases:
·
Yo intento…
·
A mí me gusta…
Los
orientadores que han decidido adoptar el enfoque de resiliencia han ido
enriqueciéndolo con sus aportes.[3]A
lo largo de los encuentros se busca fortalecer otros pilares como el sentido
del humor (la capacidad de reírse de
sí mismo y de des-catastrofizar los propios errores) o el vínculo con otros.
La
situación de elección vuelve necesario el trabajo con el pilar de independencia, ya que suelen aparecer
mandatos, creencias o expectativas limitantes.
Una
de las formas en que se manifiesta su contracara, la dependencia, es cuando el
consultante deja de lado aquellas carreras que su familia no considera
“importantes”. O, por el contrario
cuando descarta determinadas profesiones de antemano, aun existiendo vocación
para ellas, sólo para no seguir los pasos marcados por sus padres, en un
fenómeno que podría describirse como “seguir un mandato al revés”.
El
rol que cumple el orientador es el de un tutor de resiliencia que acepta
incondicionalmente y acompaña o encauza,
sin juzgar ni encausar.
Tanto
el orientador como el orientante[4]
fortalecen durante el proceso su pilar de Creatividad.
El orientador crea técnicas personalizadas de acuerdo a la personalidad y
necesidades del consultante en lugar de utilizar una batería estándar de test.
El
orientado también crea. Una de las intervenciones que suelo utilizar es
proponerle que imagine una carrera idea y confeccione el plan de estudios, el
perfil del graduado y sus ámbitos de inserción.
Vicente Huidobro dice que “inventar consiste en hacer que
las cosas que se hallan paralelas en el espacio se encuentren en el tiempo o
viceversa, y que al unirse muestren un hecho nuevo”. Invitando al consultante a que invente su
carrera ideal para luego confrontarla con las existentes, se fortalece su
tolerancia a la frustración.
Ante la eventual falta de un empleo que encaje a la
perfección con el título alcanzado una vez graduado -teniendo en cuenta el
entorno laboral cambiante al que aludíamos al inicio-, el consultante podrá recurrir
a este “invento” como antecedente que le genere confianza en sí mismo. Y destacarse
combinando sus inteligencias, habilidades o vocaciones en proyectos novedosos
que además, consideren las necesidades de su comunidad. Aparecen aquí los
pilares de iniciativa, moralidad y compromiso.
Otra
de las características del orientador como tutor de resiliencia es que
investiga qué modalidad utiliza el consultante para tejer redes sociales y si
es capaz de cooperar con otros o de pedir colaboración cuando lo necesita. En
otro trabajo propuse como pilar de resiliencia, a esta capacidad empática que
permite detectar cuándo alguien precisa nuestra ayuda y reconocer la propia
necesidad de apoyo emocional, bajo el
nombre de “sostén recíproco” (Vázquez,
2008)
El
último de los pilares sugeridos es el de “actitud
prospectiva”.
La prospectiva es una disciplina
fundada por Berger (1964), retomada luego por Merello (1973), así como por
Miklos y Tello (2007).
Esta disciplina busca determinar un futuro
deseable –futurable- teniendo en
cuenta los cambios contextuales y las modificaciones de las reglas de juego que
pueden vislumbrase en el tiempo. Imagina escenarios deseables y luego los
traslada al presente, teniendo en cuenta las limitaciones. El énfasis está colocado en las decisiones que se
deben tomar, según el contexto y el caso, así como en las modificaciones o
adecuaciones que se necesiten hacer.
A la
actitud prospectiva, se le suma el análisis prospectivo, la comparación entre
las metas presentes y los escenarios, así como la reflexión acerca de los modos
de subsanar esa brecha.
Por otra parte, como han destacado Rutter (1992) y Munist
(2007), la habilidad de planificar es un recurso interno que actúa como factor
protector, favoreciendo el desarrollo de la autogestión, la autonomía, la
autoeficacia y, por lo tanto, la resiliencia.
Junto con la indagación apreciativa (Cooperrider, 2003), la
prospectiva nos guía para hacernos preguntas, pensar qué hacer y cómo, visualizar
el futuro deseado, percibir potencialidades (lo bueno con lo que ya contamos) y
diseñar estrategias que nos lleven a alcanzar esos sueños.
Retomando las preguntas
iniciales…
En los primeros párrafos de esta
ponencia quedó planteada una situación preocupante: Gran parte de los
contenidos aprendidos en la educación universitaria resultan obsoletos en el
momento de buscar empleo y se vuelve indispensable la adquisición de nuevas
competencias para hacer frente a los constantes cambios en el mundo laboral. A
lo largo de estas páginas propusimos un abordaje integral en orientación
vocacional -clínico, preventivo y operativo- basado en el enfoque de
resiliencia.
Nadie puede afirmar con absoluta certeza cuáles van
a ser las profesiones más solicitadas en el futuro, sin embargo, es innegable
que quienes las ejerzan deberán estar preparados para[5]:
-Pensar de manera crítica,
desde diferentes perspectivas (introspección)
-Planificar un proyecto de vida a corto, mediano y
largo plazo (actitud prospectiva)
-Emprender e innovar (iniciativa)
-Tomar decisiones autónomas y argumentarlas
(independencia/ pensamiento crítico)
-Adaptarse a los cambios combinando habilidades y
vocaciones para crear ocupaciones nuevas
(creatividad)
-Trabajar en equipo compartiendo el liderazgo (vínculo
con otros)
-Ayudar y reconocer la propia necesidad de ayuda
(sostén recíproco)
-Confeccionar, implementar y evaluar proyectos (actitud
prospectiva)
-Escuchar, reflexionar y resolver conflictos (introspección/
creatividad)
-Aprender del error, aceptarlo y valorarlo
(autoestima)
-Comprometerse con el entorno (compromiso social)
Nuestros jóvenes
afrontarán la inevitable incertidumbre con mejores herramientas si:
·
Estimulamos
en ellos el desarrollo de habilidades blandas indispensables como la
perseverancia, la tolerancia a la frustración, la creatividad, la apertura
interdisciplinaria y la empatía.
·
Promovemos
la equidad y la igualdad de oportunidades en todos los
ámbitos.
·
Los
inspiramos a colocar su vocación al servicio de los demás, ejercitando así la
ciudadanía y la solidaridad.
·
Les demostramos la
importancia de la formación profesional continua.
·
Les
enseñamos a responsabilizarse por las propias ideas, revisarlas y confiar en
ellas
·
Celebramos las diferencias
que nos hacen seres únicos, auténticos y esperanzados
Referencias
Brunal
A; Vázquez S.G (2016) Revista OrientAcción N°2.Disponible en https://issuu.com/amilkarbrunal/docs/revista_orientaccion_.n_2__2016
Cooperrider, D; Subirana, M (2003) Indagación
Apreciativa. España. Kairós.
Medina V- Ortegón E. (2006)
“Manual de Prospectiva y decisión estratégica: Bases teóricas e instrumentos
para América Latina y el Caribe, Ilpes-Cepal- Chile.
Merello, A. (1973)
Prospectiva-teoría y práctica.Ed. Guadalupe. Bs.As.
Miklos y Tello (2007)
“Planeación Prospectiva: una estrategia para el diseño del futuro” Ed. Limusa
México.
Müller M. (1997) Orientar en un mundo de transformación.
Bonum. Bs. As.
Munist, M; Suárez Ojeda
E; Krauskopf, D y Silber T. (Comps) (2007) Adolescencia y Resiliencia. Paidós. Buenos Aires.
Vázquez, S.G (2011) Formar psicólogos en el siglo XXI: acerca de la
mirada interdisciplinaria y el compromiso social como competencias esenciales.
Revista Poiésis. FUNLAM. Nº 21
Vázquez S.G (2012) El
compromiso de la universidad en la formación de líderes socialmente
responsables. En Perspectivas y Desafíos de la Universidad. El
compromiso social y ético y sus dimensiones internacional y regional”
(Compiladora: Monterroso G.) USAL.
Vázquez, S. G (2012) La responsabilidad de
recibir un futuro impensable.
Actas de las III Jornadas académicas sobre gestión y
dirección de instituciones educativas. Escuela de Educación. Universidad
Austral.
Vázquez, S. G (2017)
Formar profesionales competentes, comprometidos y resilientes. Editorial
Académica Española (en prensa)
Teléfono particular:
15 4 144 2401.gabpsp2013@gmail.com. Psicopedagoga, escritora y
maestranda en educación.Dir. de la Cátedra de Responsabilidad Social
Universitaria UdeMM. Coord. del Depto. de Orientación Vocacional y la Dipl. en
Educación UdeMM.Sec. de Asuntos Académicos de la Red Latinoamericana de Prof. de
la Orientación.https://ar.linkedin.com/in/licsilviagabrielavazquez
[2] Vázquez, S. G (2008) Orientación Vocacional basada en el Enfoque de Resiliencia. Congreso de la
AASM (Asociación Argentina de Salud Mental)
[3] En la
Cátedra de orientación vocacional-profesional de la Univ. Privada UdeMM, en la que
me desempeño como profesora titular desde el año 2000, los estudiantes tienen
la posibilidad de continuar formándose en el enfoque de resiliencia participando
en cursos, supervisiones, talleres de diálogo intergeneracional y pasantías
solidarias. Los detalles acerca de la organización de dichos espacios pueden
consultarse en: http://rsuniversitaria.org/web/images/stories/Bibliografia_MConceptual.pdf
[4] M.Müller propone llamar “orientantes” a los
orientados, como modo de expresar “un movimiento personal de búsqueda que no
concluye al finalizar la Orientación Vocacional, ni después de la misma”
[5] Se agrega entre paréntesis
a cuál o cuáles de los pilares de resiliencia corresponde cada ítem