|
María
Deisy Sandoval Gaitán[1]
"El lugar donde nacen los niños y mueren los hombres, donde la libertad y el amor florecen, no es una oficina ni un comercio ni una fábrica. Ahí veo yo la importancia de la familia."
Gilbert
Keith Chesterton
Decidir ahondar en la asesoría familiar,
es un intento en la búsqueda
constante, de ese querer aproximarse al
principio mismo de la vida. Si bien, las familias son constituidas desde
diferentes culturas e historias, son
estas las primeras que tienen que ver con el origen del ser en los ámbitos
individual y social. Cada familia, como
principio constitucional no promulgado, dadas las costumbres propias de la
cultura y de la historia de quienes la gestan, perfila con su propia práctica
de vida un proyecto fundamental para cada uno de sus miembros,
independientemente de que este proyecto sea planeado, planteado y/o dialogado.
Las familias con el transcurrir del
tiempo, han desarrollado en su interior tipos de dinámicas y ordenamientos que
de manera directa o indirecta, tienen mucho que ver con lo que cada ser humano
es en esencia y con el cómo este ser humano se desarrolla dentro de los
diversos contextos de la vida. De modo que, si nos devolvemos un poco en lo que
ha sido la historia y evolución no solo del concepto de familia sino a su vez
en las estructuras que la han conformado a lo largo de la historia, podemos
vislumbrar claramente como esta forma de ser y hacer familia ha pasado por diversas etapas estructurales y
conceptuales así:
“Se Inicia con un período denominado la horda (hombre y mujer se
unen con un único fin, el de procreación), siguiendo con el matriarcado
(mujer-madre, centro de vida familiar), después, hablamos de un patriarcado
(donde la autoridad se traspasa de madre a padre), posteriormente, se entendía
una familia extendida (todos aquellos que posean vínculo sanguíneo habitan en
la misma vivienda) y finalmente la familia nuclear o también llamada conyugal
(compuesta por padre, madre e hijos), siendo ésta la que más se asemeja a lo
que el "sentido común" entiende actualmente por familia.[2]”
En nuestros días, esta última conformación
familiar aunque es vigente, de la misma manera, se encuentra replanteada, es
así como ahora podemos encontrar nuevas tipologías familiares, que aunque en su
génesis se desarrollan como familias nucleares;
en la dinámica doméstica y por las actuaciones y/o decisiones parentales,
se transforman para dar paso a nuevas formas de organización tales como:
la familia “multigeneracional” o extensa, en la que un hijo con familia
se queda viviendo en casa de sus padres; la familia “nuclear incompleta”, que se da cuando falta alguno de los miembros
de la familia por muerte; la familia
ampliada, en la que conviven más de dos
generaciones; la familia “monoparental”
con padre o madre como cabeza de familia o jefe de hogar, en la que obviamente
es solo uno de los padres quién se hace cargo de la labor de crianza, manutención
y cuidado de los hijos; también está la
familia “polo-genética”, que se caracteriza porque los dos padres o
alguno de ellos aporta hijos de una anterior relación a la nueva familia y la
familia “poli-genética”, constituida por
padres con hijos de diversos compañeros. Estas tipologías familiares se pueden
dar de la manera en que se exponen aquí planteadas o incluso de manera
combinada, por lo expuesto con anterioridad.
Como se puede notar, al cambiar la forma
en que las familias se constituyen, varía también la forma en que se desarrolla
la sociedad, de donde resulta el hecho de que las generaciones con el
transcurrir de los años varían una de la otra, pero guardando pequeñas
similitudes propias de las características que a pesar de los cambios y el
tiempo se han mantenido al interior de las familias.
Estas características, hacen que la
familia se establezca en el entorno de cualquier sociedad como un ente
fundamental, con características y funciones importantes para el desarrollo de
esta, y por ende de los individuos que la conforman. Entre estos individuos que
conforman la sociedad y que además tienen una implícita función de preservarla,
se encuentran los niños, niñas y jóvenes, quienes no solo hacen parte de esta
amplia variedad de familias, sino que a su vez alimentan y perpetúan la cultura
de estas formas de vivir y convivir, y,
con ello a su vez alimentan, perpetuán, mantienen y/o transforman dichas
sociedades, ya sea para mantenerla o para modificarla. Por ello, al pensar en qué son, o cómo son los proyectos vitales de familia,
no se pueden pensar en estos solos y en exclusividad para la familia sino que
se hace necesario tener en cuenta que a su vez conforman y nutren los proyectos
vitales de las sociedades.
Desde este punto de vista, la labor educativa, en el caso de quienes somos parte de este proceso,
se empieza a perfilar más allá de la atención que como orientadores del mismo
hacemos de los niños, niñas y jóvenes, y,
de alguna manera, nos invita a
ahondar en el reconocimiento de esas nuevas realidades familiares y en el cómo esas realidades se conectan a
los cambios y las problemáticas contemporáneas que por ende van a permear las
formas de relación y conformación de las familias de estos niños, niñas y
jóvenes con la sociedad futura.
Más aún, considerando que la familia
cumple por su naturaleza con funciones sociales desde lo biológico, doméstico, económico, educativo, político,
espiritual, psicológico y cultural, así
como las formas y estructuras que actualmente la constituyen, se hace
prioritario e importante, el aporte de la escuela en una mejor formación
integral de los niños, niñas y jóvenes que participan de nuestras instituciones
educativas, esto, en la perspectiva y con relación a que son parte de una
familia con una cosmogonía propia y con muchas probabilidades que en el futuro
conformen una nueva familia con una cosmogonía alimentada de la anterior.
Familias que probablemente serán modificadas en sus estructuras y funciones
durante el transcurrir de los años por la diversidad de prácticas educativas y
culturales que subyacen en y desde los aconteceres sociales.
De otra parte, si la escuela, en manos de
sus docentes y directivos, como estamento que implementa la política estatal y
social, logra comprender estas dinámicas y movimientos sociales propios y
gestados de las acciones que como individuos autónomos y seres familiares
ejecutamos, se convierte en un ente facilitador con el poder de potenciar y
favorecer de una mejor forma, la real función
de la familia dentro de ese concepto formador de sociedad, estando con ello
adelante de los nuevos sucesos y aconteceres tanto actuales como futuros, porque estaría organizada en la perspectiva
de consolidar un proyecto vital para la constitución de una sociedad mucho más
equilibrada y consciente con respecto no solo de su historia, sino también de
su hacer y su ser, de la importancia que
como adultos se debe tener con respecto a las prácticas saludables, que desde todo punto de vista aportan a
mejorar la calidad de vida de todos los
seres humanos, iniciando en la infancia a través del acompañamiento, la asesoría
y la gestión por y para el cuidado de la familia.
Es así, que si esperamos hacer de nuestros
estudiantes un mejor semillero para la construcción de una mejor sociedad, hay que adentrarnos en la tarea de realizar
también un proceso de acompañamiento formativo y asesor con sus familias, sus
historias y sus memorias.
Dicho lo anterior, comprender a nuestros
niños, niñas y jóvenes dentro de este proceso de conformación social amerita de
nuestra parte, el esfuerzo de formarnos en pro de las familias y para las
familias de nuestros y nuestras estudiantes, a fin de que logremos optimizar el
abordaje de las situaciones de conflicto tanto académico, como convivencial y
comportamental, colectivos e individuales
que hacen parte de la cotidianidad
y la práctica social y cultural de las instituciones escolares, en
conjunto con sus ambientes, los logros,
aciertos y desaciertos, y, a través de ellas, así como de la integración
en esta cotidianidad, de mejores prácticas de vida personal y familiar, enfocadas
en mejorar las relaciones fraternales que conviven en el seno de la familia,
con el objetivo de que estas mejores prácticas de vida, a su vez, conlleven a la renovación de la calidad de
vida de las familias y los miembros que
la conforman.
"La familia es la unidad fundamental de la
sociedad, así como la raíz de la cultura. Es una fuente perpetua de fomento,
promoción, garantía y emocional reabastecimiento de combustible que permite a
un niño para aventurarse con confianza en el gran mundo y llegar a ser todo lo
que puede ser".
Marianne Neifert, en
Dr. Mom's Parenting Guide
[1] Licenciada
en Psicología y Pedagogía – U.P.N.
Maestrante en Gestión Educativa –
Universidad Libre
Docente Orientadora Col. República de
Colombia I.E.D. – Engativá
Miembro Equipo Coordinador Mesa Local
de Docentes Orientadoras y Orientadores Localidad 10.
Co- Líder línea Familia, Escuela y
Sociedad, Red Distrital de Docentes Orientadores Investigadores (OrientaRed)
(IDEP)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario