martes, 15 de diciembre de 2020

El papel de la Orientación profesional en la transición de la formación al empleo

 

Archivo de video disponible en https://www.youtube.com/watch?v=vCKa3hjt4KQ


Fabiola Macías Espinoza[1]

 

 

Resumen

 

Reflexionamos en torno al papel de la Orientación   profesional en la transición de la formación al empleo en los jóvenes. Definimos la Orientación   profesional como un proceso psicopedagógico de acompañamiento dirigido a una persona o grupo de personas con la intención de que la persona logre su desarrollo profesional y su transición a la vida laboral, potenciando su desarrollo humano para la mejora de su calidad de vida, de su situación en el mercado laboral y del bienestar de la sociedad. Es importante generar políticas para promover la formación de orientadores profesionales, generar programas de Orientación   profesional para atender a los jóvenes y apoyarlos en su proceso  de transición a la vida laboral.

Palabras clave

Orientación   profesional, formación, empleo, transición, jóvenes

 

Abstract

We reflect about the role of career guidance in the transition from education to employment for young people. We define professional guidance as an accompanying psycho-pedagogical process directed at a person or group of people with the intention that the person achieve their professional development and their transition to work life, enhancing their human development to improve their quality of life, their situation in the labor market and the welfare of society. It is important to generate policies to promote the training of professional counselors, generate professional orientation programs to serve young people and support them in their transition to working life.

 

Keywords
Vocational guidance, training, employment, transition, youth people


Las condiciones de vida los jóvenes requiere de mayor atención, en la comprensión de su situación y proyección a futuro, desde el 2012 el Banco Interamericano del Desarrollo (BID) planteaba como un problema relevante la inserción laboral de los jóvenes, en ese entonces se estimaba que había más de 10 millones de jóvenes en América Latina en situación de desempleo o de precarización laboral. Así como también la existencia de jóvenes en la inactividad laboral, es decir jóvenes que no estudian ni trabajan.

 

Esta situación ha impactado no solo en el tema de la formación o el

 

empleo, sino en otras áreas que se ven afectadas en la vida de los jóvenes, como la salud, el bienestar y de manera general su calidad de vida. Al ser un grupo con alto porcentaje poblacional, las problemáticas y situaciones que presentan tiene un impacto significativo, que llega a permear en los procesos  económicos y sociales de un país. Por lo que comprender las problemáticas y situaciones de los jóvenes se ha convertido en temas de estudio para diversas disciplinas.

 

 


 

 

En este artículo nos centrare-


mos en el proceso de la transición en la formación al empleo de los jóvenes; La Organización de las Naciones Unidas define a los “jóvenes” como aquellas personas con edades comprendidas entre los 15 y 24 años de edad. El término “jóvenes” se refiere por lo general a las personas en edad de estar finalizando su educación obligatoria e iniciando su experiencia laboral. (ONU, 2016 en OIT, 2018).

 


Esta población de jóvenes se divide en dos ya que el artículo 1 de la Convención de las Naciones Unidas sobre los derechos del niño los define como personas hasta la edad de 18 años. Esto en relación a que muchos países dibujaron la línea de la de juventud, como  la edad en la que una persona recibe el mismo tratamiento bajo la ley, en ese sentido y tras esta división tenemos por lo tanto una situación dos maneras de comprender a la juventud, por un lado los jóvenes que aún se encuentran en el rango de mejores de edad que entran en el rango de los 15 a los 17 años y los jóvenes que ya entran en la categoría de adultos de 18 a 24 años de edad.

 


Si lo vemos desde la parte escolar, el primer rango de jóvenes se ubican en la educación preparatoria, secundaria o media  (dependiendo del sistema educativo de cada país), y el segundo nivel se encuentran los jóvenes que están en educación superior, licenciatura o pregrado.

 

El proceso de transición de la formación al empleo, es aquella experiencia en donde el joven en cualquiera de ambos niveles, concluye o deja una etapa formativa y se dirige hacia la experiencia laboral. Este proceso puede darse, de múltiples maneras y por diversas situaciones, resaltando que estos procesos de transición usualmente de realizan sin ningún proceso de Orientación   o asesoría profesional.

Aunado a la condición de jóvenes, los contextos escolares y ocupacionales se encuentran en constante transición, impactando en las experiencias de transición de los jóvenes, González, et al. (2012) señala que existe en el empleo juvenil un tendiente impacto hacia ofrecer a los jóvenes empleos precarios, con malas condiciones, esta inadecuada inserción laboral, no solo tiene impactos sobre su calidad de vida, sino que también tiene importantes consecuencias en el mediano y largo plazo. El desempleo juvenil tiene efectos negativos y persistentes en la trayectoria laboral de los individuos y en sus salarios futuros.

 

Estos problemas contextuales del trabajo y la poca o nula Orientación   profesional hacia los jóvenes con estrategias adecuadas para la elección y construcción de proyectos de vida laboral, generan impactos negativos en su trayectoria, así como el impacto en su bienestar subjetivo y calidad de vida, así como en el  peor de los casos, que los jóvenes tengan experiencias tempranas de desempleo o inactividad que puede traer consigo la adopción de conductas de riesgo, como el consumo de drogas, alcohol y la criminalidad (González, et. al. 2012).

En este sentido, los gobiernos han implementado políticas paliativas que intentan mejorar de manera más inmediata la situación laboral de los jóvenes, en particular de aquellos considerados vulnerables por estar en situación de desventaja económica y social. La mayoría de los programas están orientados a incorporar herramientas que buscan obtener una capacitación que esté orientada hacia la demanda, es decir que responda a las necesidades del sector productivo.

 

De esta manera poco se ha reflexionado sobre el impacto de estas políticas y estas acciones. Los sistemas educativos presentan grandes deficiencias y una alta proporción de jóvenes no cuenta con las habilidades básicas que demanda el mercado laboral.  Los jóvenes enfrentan altos costos en el proceso de búsqueda de empleo que se apoyan en estrategias informales como los contactos personales, tomando como base la experiencia de otros, con un conocimiento experiencial y cotidiano, que en algunas ocasiones puede resultar efectivo pero no comprobable metodológicamente.

 

Las debilidades en materia de formación y el limitado acceso a información valiosa sobre el mercado laboral reducen las oportunidades de muchos jóvenes latinoamericanos de conseguir o conservar empleos de buena calidad. Cuando los jóvenes logran acceder a un empleo, este suele ser de baja calidad, usualmente con un contrato temporal, generando incertidumbre sobre la propia estabilidad laboral, incluso el empleo puede posicionarse en el mercado laboral informal, donde el joven no cuenta con  prestaciones laborales como la seguridad social, o el apoyo para vivienda.

 

Culturalmente se ha generado el imaginario de que los jóvenes deben  tener sus primeras experiencias laborales en empleos precarios, con salarios bajos, incluso temporales, poniéndolos a prueba por periodos de tiempo determinado. Con ello se escuchan frases como: “apenas estas egresando, te falta experiencia”, “para poder subir a un mejor trabajo, tiene que batallarse”, “todavía no te puedo pagar lo que quieres, hay que tener experiencia”, estas y otras frases, que los jóvenes han expresado en los talleres de Orientación   profesional, generan una serie de emociones y actitudes alrededor de estos argumentos, sin embargo estos aspectos se observan como un proceso naturalizado de la inserción laboral, incluso la familia y la sociedad considera que es parte del proceso de preparación a la vida laboral.

 

El panorama más complicado es cuando los jóvenes experimentan largos periodos de precariedad laboral o incluso desempleo ya que existe evidencia de que las condiciones de inicio de la trayectoria laboral tienen efectos persistentes en el tiempo, estos efectos que en la literatura se conocen como “scarring effect”.

 

Para atender estos problemas se han implementado una amplia variedad de políticas y programas las cuales son posteriores al proceso de educación formal, mediante las cuales se busca a corto plazo, mejorar las condiciones laborales y facilitar la transición de la escuela al trabajo. Sin embargo, estas medidas usualmente se aplican de manera fragmentada y no como parte de una política coherente entre el empleo juvenil ni tampoco logran articular la transición de la escuela al trabajo, ¿a quién le compete hacerse cargo de la Orientación   para la transición a la vida laboral? ¿Le compete a las escuelas? ¿Le compete a las empresas? ¿Le compete a la sociedad? ¿O es responsabilidad del sujeto, del joven que egresa?, detrás de estas interrogantes, se presenta lo que se ha denominado el “efecto rebote”, donde la educación y el empleo, objetivados en la escuela y la empresa, se “culpan” una la otra sobre la falta de formación y capacitación de los jóvenes, por un lado las instituciones educativas cuestionan las formas y los modos de las empresas, y por otro lado las empresas cuestionan la débil formación recibida por los egresados.

 

El joven se encuentra en un punto medio, donde experimenta una serie de actitudes en torno a su proceso formativo y las condiciones laborales a las que se enfrenta.  Esta transición de la formación al empleo, implica una confrontación del joven con la realidad, donde por un lado se enfrenta a un mercado laboral y cuestiona y reflexiona la formación recibida. Alrededor de este proceso de transición vital, el joven experimenta una serie de emociones y de conductas que poco o nada se han estudiado ¿Qué experiencias y vivencias experimenta el joven en ese proceso de transición? ¿Ese momento tan específico tiene un impacto a futuro?, es decir ¿esa experiencia vivida, y el modo en que fue vivido impacta en la trayectoria laboral del joven y en su futuro?

 

La respuesta que se tiene solo se ha identificado en términos económicos a través del llamado scarring effect, el cual señala que una experiencia temprana pero significativa de desempleo o de condición precaria en la inserción laboral, tiene consigo una cicatrización que marca la trayectoria del sujeto y su futuro.

 

Este fenómeno, estudiando en términos económicos, también tiene impactos a nivel psicológico y de salud del sujeto, sobre todo afectado la calidad de vida y el bienestar subjetivo del joven.

 

¿Cómo podemos prevenir este fenómeno? Tras  estudios que he venido  realizando, mi propuesta consiste en  incorporar la Orientación   profesional como una estrategia preventiva, que permita que los jóvenes resignifiquen este proceso de transición a la vida laboral.

 

La Orientación   profesional como una herramienta preventiva para mejorar los procesos de transición de la formación al empleo

 

Con base en las problemáticas anteriormente planteadas es importante entonces generar estrategias que permitan a los jóvenes comprender y construir un proyecto que permita generar a los jóvenes mejores estrategias y competencias para vivir este proceso de transición a la vida laboral: la Orientación   profesional.

            Es muy importante diferenciar la Orientación  profesional de Orientación   vocacional. La Orientación  vocacional se ha centrado más en la toma de decisiones para la elección de una carrera profesional, mientras que la Orientación   profesional, se orienta hacia los procesos de toma de decisiones para la inserción laboral.

           

Cabe resaltar que aún hay autores que combinan o vinculan ambas orientaciones, esto va a depender de la perspectiva teórica desde donde se aborde la Orientación .

 

            En el caso particular, desde esta perspectiva, se toma como precedente la definición de Orientación   profesional de la OCDE (2004) como un conjunto de actividades dirigidas a ayudar a las personas de todas las edades, en todos los momentos de su vida, a tomar una decisión sobre educación, formación y profesión y a gestionar su trayectoria profesional. Donde se busca ayudar a los individuos a reflexionar sobre sus ambiciones, sus intereses, su cualificación y sus capacidades. Pretendiendo generar con ello la comprensión del mercado laboral y los sistemas educativos, y del cómo los individuos deben de relacionar estos conocimientos con lo que saben sobre ellos mismos.

 

Esta visión de la OCDE, es construida desde una perspectiva de política pública, por otro lado Donoso y Figueroa (2007), definieron la Orientación   profesional como una herramienta clave que permite generar habilidades y herramientas para apoyar  el proceso de inserción laboral de los estudiantes.

 

También señalan que la Orientación  profesional se debe encargar de comprender, analizar e intervenir en los estudiantes, mismos que se enfrentan a situaciones personales y profesionales, aspectos que golpean directamente a su formación académica, es decir a su desarrollo dentro de la carrera profesional, así como el proceso de transición al trabajo, como mecanismos para la motivación.

 

Esta visión tiene un enfoque orientado al sujeto, enfocándose en las trayectorias vitales y profesionales del sujeto, en este sentido, se  toma en cuenta las múltiples realidades y contextos donde los estudiantes viven y se relacionan de forma global e interrelacional.  Proponiendo con ello la función de la Orientación , misma que debe partir del estudiar, analizar, conocer a la persona en su conjunto para de esta manera poder ayudarla ya sea optimizando, resaltando, acompañando o modificando sus habilidades y capacidades (Donoso y Sánchez, 2013: 5).

 

Echeverría (2008) menciona que para hablar de Orientación   profesional es necesario contemplar dos vertientes: el proyecto de vida, el cual parte de las necesidades de cada individuo, respecto a su nivel de madurez y formación; la segunda vertiente hace hincapié en el proceso mismo de Orientación , el cual componen aspectos personales y sociales, sumado a esto se encuentra la toma de decisiones, como punto de partida en la acción orientadora. La Orientación   profesional deberá contemplarse desde las competencias requeridas en la configuración de las presiones: técnicas (saber), metodológicas (saber hacer), participativas (saber estar) y personales (saber ser).

 

Desde esta perspectiva, definimos la Orientación   profesional como un proceso psicopedagógico de acompañamiento dirigido a una persona o grupo de personas con la intención de que la persona logre su desarrollo profesional y su transición a la vida laboral, potenciando su desarrollo humano para la mejora de su calidad de vida, de su situación en el mercado laboral


y del bienestar de la sociedad.

 

Tomando en cuenta los diferentes autores revisados, identificamos que los propósitos de la Orientación   profesional son:

1)     Es un proceso planificado y de carácter preventivo donde el orientador asesora a la persona para que pueda lograr una auto-Orientación   responsable y eficiente.

2)     Se centra en el proceso de transición del joven al adulto,  con un enfoque psicopedagógico se orientado en la andragogía.

3)     Busca conciliar la vida laboral con la vida personal y social de la persona, buscando su satisfacción y bienestar.

4)     Se debe utilizar el término de Orientación   profesional cuando el orientado recibe además de asesoramiento para la mejora de su carrera profesional, la planificación de la misma.

5)     Desarrollo profesional, personal hasta su propia autorrealización.

6)     Se orienta a la construcción de un plan de vida, desde un abordaje interdisciplinario.

7)     La Orientación   profesional no concluye cuando la persona encuentra el empleo, sino que continúa a lo largo de su proyecto profesional y vital.

 

 

Para concluir, es importante generar políticas para promover la formación de orientadores profesionales, generar programas de Orientación   profesional para atender a los jóvenes y apoyarlos en su proceso  de transición a la vida laboral.

           

Ante un contexto fluctuante, complejo y cambiante, es importante que los jóvenes tengan competencias que permitan desarrollar habilidades para poder coexistir en este mundo tan diverso y complejo.

           

La Orientación   profesional es un proceso que puede fortalecer de manera significativa estas habilidades y lograr que el joven pueda sentirse satisfecho, así como tener claridad sobre sus aspiraciones y propósitos, encontrar el sentido de la vida, mejorar su calidad de vida y tener un compromiso, consigo mismo, con el medio ambiente y con la sociedad.

 

Referencias

 

Donoso, T. & Figuera, M. P. (2007). Niveles de diagnóstico en los procesos de inserción y Orientación   profesional. Revista Electrónica de Investigación Psicoeducativa, 11 (5). Barcelona, España.

Donoso, T. & Sánchez, M. A. (2013). Orientación   educativa y profesional. Estudio de casos.  Barcelona, España. Instituto Superior de Estudios psicológicos (ISEP) Edita.

Echeverría, S. B. (2008). Orientación   profesional. Barcelona, España. UOC Editorial. Recuperado de: https://ebookcentral.proquest.com

González Gómez, J. P. (2003). Orientación   profesional. San Vicente, España. Club Universitario, Editorial.  Recuperado de https://www.editorial-club-universitario.es/pdf/406.pdf  

González, C. Ripani, L.  Rosas, D. (2012). ¿Cómo mejorar las oportunidades de inserción laboral de los jóvenes en América Latina? Banco Interamericano de Desarrollo.

OIT (2018). Word employment social Outlook. Trends 2018. Recuperado: http://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/---dgreports/---dcomm/---publ/documents/publication/wcms_615594.pdf

Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). (2004). Orientación   profesional y políticas públicas ¿Cómo acortar distancias? (Traducción del Ministerio de Educación y Ciencia por acuerdo con la OCDE). París, Francia.  Secretaría General Técnica & Subdirección General de Información y Publicaciones, Editora.



[1]Psicóloga (2009) Maestra en Gestión y Políticas de la Educación Superior, Doctorante en ciencias de la Salud Ocupacional. Profesora de Tiempo Completo en la Universidad de Guadalajara, México, Miembro de la Asociación Mexicana de Profesionales de la Orientación (A.M.P.O), Miembro de la AIOSP y de RELAPRO  Correo institucional: fabiola.macias@academicos.udg.mx, orientacionprofesionalmx@gmail.com; tel. 3332582337

Acompañamiento de la disciplina de la Orientación durante proceso de transición a la vida universitaria.

 

Archivo de video disponible en https://www.youtube.com/watch?v=dw6fufkoXDk


M. A. Ed. Luis Alejandro Núñez Cortés[1]

 

 

En Costa Rica la disciplina de Orientación  está inmersa en el sistema educativo formal, respaldado por la normativa específica de educación, es así que en la Ley Fundamental de Educación en el artículo 14, inciso “f” se expone: “Desarrollar las habilidades y aptitudes que le permitan orientarse hacia algún campo de actividades vocacionales o profesionales”, como uno de los objetivos que se plantean en la república para la educación, está el desarrollo de todas las personas de forma plena y además, que en ese desarrollo logren alcanzar procesos de autoconocimiento que les permita dirigirse hacia alguna actividad vocacional o profesional, de esta forma el rol de la persona profesional en Orientación  se torna relevante, siendo el personaje encargado de propiciar los procesos necesarios para que se dé esta exploración.

 


Asimismo, en la misma ley se indica en el artículo 22, inciso “a”, que “El sistema de educación costarricense asegurará al educando, mediante la coordinación de las labores dentro del establecimiento de enseñanza: a. Un servicio de Orientación  educativa y vocacional, que facilite la exploración de sus aptitudes e intereses, ayudándole en la elección de sus planes de estudios y permitiéndole un buen desarrollo emocional y social”, esta norma añadida a lo estipulado en la Constitución Política de Costa Rica, Título VII, artículo 77, se estipula que la Educación Pública debe ser “organizada como un proceso integral correlacionado en sus diversos ciclos, desde la preescolar hasta la universitaria”, en donde se evidencia la relevancia que tiene para el estado costarricense que, desde primeras edades, se desarrollen procesos de Orientación  Vocacional que le permitan a las personas explorarse a sí mismas en la búsqueda de sus aptitudes, intereses, habilidades y posibilidades. Además, propone que se debe de dar seguimiento al desarrollo de las personas y coadyuvarlos en las transiciones entre los diferentes ciclos de la educación General Básica y Diversificada, en todas sus modalidades y esta última con la transición o ingreso a las diferentes casas de formación superior, o en su defecto instituciones que acrediten oficios y profesiones técnicas.


 

De esta manera, el Ministerio de Educación Pública [MEP] (2017) propone como uno de los propósitos de la disciplina de Orientación  en el sistema educativo costarricense:

 

(…) constituirse en un servicio de apoyo especializado que potencia en la población estudiantil el proceso de toma decisiones para afrontar situaciones en el medio escolar, familiar, social y laboral, con un sentido de responsabilidad, productividad y autorrealización, a nivel personal y social. Asimismo, ello incluye otros procesos importantes como el asesoramiento al personal del centro educativo y las familias en materia vocacional y psicosocial para que éstos a su vez, contribuyan con el proceso formativo. (p. 7).

 


Se puede destacar de este propósito, la influencia de la familia y el sistema educativo en los procesos de autoconocimiento, conocimiento del medio y toma de decisiones vocacionales de las personas estudiantes y las destrezas para que las personas puedan planificar su vida. En este sentido, la persona profesional en Orientación  se debe de plantear que estos procesos son de desarrollo, y como lo plantea Pereira (2006, p.7), son a lo largo de la vida y por ende conlleva transiciones entre cada una de las etapas de desarrollo y en cada uno de los cambios de ciclos e ingresos a la educación superior o universitaria.

Por ende, antes de poder retomar los procesos de transición de la educación media a la educación superior, es importante reflexionar lo que plantea Repetto (2002, p. 63), citado por Aguilar et al (2014, p.60) expresan que “La Orientación  vocacional discurre a través de tres etapas: la clara comprensión de uno mismo, el conocimiento de los requerimientos del trabajo y el verdadero razonamiento (true reasoning) para relacionar la información personal con la ocupacional”. En este transcurso de las etapas de la Orientación  Vocacional se evidencia la importancia del contexto educativo y laboral al que pueden acceder las personas, al momento de elegir y decidir sobre sus proyectos de vida, específicamente la planificación vocacional y laboral.

 

En Costa Rica existe una gran variedad de ofertas de educación superior, según el sitio universidades.cr, existen 2407 opciones de profesiones y 490 cursos y técnicos distribuidos en las 76 casas universitarias registradas en Costa Rica, tanto en centros estatales o públicos (06 centros) y los centros de formación privada, distribuidas a lo largo del territorio nacional. Por lo que, al existir una oferta tan amplia las personas podrían sentirse abrumados por la cantidad de información que estarían recibiendo en el último año de educación diversificada, añadiendo a esto la presión familiar y social que existe para que las personas tomen decisiones vocacionales de forma acertada y pronta, y finalmente, que dependiendo de la ubicación de sus residencias, los centros universitarios están situados en lugares muy alejados por lo que si desean continuar con sus estudios, deben de viajar muchas horas para poder cumplir con sus proyectos de vida o en algunos casos, las ofertas académicas de los centros de formación que se encuentran relativamente cerca, no contemplan las opciones que se plantean en plan de vida, lo que puede causar frustración vocacional o en algunos cosos que las personas terminan decidiendo por carreras que se ofertan cerca de sus hogares y no aquellas que mediante un proceso vocacional adecuado, tienen las aptitudes y habilidades para desarrollarse y realizarse vocacionalmente.

 

Este último hecho, plantea un tema muy importante a considerar en los procesos de Orientación  vocacional, Rivas (1998) menciona que lo vocacional “está ligado a la aspiración de autorrealización: la necesidad del ser humano de ejecución total, es decir, la tendencia de hacer actuales todas sus posibilidades” (p. 16), la autorrealización al ser considerada una necesidad humana ulterior que permite un sentido de significado vital, las personas procuraran satisfacerla vocacionalmente, y el profesional el Orientación  deberá facilitar los procesos para que el autoconocimiento y las posibilidades, oportunidades y dificultades del medio, en relación con las aspiraciones vocacionales de las personas, encuentren puntos de convergencia de forma que las personas no terminen tomando decisiones vocacionales pensando en que no tienen más opciones.

 

Una vez que se ha logrado elegir el futuro vocacional, cada persona se enfrenta a una nueva experiencia de vida y un proceso educativo diferente a lo que está acostumbrado en la educación básica y diversificada. La transición conlleva un periodo de adaptación en el que las personas pueden aumentar las tensiones que traen de la elección vocacional y que además la autonomía de los cursos, es un evento al que no están habituados. Para reducir estas sensaciones de frustración y lograr una adaptación adecuada a la vida universitaria, es preciso considerar algunas recomendaciones; el manejo adecuado podría ser uno de los aliados más importantes, el ambiente universitario permite que las personas dispongan de más tiempo fuera de las aulas, sin que esto signifique que tengan más tiempo libre, sino que deben de organizar el tiempo para poder cumplir con las exigencias universitarias, que van a ser superiores a las de la educación diversificada. Para esto se recomienda realizar un horario en el que contemplen los tiempos de clase, los traslados a los centros de estudio, los tiempos para realizar las asignaciones de los cursos, el tiempo de ocio y cualquier otro compromiso que sea importante considerar como uso del tiempo. Esto les permitirá organizarse mentalmente y disminuir el sentimiento de que los estudios los sobrepasan, aumentando las posibilidades de éxito universitario.

 

Otra recomendación, es avanzar con las asignaciones al día, no dejar todo para último momento. Las exigencias de asignaciones y pruebas universitarias son más elevadas que las de la educación diversificada, esta recomendación es un complemento de la anterior; ya que, al incluirse un tiempo para ir avanzando con cada uno de los requisitos de los cursos en la organización del tiempo, les permite presentar mejores asignaciones lo que se refleja en mejores calificaciones, que es un aspecto de motivación o de frustración para muchas personas universitarias. Una recomendación más, es mantener la atención activa en los cursos, a diferencia de las materias de educación diversificada los docentes universitarios avanzan a un ritmo diferente y los tiempos para las atenciones individuales son muy reducidos, por lo que es importante que se tome nota de los cursos y se mantengan activos en el proceso de aprendizaje, las personas deben tener la capacidad de “escuchar atentamente, resumir y extractar [sic] las piezas relevantes de la información (…) para a partir de allí ser capaz de articular un discurso propio acerca de las materias tratadas” (El educador.com, 2015, párr. 3).

 

Las personas deben de proyectarse un presupuesto de gastos, en los que se incluyan pagos de copias, libros, alimentación, transporte y hospedaje cuando este sea necesario. Además de la autonomía académica, el inicio de la vida universitaria también significa el inicio de una independencia de los hogares, el inicio de la vida adulta legalmente, y por ende es importante que pueda gestionar adecuadamente sus gastos producto de los estudios universitarios, ya sea porque las familias tienen la capacidad de costear sus estudios, porque deben trabajar para poder estudiar, solicitaron un préstamo para sus estudios universitarios o tienen algún tipo de beca o ayuda socioeconómica. Esto les permitirá tener una visión más realista de lo que representa económicamente esa nueva vida y asumirla con mayor compromiso, además de disminuir el estrés o frustración producto de los gastos universitarios, al tener un presupuesto de estos.

 

Finalmente, el profesional en Orientación  también debe preparar a las familias de las personas que están por ingresar a la educación universitaria, pues este cambio también supone una variación en la dinámica familiar y en las expectativas que tienen las madres y los padres sobre sus hijos e hijas. Algunas estrategias para facilitar el proceso de transición son las siguientes:

1. Reconocer que el hijo/a es capaz de tomar decisiones de manera individual

2. Aunque ya toma decisiones propias, brindarle el apoyo y el acompañamiento necesario cuando él o ella lo solicite

3. Mantener sólidos canales de comunicación entre ambos

4. Acompañar en las decisiones vocacionales, respetar y validar la elección (La República, 2016, párr. 8).

 

Es muy importante para las madres y los padres de las personas que ingresan a sus vidas universitarias comprender que

El inicio de la vida universitaria es un paso de transición hacia la búsqueda de metas propias. Ser un estudiante universitario e integrarse en un nuevo entorno académico es una aventura que implica varios retos, dentro de los cuales destacan los aspectos de adaptación social, nuevas exigencias académicas y expectativas relacionadas con la autonomía personal. (Vivas, 2018, párr. 1)

 

Bibliografía

Aguilar, B., Azofeifa, L., Guzmán G., Salas, J., Solís, A. y Ureña, J. (2014). Mujeres en carreras tradicionalmente masculinas: Vivencias de un grupo de estudiantes de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Costa Rica. Universidad de Costa Rica. [Archivo PDF]. Recuperado de: repositorio.sibdi.ucr.ac.cr:8080/jspui/bitstream/123456789/2644/1/37901.pdf

Auren Global S.A. (2013-2020). Universiades.cr. Costa Rica. Recuperado de https://universidades.cr/

Constitución Política de Costa Rica. Recuperado de https://www.pgrweb.go.cr/scij/Busqueda/Normativa/Normas/nrm_texto_completo.aspx?param1=NRTC&nValor1=1&nValor2=871&nValor3=0&strTipM=TC

Educativa S.A.S. (2016). eleducador.com. Colombia. Recuperado de http://www.eleducador.com/del-colegio-a-la-universidad/

República Media Group (2020). Larepublica.net. Costa Rica.


[1] Luis Alejandro Núñez Cortés, Master en Administración Educativa de la Universidad Católica de Costa Rica, Bachiller y Licenciado en Ciencias de la Educación con Énfasis en Orientación de la Universidad de Costa Rica, Trabaja actualmente en la Escuela Clemente Marín Rodríguez para el Ministerio de Educación Pública, como parte de un equipo interdisciplinario y es docente de la Universidad Católica de Costa Rica en la carrera de Orientación, ha trabajado en instituciones de educación secundaria académica diurna, Centros Integral de Educación para Jóvenes y Adultos y para el Ministerio de Justicia y Paz en el Centro de Atención Integral “La Leticia”.

PROSPECTIVA CRÍTICA DEL “DESARROLLO”

 


 APLICADO EN SISTEMAS EDUCATIVOS

Sherly Osorio[1] Y Carlos Borja[2] (Col)

 

Resumen

El abordaje del concepto de desarrollo en los sistemas educativos requiere inicialmente referir las principales diferencias que se evidencian en los diferentes agentes educativos, el primero, comparando los países en vía de desarrollo con los países europeos, se evidencia que en dichos países el maestro es tratado con mayor dignidad, que se visibiliza inicialmente en salarios justos, permanente actualización pedagógica, parámetro de 20 estudiantes por salón, garantizando educación personalizada (CNN, 2017), en contraposición con muchos países en vía de desarrollo en los que los maestros atienden población en un rango de 40 a 50 estudiantes, lo que directamente les genera mayor detrimento de la salud mental. Además, no cuentan con formación permanente, ni con los recursos necesarios para desarrollar su labor, y son los profesionales peor pagados.

 

Abstract

 

The approach to the concept of development in educational systems initially requires referring to the main differences that are evident in the different educational agents, the first, comparing developing countries with European countries, it is evident that in these countries the teacher is treated with greater dignity, which is initially visible in fair salaries, permanent pedagogical updating, parameter of 20 students per classroom, guaranteeing personalized education (CNN, 2017), in contrast to many developing countries in which teachers serve the population in a range of 40 to 50 students, which directly generates greater detriment to mental health. Furthermore, they do not have permanent training, nor do they have the necessary resources to carry out their work, and they are the lowest paid professionals.

 


 

Es indiscutible que, en países desarrollados, las instituciones cuentan con medios tecnológicos que permiten responder de forma activa y actualizada a requerimientos del mundo globalizado en que vivimos, facilitando mayor acceso a información, además de comprensión de esta, gracias al proceso de andamiaje (Vygotsky 2007) que desarrollan maestros.

Otro factor determinante, que genera ventaja en lo que se refiere a  sistemas de educación entre países desarrollados y países en vía de desarrollo, es que en los destinan recursos para potencializarlos, contribuyendo altamente a favorecer la calidad de vida de los educandos, posibilitándoles  elegir carreras que disfruten  y les permita desarrollar su máximo potencial, facilitando de esta manera el acceso a la educación superior (Reinhold 2008), esto se da debido a que sus modelos pedagógicos y filosóficos no están basados en un modelo neoliberal sino en un modelo de Desarrollo Humano.

Por esto, es indispensable cuestionar si en realidad es válido que los países entren en el discurso del llamado “desarrollo” que se viene abordando en los últimos años en lo relativo a sistemas de educación, dentro de un contexto eurocéntrico y capitalista, en el que el mismo término de subdesarrollados (o como se ha modificado con el tiempo el termino para que se escuche menos ofensivo: países en vía de desarrollo), es discriminante y ofensivo.

Qué tal si…

Más que hablar de desarrollo se hablara de crecimiento humano y se reconoce como refiere Espinoza (s.f.), que, si en la actualidad algunos países se encuentran con atraso tecnológico y económico, no está relacionado (como lo creen algunos), con cuestiones de inferioridad racial, intelectual o biológicas, sino con un antecedente de dominación, explotación e injusticia por parte de otros pises que tradicionalmente se han considerado superiores o “desarrollados”.

 

Existe multiplicidad de mundos, algunos con un Producto Interno Bruto (PIB) e Indicadores de Desarrollo Humano (IDH) a la par, que los convierte en sociedades avanzadas, justas y desarrolladas, donde cabe el discurso de la calidad y eficacia en los recursos, en los que las nuevas tecnologías tienen las puertas abiertas de par en par, donde la principal preocupación que inquieta de los sistemas educativos es como seguir avanzando en el camino de nuevas tecnologías haciendo el mundo más amable y práctico para quienes lo habitan.

 

Pero en otros mundos, se convierte en una burla grotesca hablar en términos de desarrollo, de eficacia, de calidad y de los avances de las nuevas tecnologías, cuando a entradas del siglo XXI, aun ni siquiera se garantizan derechos básicos como el agua y la alimentación. Es por esto, que la cúspide de las tendencias educativas, se debe priorizar la justicia y la ética, que se ha avanzado en tecnología y conocimiento, desafortunadamente se ha involucionado en el crecimiento humano.

 

El día que cada persona tenga sobre su cabeza la garantía de no solo tener un techo sino un hogar libre de amenazas y temor, donde las personas puedan sentarse alrededor de una mesa y tener los alimentos indispensables para tener cuerpos sanos y longevos, el día que las personas puedan salir a la calle sin importar la hora y puedan caminar en total libertad y seguridad  sin temor a ser robados, violados o asesinados, el día que las personas tengan la oportunidad de conseguir trabajos en los que sus habilidades y destrezas sean la prioridad y no tengan que verse obligados a asumir una labor en la que no encuentran sentido ni  satisfacción personal y a la cual deban someterse por un poco de dinero para sobrevivir.

 

Que todos tengan acceso a la educación de calidad que los conduzca a la movilidad social y a la disminución de brechas de desigualdad, él día en que se recobre las enseñanzas de los ancestros, y se vuelva a aprender que todos somos uno y uno somos todos incluidos los entornos de los que se hace parte. Ese momento, la humanidad habrá alcanzado un alto nivel de crecimiento humano, que permitirá a todos los pueblos de la tierra vivir con dignidad y calidad de vida., tal desafío, se expone en los siguientes párrafos.

 

Sistemas Educativos en Época de Coronavirus, ¡Desafíos!

 

En 2015, la filósofa norteamericana Martha Nussbaum en la Universidad de Antioquia (Colombia), pronunció un discurso, al recibir el doctorado honoris causa, refiriéndose a los gobiernos del mundo y sus políticas de educación enfocadas únicamente en la rentabilidad, así: “…estos cambios no han sido bien pensados, ansiosos de lucro nacional, las naciones y sus sistemas de educación, están descartando descuidadamente habilidades que son necesarias para mantener vivas las democracias. (…) Humanidades y las artes están siendo eliminadas en la educación de todas las naciones del mundo, vistas por los responsables políticos como adornos inútiles” (Udea, 2015).

 

Todavía continua vigente, reflejando la realidad de los sistemas educativos en la actualidad, el mundo en su gran mayoría se encuentra inmerso en un sistema neoliberal, en el que el dinero vale más que la propia humanidad y esta cosmovisión es la que se reproducía intrínsecamente dentro de las escuelas, programando a las nuevas generaciones dentro del marco de la filosofía capitalista, la cual en tiempos de pandemia está colapsando.

 

En este momento histórico, la humanidad comparte dos cosas en común, una pandemia causada por un microorganismo mortal, llamado comúnmente Covid-19, que afectó a todo el mundo, en especial la educación pública y presencial en colegios, junto con la fragilidad del ser humano, semejante a caminar sobre hielo con temor que en algún momento se rompa, sin que tenga ayuda posible; igual la humanidad está experimentando lo que denomino Kundera (1984), la insoportable levedad del ser.

 

En esta situación algunos se aferraran a sus dioses y aquellos que los hayan olvidado se voltearan a ellos, en busca de esperanza y de un milagro que los libere del virus, otros en consciencia recordaran las palabras de Lessing (1971), “nadie sabe qué ha existido y ha desaparecido irremediablemente, en cuántas ocasiones ha comprendido y olvidado el hombre que su mente, carne, vida y movimiento se componen de la materia de las estrellas, del Sol, de los planetas; que la esencia del Sol es la suya propia”.

 

El coronavirus de un momento a otro apareció para sacar de la negación y abstracción en la que se encontraba la humanidad, e hizo que se volcara hacía dentro en busca de respuestas a preguntas que muy probablemente no tienen respuesta, y, sin embargo, ha dado respuestas a preguntas que tal vez no se habían hecho. Ha mostrado que a diferencia de lo que creía el dinero no es el más grande valor y las personas empezaron a entender las palabras de Schopenhauer en su regla 32 (2009:344), “9/10 partes de nuestra felicidad se basan exclusivamente en la salud, con ella todo se convierte en una fuente de placer, sin ella ningún bien externo, de la clase que sea, puede disfrutarse, hasta los restantes bienes subjetivos; cualidades del espíritu, del ánimo y del temperamento, se abaten y decaen en gran medida con el estado enfermizo”.

En consecuencia, no carece de razón que la gente se pregunte mutuamente ante todo por el estado de salud y se deseen unos a otros que se encuentren bien: pues realmente esa es con mucho la cuestión principal para la felicidad humana; de aquí se sigue que la mayor de todas las necesidades es sacrificar la propia salud por lo que sea: por el lucro, el ascenso, la erudición, la fama, por no hablar de voluptuosidad y placeres efímeros, antes bien, se debe posponer todo a ella.

 

La humanidad ha empezado a aprender a priorizar y dar el lugar que corresponde a las cosas, ha obligado a las personas a reunirse en familia y a compartir cosa que el constante activismo no permitía. En medio de la incertidumbre y el dolor que ha generado, también ha aparecido como gran maestro para enseñar a dar valor a las cosas que realmente lo tienen, llevando a cuestionar el sistema en el que el planeta se encuentra inmerso y a descubrir que existen otras posibilidades de vida que apuntaran a alcanzar la tan anhelada sostenibilidad.

 

Este microrganismo contribuyó por un momento con la naturaleza, un respiro para los animales, quienes se expandieron por donde quisieron, al punto que los declarados en extinción, están volviendo a resurgir; siguiendo con la contaminación que descendió, posibilitando empezaran a cerrarse los agujeros de la atmosfera y el calentamiento global se detuviera. Entonces, las personas empezaron a comprender que no solamente era posible vivir en armonía con la naturaleza sino necesario. Las nuevas generaciones están aprendiendo la importancia de cuidar el medio ambiente y que se puede vivir bien sin hacer parte del desbordado consumismo.

 

“Desde Casa”

 

Otro asunto que se suma aquí, es el generado con el “trabajo desde casa”, labor pedagógica implementada desde la educación virtual, aún bajo la resistencia de algunos maestros quienes piensan que abrir el camino a la virtualidad representaría menos campo de trabajos para docencia; desconociendo que no se trata únicamente de colgar programas o guías en una plataforma, sino que implica acompañamiento humanizante del maestro, para lo cual se requiere que las sesiones de atención virtual no superen muchos estudiantes y no se extiendan por dos horas, para garantizar un apoyo pedagógico eficaz y oportuno. Profesores asumieron un rol mucho más dinamizador, con innovadores conocimientos llevados de la mano mediante nuevas tecnologías, plataformas, aplicaciones y metodologías.

 

Esta crisis, también permitió observar de forma más clara las bondades de la digitalidad, entre estas, mayor aprovechamiento del tiempo, disminución de costos para la educación debido al descenso de gastos generados en el mantenimiento de planta física, favoreciendo de esta manera aumento de la accesibilidad. Además, la educación virtual favorece que las personas con dificultades de atención puedan estar más centradas al disminuirse varios estímulos distractores; en general para los aprendientes les permite estudiar al ritmo de su propio reloj biológico potencializando significativamente el aprendizaje.

 

La pandemia, trajo consigo la tan requerida transformación escolar, obligó a los maestros (sin importar su edad) y a estudiantes a actualizarse y sumergirse en el manejo de nuevas tecnologías y a repensarse y transformar de una vez por todas a la escuela, mostrándole su diacronía con la época actual. La situación de un día para otro ha obligado a los sistemas educativos a transformarse, haciendo que los maestros voluntaria o involuntariamente tengan que abrazar las nuevas tecnologías para mantener contacto con los estudiantes y a pesar de la distancia continuar compartiendo saberes; obligó, quizás en maestros a comunicarse en el lenguaje de los estudiantes, quienes supuestamente se caracterizan por ser nativos digitales, estimulando con hacer gala de múltiples estrategias creativas para acercar estudiantes con sus aprendizajes. El virus impulsó a la Escuela para que entrara de lleno en la educación digital, virtual y tal vez del futuro.

Nuevas tecnologías que han favorecido el aprendizaje, dinamizando nuevas didácticas entre maestros y estudiantes, posibilitado el aprendizaje colaborativo entre estudiantes a través de las redes, a pesar de la distancia, permitiendo mantener comunicación entre pares; de igual manera, estas herramientas tecnológicas han facilitado que estudiantes y familias estudien a su propio ritmo, con sus estilo de aprendizaje y metacognición (autoaprendizaje), que les permite desarrollar mayor autonomía, libertad, manejar sus tiempos a la velocidad de sus propios intereses y motivaciones.

 

Pese a esto, el virus que no tiene predilección ha mostrado la cruel injusticia e inequidad social en la que se vive en la actualidad, pero al tiempo anima en la emancipación y conciencia, para que quizás nunca más se repita de la misma forma. Así, padres, madres y cuidadores se vieron obligados a atender de tiempo completo a sus hijos, y comprendieron todo el esfuerzo que le exige a un maestro atender y enseñar a más de 35 estudiantes en el aula simultáneamente y de alguna forma a generado mayor empatía y respeto hacia el maestro y su quehacer.

 

Con el tiempo, gran mayoría de las instituciones educativas aprendieron que el sistema educativo avance en medio de la pandemia, es necesario realizar una flexibilización del currículo, cambio de metodologías y evaluación, priorizando aprendizajes no académicos dentro de aula, sino otros significativos para la vida, que ha sido modificada por este distanciamiento y encierro.

 

Qué decir del cuestionado sistema de evaluación escolar, cimentado en la competencia, la rivalidad, las calificaciones cuantitativas y las notas numéricas, que han obligado a transformar los procedimientos evaluativos, pruebas y evaluaciones en línea (por ejemplo el ICFES, con su prueba Saber), acordes con los requerimientos actuales, frente al sistema institucional de evaluación SIE (Decreto 1290 de 2009); visibilizando que lo que se requiere es una evaluación formativa, que valore sustancialmente aprendizajes académicos y aprendizajes para la vida.

Como consecuencia de estos cambios,  el rol del docente frente a la evaluación deja de ser el de cuantificar aprendizajes basados en información, para empezar a cualificar todas aquellas capacidades y habilidades que en medio de la crisis, los estudiantes ha desarrollado, alejándose de la postura de inspección y vigilancia de estándares exigidos por la escuela tradicional en lo que refiere a asistencia y presentación personal (uniforme, cabello, accesorios, colores o maquillaje, entre algunos), acompañando el proceso de desarrollo humano, reconociendo, respetando su individualidad, ya que cobran relevancia las cosas vitales, de esta manera comprender que quién gana el año en medio del aislamiento es el sobrevive, con buena salud mental y esto supera cualquier rubrica de evaluación.

 

Orientando a Distancia [Inconcluyendo]

 

Igualmente, el rol del Orientador Escolar (Borja, Brunal y Osorio, 2018; Borja, 2019) ha tomado gran relevancia, ya que es quién se ve abocado a atender las necesidades de salud mental, de atención de riesgos biopsicosociales que generan el distanciamiento social en la comunidad educativa, exigiendo que se genere mayor contratación de profesionales para este trabajo, debido a la alta demanda que exige la atención de la población escolar, más aun, teniendo en cuenta que el aislamiento ha aumentado los trastornos psíquicos como ansiedad, depresión, soledad, desesperanza, tristeza, y otras, además del aumento en cifras de maltrato intrafamiliar, abuso sexual e ideación suicida (como han registrado entidades como Fiscalía, Policía, DANE, Salud).

 

Esto hace que la forma de intervención del Orientador Escolar se replantee, a través de la comprensión que el acompañamiento que exige la comunidad educativa (Borja y cols., 2020), no puede limitarse a la atención de un solo profesional, sino que es necesario que se establezcan equipos de trabajo interdisciplinarios que cuenten con el apoyo de las diversas instituciones estatales que garantizan los derechos básicos de los estudiantes y se los restablezca a aquellos a los que se les ha vulnerado. Los siguientes dos títulos, amplían estas inquietudes del Orientador Escolar frente a la Pandemia o una posible Pospandemia.

 

 

Referencias

 

Borja, C., Brunal, A., y Osorio, S. (2018). Rol y sentido del orientador educativo en ámbitos escolares en Colombia. Bogotá: SED, IDEP, Red Latinoamericana de Profesionales de la Orientación (RELAPRO).

 

Borja, C. (2019). Orientador(a) Escolar. Más Que Un Pedagogo/a. ¿Un cambio de Paradigma? O solamente un cambio en nuestras funciones. Revista Educación y Ciudad, (2) 37. https://doi.org/10.36737/01230425.v2.n37.2019.2149

 

Borja, C., Arciniegas, O., Cortes, D., Gómez, A., Loaiza, A., Mantilla, D. (2020). Acompañamiento Pedagógico / Psicosocial Orientación Escolar, Tiempos de Contingencias y Crisis Sociales. Colpsic, Bogotá. https://www.colpsic.org.co/aym_image/files/ACOMPAN%CC%83AMIENTO%20PEDAGO%CC%81GICO.pdf

 

CNN (2017). ¿Dónde están los maestros mejor pagados y valorados del mundo? https://cnnespanol.cnn.com/2017/10/29/donde-estan-los-maestros-mejor-pagados-y-valorados-del-mundo/

 

 

Espinoza, E. (s.f.). El imperio chino y nuestro subdesarrollo: una historia no contada por la historia. YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=Oh3s1R6dEkY.

 

Kundera, M. (1984). La Insoportable Levedad del Ser. Barcelona, Tusquets Editores.

Lessing (1971). Instrucciones para un descenso al infierno. Ed. Byblos.

 

Ministerio de Educación Nacional (2009). Decreto 1290 de abril 16, por el cual se reglamenta la evaluación del aprendizaje y promoción de los estudiantes de los niveles de educación básica y media. Bogotá.

 

Reinhold, A., (2008). La Importancia de Compararse globalmente. Altablero. Ministerio de Educación Nacional. https://www.mineducacion.gov.co/1621/article-162391.html

Schopenhauer, A. (2009). Parerga y Paralipómena I. Madrid, Trotta.

 

Universidad de Antioquia (2015). Educación para el lucro, educación para la libertad. Nussbaum en Medellín.

Vygotsky, L. (2007). Introducción Histórica. Marcelo Caruso, Pensamiento y Habla. Colihue Clásica (XVI).




[1] Sherly Osorio León, Orientadora Escolar, Licenciada Psicología y Pedagogía UPN (Colombia), Magister en Neuropsicología y Educación La Rioja (España), PhD en Educación Cuauhtémoc (México).  sosoriol@educacionbogota.edu.co

 

[2] Carlos Borja, Magister en Genero, Psicólogo Orientador y Asesor Escolar, cborja@educacionbogota.edu.co